Noche

La noche, el momento en el que los astros habitan el cielo para despedirte, aquel instante de penumbras en que podés encontrar y olvidar, desarmar y desamar.

Algunos podríamos describir a la noche como aquella parte del día que le da fin a la jornada, pero para otros el inicio. Sin pensarlos mucho podríamos decir que es un antes y un después en nosotros. Es silencio, y como sabemos, el silencio anuncia el ruido. La noche es propia, la hacemos cada vez que la vivimos, la vemos como un momento, pero también son sentimientos, miedo, pasiones y muchos de los casos es un pase de entrada para compartir. Muchas de estas cosas, la noche las deja a tus pies, pero no es hasta que el día te hace dar cuenta de como ella te regaló. Cita, y predice cada movimiento de nuestras palabras y acciones.

Nos deja darnos cuenta de cómo somos; con nosotros mismos, con los demás, y con aquellas cosas que utilizamos para sentirnos personas.
La noche lleva poco tiempo, mucho menos que el día. Nos obliga a adaptarnos a ella, pero cedemos con mucha esperanza a que cada una sea mejor o igual a la anterior.

En relatos e historias manifiestan a la noche como enemigos de la luz, sin embargo, para que exista uno, inevitablemente debe existir el otro. Lo que le da sentido a todo es que exista su opuesto.

Es nuestra oportunidad de encontrar nuevamente lo que éramos, donde y cuando fuimos felices, a lo mejor replicar ese momento, y no existe mejor ocasión que esa.
En ella buscamos lo que nunca tuvimos, pero nos hacemos creer que lo obtuvimos, buscamos repetir lo que nunca paso, y buscamos armar lo que ni las piezas nos han sido entregadas. Aun asi ella nos da esperanzas, nos envuelve con su seductora luz fría, haciéndonos despertar en su alba como si renaciéramos, quien sabe, quizás si lo hacemos.

La noche nos deja romantizarla, o nos hace romantizarnos, cualquiera de las dos nos descubre, nos muestra al mundo, de como en realidad somos a solas, nos hace visitantes del deseo, pero huéspedes de la ternura carnal.

En el ocaso nos adentramos en la jaula de oscuridad y desesperación en la cual solo podremos salir si nos libramos del insomnio, de las cadenas hechas de sentimientos desencontrados, nuestro corazón injusto, o la llegada inminente del amanecer.