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Episodio I
Capitulo I
"El niño que vivió"

Noche de 31 de octubre de 1981, noche en la que muchos dicen que fueron arrebatadas vidas solo por una profecía que muchos dicen que es una maldición para el mundo, como para los magos y los muggles.

31 de julio de 1991

"Levantate, maldito mocoso"

Grito una mujer mientras tocaba fuertemente la pequeña puerta de la alacena que se encontraba abajo de las escaleras, Harry de un movimiento encendio la luz de la estrecha habitación.

"Otro día más..."

Harry estaba cansado, cansado de que cada día pasará lo mismo e hiciera lo mismo para consentir a su "familia", ni siquiera estaba seguro que si de verdad eran familia, no se parecían en nada.

De un momento a otro pisadas fuertes se escucharon sobre su cabeza, quería salir de ese lugar y no volver jamás.

Hoy era el cumpleaños de Harry Potter, así lo llamaron según su Tía Petunia.

Harry de mala gana se paro y rápidamente se fue a la cocina a preparar el desayuno.

Mientras lo preparaba llegó su tío el cuál lo presionaba para que se apresurará a preparar la comida.

"Hoy iremos al zoológico, espero y te apresures mocoso"

Esas fueron las palabras de la tía Petunia, Harry la observó por el rabillo del ojo ella le sonreía, levemente pero lo hacía.

Unas horas después ya se encontraban en el zoológico, a Harry le llamaba mucho la atención los reptiles, mayormente las serpientes, justo ahora se encontraba al frente de una, una gran serpiente que lo miraba fijamente a los ojos.

"Me gusta tu piel... Es hermosa"

La serpiente como si entendiera se acercó al vidrio y puso la cabeza frente a la mano que Harry tenía sobre el vidrio.

De un momento Harry ya no sintió el vidrio, sintió la piel lisa de la serpiente.

"~te e encontrado ~"

Acaso, ¿La serpiente había hablado? Harry retrocedió asustado y calló al suelo, la serpiente se arrastró al frente de Harry.

"~Te agradezco...nos veremos pronto ~"

Harry se quedó sin palabras mientras todo el mundo gritaba, sus tíos observaron tal escena que solo no quisieron intervenir.

Al llegar a casa el tío de Harry lo tomó del brazo con suma fuerza.

"Sabes lo que hiciste en el maldito zoológico"

El tío Vernon se desabrochó la correa de cuero que tenía y la desprendió del pantalón, sus manos gordas y grandes sostenían las manos pequeñas de Harry con fuerza.

"T-TIO VERNON NO POR FAVOR"

No importo la súplica de Harry, su tío lo golpeó con el cinturón, lo golpeó hasta que sus heridas sangraron y las anteriores se habían abierto, para terminar el castigo encerró al pequeño Harry en la alacena.

Harry lloró en silencio como siempre hacía, quería salir de ese lugar cueste lo que cueste... Solo quería ser el mismo.

Esa noche a las 9pm de la noche del 31 de julio, un puff sonó en el pasillo de al frente de la puerta de la "habitación" de Harry, una carta flotaba frente a la puerta.

Harry por el leve ruido se despertó, tenía hambre y no tenía de otro que no fuera dormír.

El sabía lo que era y lo que podía hacer, era un mago. Hace un cierto tiempo unos libros aparecieron en su cama hablando sobre la magia y los tipos de magia, todos encajaban con lo que él vivía.

"Alohomora"

Susurró para abrir la puerta, ahí estaba una carta de color negro, Harry la tomó sin pensarlo.

"Para el señor Potter
Mi más cordial saludo señor Potter, no se, si sepa de mi existencia Pero yo si se de la suya. Hace un tiempo deje unos libros a su poder, espero y los haya leído serán muy útiles para su educación en Hogwarts de este año... Se lo que hicieron este día tus familiares, lo lamento tanto... Me gustaría darte un regalo de cumpleaños, busca está dirección calle muggle de Charing Cross Road en Londres
Mañana te estaré esperándo, no te preocupes por si no me conoces yo te e observado muy bien... Te recomiendo no decir tu nombre, a nadie no todos los magos son buenos, nos vemos mañana, Harry Potter "
RB

Que carta tan extraña había leído Harry esa noche, pero tenía curiosidad de tal persona, estaba emocionado de que ya se hiciera de mañana.

Harry volvió a su alacena y solo se acostó en lo que él decía cama, solo era un colchón manchado con sabanas y cojines sucios, pero para el era lo mejor del mundo.

Estaba cansado, sus heridas dolían pero la emoción no desaparecia, no le quedó de otra que cerrar los ojos y dormir, con la emoción de conocer a tal persona.

La Perdición De La Magia (Drarry)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu