Cita

14 4 5
                                    

A solo caps de que comience lo bueno...

***********************************

Se estaciona frente a un restaurante y nos bajamos, él toma mi mano y la sensación de que me vigilan vuelve, me acerco a él y entramos.

-¿Estás bien? –asiento.

-Solo no veo muy conveniente salir con mi jefe.

-Ahora no soy tú jefe. –niego riendo y entramos al restaurante. –Tengo una reservación. –le dice a una mesera.

-Sí, claro, acompáñenme por favor. –la seguimos y nos guía a una mesa. Nos sentamos y traen una botella de vino. La camarera se va dejándonos a solas.

-Es lindo aquí. –sonríe.

-Lo encontré por casualidad. –lo miro con ironía. - ¿Qué?

-Tim, te conozco, todos lo hacemos. –él se ríe.

-Podría dejar esa vida.

-¿Por qué lo harías? –tomo un sorbo de vino y sonríe.

-Por ti. –toma un sorbo y niego. - ¿No me crees?

-No.

-Ni siquiera me conoces bien.

-Te he visto ebrio. –suspira. –Y dicen que cuando uno quiere conocer a alguien de verdad solo tienes que embriagarlo.

-Sabes que se propasó. –me encojo de hombros. –Daria…

-Hace una semana te agarraste a pelear ¿no? –me termino el vino.

-Había un idiota.

-Siempre los hay.

-Créeme Daria, si me conoces bien… dame una oportunidad y mejoraré en todo. Lo juro.

-¿Qué pasa si no acepto?

-Nada, seguiré insistiendo. –niego. –Enserio, Daria…

-Antes de responder…-asiente. - ¿Por qué yo? ¿Por qué no Keila? –niega.

-Ella es sexy, sí. –asiento. Lo había visto mirarla varias veces y según Clara él le pediría una cita, pero no sé porque no lo hizo. –Pero tú lo eres más y tienes algo…-suspira sonriendo. –No sé, solo me atraes. –sonrío. –Vamos, dame una oportunidad. –lo miro. –Además también quiero que seas mi secretaria.

-Espera ¿qué pasa con Clara?

-Renunció, dijo que se mudaría.

-¿Por qué?

-No lo sé, no me explicó. –me muerdo el labio. - ¿Qué dices?

Esa noticia me había tomado por sorpresa, a Clara le encantaba trabajar ahí.

-¿Una cosa no tiene nada que ver con la otra? –niega. - ¿Lo prometes?

-Lo prometo. –antes de que responda un hombre parecido al que apareció en mi habitación pasa, lo miro, pero no es. - ¿Daria, estás bien? –asiento.

-¿En qué estábamos? –sonríe.

-Ibas a aceptar ser mi novia.

-Ah cierto…

-¿Entonces es un sí? –asiento y sonríe ampliamente.

-Pero solo si te prometes que cambiar.

-Lo haré, cambiaré. –sonrío y agarra mi mano.

Al regresar a mi casa él se estaciona frente a mi casa.

-Nos vemos mañana…

-Sí, mañana a las 7am. –asiento. –Pero antes de que te vayas quería hacer algo.

Dioses Griegos. La llave de PandoraWhere stories live. Discover now