2. Prayer

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A la mañana siguiente, después de despertar y ver el envoltorio de su desgracia, solo después de lanzar la lujosa caja negra contra la pared -varias veces- Isagi logró irse a su entrenamiento con un humor considerablemente más ligero.

Isagi caminó dentro del camerino con cautela, evitando a los idiotas y buscando vislumbrar a sus amigos antes de entrar a calentar con el resto de sus compañeros extranjeros, intentó prolongar el encuentro con su desequilibrado pero funcional equipo vistiéndose lo más lento posible. Mientras se cambiaba de ropa en frente de su casillero, Hiori se acercó a Isagi con una sonrisa amigable, ya vestido con su uniforme deportivo.

—Te ves bien —lo saludó suavemente Hiori, dándole un amigable apretón en el hombro—, ayer se te sentía como un muerto en vida.

—Sí… fue un día lleno de noticias —Isagi le restó importancia al asunto—, ¿has visto a Kaiser?

La boca de Hiori casi cae el piso al escuchar aquella pregunta. Agarró el rostro de Isagi, tocando su frente, corroborando que no tuviera fiebre, Isagi sentía que le veía como si estuviese loco.

—No puedo creer que estés preguntando por Kaiser —la voz de Hiori sonaba consternada—, ¿no quieres descansar por hoy?

Isagi rodó los ojos, alejándose del agarre de Hiori para terminar de ponerse su camiseta.

—Estoy bien, solo necesito hablar unas cosas con él.

—No está bien, es un idiota —la voz intranquila de Kurona irrumpió en la conversación, acercándose a Isagi y Hiori.

—Kurona —Isagi lo saludó con una sonrisa—, ¿escuchando a escondidas, bribón?

Isagi atrapó la cabeza de Kurona entre sus brazos y desordenó aún más el cabello esponjoso del pelirrojo, este se quejó, pero también mantenía una sonrisa.

—Lo siento, lo siento —se rió y reclinó ante el toque de Isagi— pero no pude evitarlo, estaban hablando muy fuerte.

—¿Para qué quieres hablar con Kaiser? —preguntó Hiori, con sus casi grises ojos celestes estrechándose, sus sentidos agudos captando la irregularidad de ese hecho.

Isagi intentó mantenerse al margen, no queriendo decir nada sobre que él y Kaiser viajarían juntos.

—No es nada muy importante, es solo que… —no pudo terminar de inventar una excusa cuando un brazo lo agarró desde los hombros y lo empujó suavemente hacia un pecho ya conocido.

Al menos Isagi no debió buscar más, ya que Kaiser había ido hacia él.

—Eso no les tiene porqué importar —la voz de Kaiser sonó dura y poco amigable—, pueden largarse, el entrenamiento ya empezó.

Los ojos de Hiori se estrecharon aún más.

—Entonces tú también te tienes que ir —Hiori alzó su barbilla, sin dejarse amedrentar por el tono hostil de Kaiser, hablando muy suavemente—, Isagi dijo que no es importante, pueden hablar después del entrenamiento.

La mano de Hiori alcanzó la muñeca de Isagi, intentando apartarlo del alfa alemán, pero el agarre de Kaiser sobre Isagi se volvió firme y doloroso. Kurona y Hiori se mostraron rebeldes a obedecer, el ambiente volviéndose pesado por las feromonas de alfa y beta.

—Están llamando la atención  —se quejó Isagi, soltandose tanto del agarre de Kaiser como de Hiori—, no causen un alboroto.

—Pero Isagi… —Kurona insistió.

—Estaré bien, no demoraré mucho —Isagi le dio una sonrisa tranquilizadora a sus amigos—, nos vemos en un rato.

Kurona y Hiori asintieron, dándole una mirada desafiante a Kaiser antes ir a la cancha. Kaiser no se inmutó ante las amenazas de los compañeros de Isagi, y esperó pacientemente a que el vestidor estuviera vacío. Cuando por fin lo estuvo, Isagi le miró con varias dudas en sus profundos ojos azules.

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⏰ Last updated: Mar 02 ⏰

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