2. Pasado

5 0 0
                                    

  
                                      Lana🏍️

"Las cicatrices nunca se van. Así que ten cuidado con que o quien te lastimas, porque son para toda la vida"

Antes de salir de mi casa, mi padre me había detenido antes de tiempo. Escaparme a escondidas no siempre era la mejor opción, para la próxima no saldré por la puerta sino por la ventana de mi habitación.

—¿A dónde crees que vas?

Había maldecido para mis adentros, pues con las luces apagadas y sin ruido no me había dado cuenta que estaba sentado en el sofá tras de mí.

—Voy a salir con Enzo y unos amigos.

—¿Y no me piensas avisar o qué?, sales de la casa, ahora de noche y no me lo dices, hoy en día la calle ya no es como lo era antes Lana.

—Pero voy con Enzo y unos amigos, no me pasara nada.

—No lo sabes.

—¡Deja de sobre protegerme!, —me miro con un gran asombro, nunca le había gritado— tengo dieciocho años, quiero vivir. Sabes que si manejo no bebo. Además, mañana es mi aniversario con Gabriel y pienso llegar temprano.

Se levanto del sofá y fue hasta mi cautelosamente y me tomo de los hombros.

—Lo único que te pido como padre es que me respetes y que seas capas de confiar en mí. Nunca te he dado razones para faltarme el respeto. Solo pido que hables conmigo, quiero que hables conmigo y si quieres salir que me lo digas, para que como padres estemos tranquilos.

—No empieces.

—Solo quiero cuidarte y ese es mi deber como tu padre desde que llegaste a mi vida.

Recordé ese día. Cuando le dimos un papel a Darío que decía, "quieres ser nuestro papá de por vida", el no pudo evitar llorar y abrazarnos a mi y a mi hermano Cameron.

Pero había veces que mi lado rebelde quería decir lo contrario. Aunque ahora legalmente lo fuese. Y se que no seria justo, porque Darío nos había respetado y protegido como un verdadero padre.

—¿Puedo ir o no?

—A las dos como tarde te quiero en casa.

—Pero llegar a la casa de Enzo me toma media hora y llegar a la fiesta una hora. —respondí media indignada.

Suspiró harto de la conversación.—Si te quedas en algún lado me avisas así puedo quedar tranquilo. —Fue hasta su mesa de licores. —Y por no decirme las cosas vas a tener que acompañarme pasado mañana a una campaña de políticos que tengo porque tu hermano no puede y tu madre menos.

—Pero...

Me interrumpió antes de que pudiera contestarle. Las chicas me matarían, les había dicho que nos juntaríamos a merendar algo por la tarde, me odiaran porque soy yo siempre la que cancela por cosas y había jurado esta vez no tendría nada que se interpusiese en mi camino para por primera vez cumplir mis promesas.

—Pero nada. Agradece que soy un padre cool y buena onda y no le diré nada a tu madre.

—Les prometí a las chicas que esta vez sí podría ir.

—Pues ve diciéndole a las chicas, —con una voz burlona. —que esas son las consecuencias de no hacer lo que tienes que hacer.

—¡No es justo!

—Justo no es el valor del dólar, sin embargo, estamos en donde estamos.

Me gire hacia la puerta y antes de abrirla me confeso la cosa mas cariñosa que nunca había escuchado.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 22 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Tus ojos y los míos Where stories live. Discover now