NAVIDAD

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Los brazos de Miles rodeaban la desnuda espalda de Maddie, mientras ella movía sus caderas sobre él y su cabello caía hacia su lado derecho. Los gemidos inundaban la habitación.

—¡Ah! Miles...—los gemidos se estaban volviendo más fuertes.

Madison bajo por completo en la erección y Miles relajó su cuerpo, ambos terminaron en un orgasmo. Él se tiró hacía atrás, arrastrandola con él y cubrió sus cuerpos con las sábanas, aún rodeándola con sus brazos.

—Eres hermosa, Russell.—susurró Miles, acariciando el cabello de la antes nombrada.

Lo único con lo que no contaban, era que desde la otra habitación los padres del chico escuchaban la situación. Eso porque en vacaciones de navidad, decidieron ir a la ciudad y pasar estos días con su familia.

A la hora de la cena, ambos chicos estaban durmiendo pero Madison despertó y se levantó, se colocó sus bragas y shorts, al no encontrar su camiseta, tomó la de Miles y se la colocó, sin brasier.

La puerta se abrió, dejando ver al padre de Miles.—Oh, hola.

—Hola—susurró la chica, confundida por esta actitud del hombre de ir a la habitación de Miles.

—¿Como estás...?—pensó un momento—Madeline.

—Bien, llamándome Madison como todas las veces que he venido a esta casa.—no era un secreto que a la familia de Miles no le agradaba Madison, a veces hacían cosas en su contra a propósito.

—Venía a decirle algo, a ambos, pero seré considerado y hablaré contigo primero.—Maddie lo miro con curiosidad—Madeline, no sé quién crees que es mi hijo o si piensas que es como los chicos que te acuestas, pero en mi casa las cosas no se hacen de esta forma.

—Primero, no me llamó Madeline—se cruzo de brazos—y, segundo, no me acuesto con nadie, agregar que no sé de qué me está hablando.

—No me gustas para mi hijo, lo sabes.

—Lo sé, pero jamás he entendió cual es su miedo, ¿que Miles termine siendo igual que ustedes? Completamente jodidos, con una familia perfecta falsa y tratando de llenar los vacíos con departamentos, autos, más terrenos, caballos y dinero, ¿cierto? ¿Ese es su miedo? Que Miles tenga un hijo joven y termine igual que usted... Pero no se preocupe, Miles no se involucró con una menor de edad.—la mandíbula de el mayor de apretó con fuerza, molesto por los comentarios de la joven—Nunca podría joderle la vida a Miles de esa forma, porque a diferencia de su familia, nosotros nos amamos.

—¿Cual es tu precio entonces?

—¿Me quiere comprar o que es lo que quiere? ¿Arruinar la felicidad de su hijo?

—No te estoy comprando, estoy solucionando un problema con dinero... De esa forma funciona el mundo.—Maddie asintió

—Pues seguirá teniendo un problema y toque la puerta antes de entrar, no le gustaría encontrarse con alguna escena, ¿cierto?—el hombre se molesto y salió de la habitación, cerrando la puerta.

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—¿Le ayudo en algo más, señora Fairchild?—Madison siempre intento irse por ese camino, conquistar a la madre de Miles y poner tener al menos una fiesta en paz.

—No, cariño, está bien... Grosse hará el resto.—le sonrió

Madison fue a Miles y este paso su brazo por sus hombros, sintiendo la mala vibra que había entre ella y su padre, sin entender el por qué.

Se sentaron a la mesa, a comer pavo mientras todo era un pleno silencio y la música sonaba de fondo.

Maddie sintió esa fría mano en su muslo así que lo miró y le dio una sonrisa, Miles le devolvió la sonrisa. Su mano comenzó a correr sus piernas y apretar un poco.

𝙵𝚄𝙲𝙺 𝙼𝙴-𝙵𝙰𝙸𝚁𝚂𝚂𝙴𝙻𝙻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora