Capítulo 08: Un nuevo comienzo

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¡Weng!

En las profundidades de la oscuridad, Li Luo se despertó conmocionado por los sonidos de innumerables portazos. Podía distinguir débilmente las formas y los colores de su habitación familiar mientras luchaba por abrir sus pesados párpados con todas sus fuerzas.

"Eh... esto es... ¿qué?"

En un estupor despierto, comenzó a murmurar incoherentemente. Para su terror, de repente se dio cuenta de que su voz era mucho más débil que antes. Una vez poseyó la vitalidad de la primavera, pero ahora parecía un anciano con la vela de su vida lo suficientemente débil como para apagarse con la brisa.

Li Luo luchó por levantarse del suelo, pero incluso después de medio día de lucha, se dio cuenta de que ni siquiera tenía una pizca de fuerza en sus extremidades.

Al final, lo único que pudo hacer fue resignarse al destino y permanecer tirado en el suelo medio día más. Solo entonces recuperó la fuerza suficiente para levantarse y dejarse caer en un asiento junto a él.

"Joven Señor, ¿estás bien?" En este punto, se pudo escuchar la voz de una mujer. Parecía ser Cai Wei quien preguntaba por él.

Li Luo tosió y respondió: "Me desperté un poco tarde. ¿Qué pasa?"

"Qing'e me ordenó que te informara que el Consejo de los Nueve Maestros del Pabellón de la Casa Luolan están aquí y que te prepares", continuó la suave y agradable voz de Cai Wei.

"Bien." Li Luo miró una pequeña grieta junto a la ventana. La luz que entraba era especialmente resplandeciente. Estaba claro que había estado holgazaneando toda la noche.

Al escuchar la respuesta de Li Luo, Cai Wei sintió que las cosas eran un poco extrañas. ¿Por qué sonaba tan débil? Independientemente, ella siguió adelante y continuó con sus tareas.

Li Luo luego desvió su mirada hacia donde había colocado la bola de cristal negro la noche anterior. Para su sorpresa, la bola de cristal negro se había desvanecido en el aire. Solo quedaban algunos pedazos de ceniza en el suelo.

Parecía que la bola de cristal negro había activado una especie de función de autodestrucción, borrando por completo todos los rastros de su existencia.

Después de lo cual, decidió echar un vistazo al espejo para mirarse a sí mismo. Sin embargo, lo que vio hizo que su expresión cambiara incontrolablemente.

El hombre del espejo tenía una tez blanca como el alabastro. Este color haría suponer que toda la sangre dentro de su cuerpo había sido succionada.

Lo más notable fue que su cabello, una vez negro azabache, se había vuelto una mezcla de gris y blanco. Estaba claro que la pérdida de su esencia de sangre había provocado cambios masivos en su fisiología.

Absolute Resonance(Resonancia absoluta)Where stories live. Discover now