𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚 𝟑 / 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨.

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Sergio:


No llevo cuenta de los días que han transcurrido desde que escribí la última carta, y creo que tampoco llevo la cuenta del paso que siguen los días en general. Despierto y en lo que a mi respecta, el mismo día se repite uno tras otro en un ciclo que no parece tener un final cerca. El sol sigue saliendo cada mañana, el desayuno está puesto sobre la mesa y tu nombre hace eco por cada rincón en casa. El reloj sigue avanzando y todo luce exactamente igual, nada distinto ha pasado.

Escribo esto, aún sin poder decidir sí en algún momento te lo podré hacer llegar. O sí sólo se quedarán guardadas como memorias silenciosas y siendo los únicos testigos de lo que fueron estos días en tu ausencia, escondidas hasta el fondo de un cajón esperando a nunca ser leídas.

Quería contarte que... a veces, los fantasmas que se mudaron a casa tras tu partida, vienen a sacudirme la cama, sin saber que ya estoy despierto.
Y que, aunque el destino fuera indulgente y me concediera la buena ventura de poder conciliar el sueño, sólo me basta con cerrar los ojos para que la imagen de tu recuerdo se impregne entre la oscuridad de mis sueños.
O cuando me permito perderme entre los lares de mi mente mientras que suena por el altavoz aquellas canciones que dejaste repartidas entre mi playlist y que me recuerdan a ese tiempo cuando aquí todo estaba bien y que sí, sí era consciente de eso.

Siguen ahí, no las he quitado.
Porque me recuerdan a ti y a esos días en los que te deslizabas entre mis canciones, buscando algo que pudieras poner y que después terminarías por quejarte, dibujando tu rostro con un puchero y diciéndome que para ti todas sonaban exactamente iguales.
Y las dejabas sonando, mientras esperabas a ver mi reacción, esperando a ver si me gustaban de la misma manera en que lo hacían para ti, sin darte cuenta de que lo que más me gustaba se encontraba justo frente a mí sonriéndome, expectante.

Me mostrabas un pedazo de tu alma, y ahora yo, la atesoro como lo más preciado que significa para ti.

Pero tras esta tarde, creo que en recuerdos se quedarán.

No pienso quedarme un segundo más en casa, encerrado condenado a lamentarte mientras tú te encuentras afuera pareciendo estar mejor de lo que estabas a mi lado.

Durante todo este tiempo pensé que tal vez te encontrarías sólo en tu país, en aquella casa que está sl frente del mar y que fue testigo de varias escapadas y momentos que compartimos durante dos años, buscando alejarnos del caos que acompaña nuestro alrededor, buscando alejarnos del que dirán y permitirnos ser sólo tú y yo en ese lugar, guardados tras esas paredes.

Y que en cambio, el contraste con la realidad que choqué hoy me ha despertado.

En navidad, pude ver que estabas acompañado en esas fechas por tu familia al comprobar una de mis redes sociales. Una aureola de color verde rodeaba la fotografía de tu hermano y al ceder ante la curiosidad, pude comprobar su contenido; diferentes fotos y vídeos donde se te podía ver claramente, y me pregunté sobre que fue lo que les podrías haber dicho para justificar mi ausencia en esa y en cualquier espacio que ocupara ahora tu vida. Aunque, seguro lo habrían deducido mucho antes por sí solos, atisbos de nuestras peleas cada vez eran más conscientes para los ojos de todos, así que ahí tenía la respuesta a mi propia pregunta. Pero la que siguió, fue aún mas intrigante porque ahora me preguntaba porque yo aún tenía acceso de esa manera a algo tan cercano a ti.
Olas de diferentes emociones se mezclaron y atacaron mi interior y que no te voy a mentir, le dieron calidez a mi necesitada alma y mantuvieron prendida una pequeña llama de la esperanza.

Y que por varios días fue alimentada así, de historia tras historia donde parecías disfrutar de su compañía y la de otros, en diferentes cócteles, lounges elegantes y reuniones extravagantes que me daban la imagen que asistirías a cualquier lugar que se te invitara sin poner ninguna protesta o sin pensártelo en realidad mucho.
Y que en cada uno, sentía que me alejaban cada vez más de aquel sentimiento de calma y calidez que me habían abrigado al principio y que ahora me arrastraban a la idea de que en cualquiera de esas oportunidades, alguien más podría tenerte en el calor de su cuerpo y que yo ya no era merecedor de ningún tipo de explicaciones. Mi falso sentimiento de pertenencia sobre ti se había desvanecido y yo ni siquiera me di cuenta de que lo había perdido.
Así los días pasaron, construyendo una rutina entre yo y aquellas historias durante varios días, hasta que un día simplemente se detuvieron.

Las historias de tu familia dejaron de aparecer tras esa aureola verde y un pinchazo en mi estómago se hizo presente; una inquietud se esparcía sobre mi cuerpo pero mi padre estaba en casa, y sabía que en ese momento no podía permitirme flaquear ante él, así que dejé mi mente correr sobre el simulador y todo fluyó.

Mi padre salió a reunirse con otra gente a lo que, para justificar mi ausencia, me excusé nuevamente con el simulador y por fin la soledad en casa volvió a ser mi única compañera.

Al entrar al móvil, comprobé que continuaba en el mismo estado que horas atrás pero una nueva publicación en tu perfil era la protagonista; una fotografía de tu familia mientras te rodeaban fraternalmente sobre una mesa y de la cual, tu sonrisa y un pastel con las letras grabadas "Happy Birthday Checo" y un par de velas que al juntarlas, lograban formar un "35".

Me deslicé por la pantalla y miles de comentarios acompañaban la publicación, donde la mayoría te celebraba con júbilo y auténtica felicidad.

Pero mi corazón se detuvo, porque yo había olvidado que día era hoy y que sin duda a equivocarte, puedes apostar que eso me trajo hasta aquí, donde siento que si puedo hablarte.
Aunque tú ni siquiera te enteres...

Leí un par de comentarios más de aquellos amigos que recuerdo eran cercanos a ti, hasta que leí uno donde decía que 《se alegraba de que su relación traspasara los límites de la pista》y regresé mi atención nuevamente a la publicación y noté que efectivamente, habían más fotografías por deslizar.

Y mejor no lo hubiera hecho.

¿Por qué estaba Lewis ahí contigo?

No sé el porqué.

26 de Enero de 2025, 11:48 pm.
La pre-temporada está por empezar, y yo ya no pienso estar aquí ni un segundo más lamentando algo que tú ya enterraste.







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N/A: Perdón por la demora, pero el próximo cap se los traigo más tarde (aquí ya es de madrugada).

Tomen agüita. ♡

Cartas sin remitente. || Chestappen Where stories live. Discover now