Contigo, siempre | Mi Luz (libro 2)

Cap. 12- Confesiones de un alma herida.

Creyó que su hijo solo se divertía con la muchacha, solo un pasatiempo, una distracción mientras terminaba su último año escolar allí. 

No pensó jamás que su hijo había desarrollado algún sentimiento por una huérfana. Y eso ella, cómo su madre, no debía permitirlo.  

¿Qué podrían pensar sus conocidos cuando supiesen que su hijo salía con una huérfana? No, eso jamás. 

El apellido Kozlov, jamás estaría ligado al apellido de una huérfana sin futuro alguno. 

Emily, se aferraba al enrejado que rodeaba la propiedad para poder soportar el dolor en su pecho. Sentía que en cualquier momento desfallecería y quedaría tendida sobre la acera. 

¿Dónde estaba Dimitry? 

—¿Quién eres muchacha? ¿Qué haces por aquí? Esto es propiedad privada.  

Emily, saltó en su lugar por el pequeño susto. No la había visto venir. Observó a la mujer tan elegantemente vestida frente a ella y ella tan… simple. Soltó las varillas del enrejado y secó el sudor de sus manos en sus vaqueros desgastados. 

—Busco a Dimitry. 

—¿Por qué razón buscas a mí hijo? —cuestionó la mujer con suficiencia. Bien sabía la respuesta. 

Emily, al fin pudo conocer a la madre del hombre del que se había enamorado. Aunque no en las circunstancias en la que le hubiera gustado conocerla. 

—Debo hablar con él; es importante. —susurró Emily, implorante. 

—Pues lo lamento, no va a poder ser, está empacando sus maletas. Nos estamos yendo de viaje. —respondió mordaz. No sé inmutaba ante sus ojos llorosos y su expresión de desesperación. 

—Solo serán cinco minutos. Por favor. —rogó nuevamente. Ya no le importaba nada. 

—Mira niña, puedo ver qué además de bonita también eres inteligente —Emily, la observó estupefacta por sus palabras—. Grábate en esa cabecita estás palabras: Dimitry, mi hijo, no está enamorado de ti; si es que acaso llegaste a creerlo por un segundo. Solo fuiste una más con la que supo pasar el tiempo en este lugar. Se divirtió, sí. Pero él tiene en claro sus metas a futuro y créeme cuando te digo que estar en una relación con alguien… bueno, pues alguien como tú; que no tiene padres ni nada, no es algo que le convenga ¿Comprendes?.

—Dimitry, me ama, él me lo dijo. —contradijo Emily, sintiendo un revuelo en su estómago y la risa de esa mujer le puso la piel de gallina.

—¿Y tú te lo creíste? —volvió a reír y Emily, intentó detener sus lágrimas. No quería llorar frente a esa mujer— Es lo que un hombre siempre dice cuando quiere llevarse a una mujer a la cama y veo que contigo ya lo logró.

Emily, apretó sus dientes furiosa, sintiéndose impotente por lo que decía. Sí, claro que se había entregado a él y con todo su corazón.

—¿Te doy un consejo? Cuando un hombre te diga que te ama, no corras a sus brazos, porque solo quieren una sola cosa de ti. Tenlo en cuenta para tu futuro. No te dejes engañar tan fácilmente.

—Él me ama. —insistió nuevamente. No podía creerle así sin más. 

—¿Y entonces porque no te dijo que se iba? Si te amara, como dices, te lo hubiera dicho. Pero no lo hizo y eso es porque no significas nada para él. Lamento ser yo quien te lo diga: pero solo fuiste su diversión de último año, nada más. Desengáñate muchacha, será mejor para ti.