Felino Salvaje. | RyoSaku

-Capitulo 16-

No debería.

Ryuzaki debatía en su interior. Lo que estaba haciendo estaba mal, pero necesitaba hacerlo, el dolor en su pecho le exigía observar, pero el que esté detrás de esa pared, escuchando como aquella chica intentaba entablar una conversación con el ambarino, demostraba que su dolor podía más que la razón. Minimizando la guerra interna en la chica se consentro en aquella conversación, debía escuchar a qué llevaría todo aquello, después de todo hasta tuvo que despachar a su amiga para poder seguirlos.

- Mira. Escucha... - la chica toma aire tomando fuerzas para hablar. - me dijiste que no diga nada, no lo hice y mantuve tu secreto. Esa vez en el salón de biología fue genial y... Yo... Yo realmente no estoy bien con mi novio, lo hacemos mucho y todo pero no es igual. ¡Mi novio no puede hacerme sentir ese placer! Ese fuego y ardor que me hiciste sentir tú, muchas veces no llego a correrme cuando estoy con él. - hablaba algo angustiada la chica castaña, el la miraba indiferente pero interesado, de repente con una sonrisa burlona en su rostro la interrumpe.

- Si tu novio no puede complacerte ¿Por qué vienes a quejarte conmigo? Puedo darle clases pero no son nada baratas. - dijo con burla en su voz.

La chica se aproximó. - No es eso... Echizen-San yo... - la joven se ruborizo, en un acto de valentía tomo a Ryoma por la remera en la zona del pecho. Un escalofrío recorrió el cuerpo de la joven espía sintiendo un reconocido nudo en el pecho de impotencia. - ¡Quiero que me cojas! ¡Cojeme y asme gritar como esa vez! - en un rápido movimiento poniéndose un poco de puntas la joven besa al de reflejos verdosos pasionalmente.

Sakuno se re oculto en la pared, intentando contener las lágrimas que se acumulaban en sus ojos, el nudo de alojó en su garganta y pecho al mismo tiempo y un temblor atacaba sus manos y rodillas, cubrió su boca así no se oía su acelerada respiración. La voz del chico la saco de su sufrimiento.

- Escucha. ¿Crees que me interesa tu placer? Ni siquiera se tu nombre. - Ryuzaki voltea a mirar mientras una lágrima traicionera resfala por su mejilla. Ryoma había empujado a la chica lejos de él y la sonrisa arrogante llena de burla. - No eres ni serás la única a la que me coji, no te coji por qué quería hacerte disfrutar. Eres solo una muñeca caliente que sirve para mi propio placer, no me importa nada tuyo, solo me importo yo. - dichas esas palabras se volteo emprendiendo camino hacia la puerta de las duchas.

La chica seria se alejo lo más rápido que pudo, huyo de la humillación del joven. Sakuno sale de su escondite apenas escucha la puerta cerrarse, mira esta misma y nuevos pensamientos surgen en ella.
¿Debería entrar y saldar su deuda? ¿Debería intentar hablar con él? ¿Que estaba haciendo allí? ¿Si lo hacía le dolerá? ¿Tendrá valor para hacerlo nuevamente con él y después de lo que escucho? ¿Ryoma-Kun es realmente como decía su padre?
La cobriza suspiro invadida de tantos pensamientos, aspira aire y abre la puerta. Dentro del lugar ella diviso el bolso del ambarino tirado a un costado con algo de su ropa como la chaqueta y remera, el sonido de la ducha funcionando le hacía saber en cual de todas ellas estaba el chico, traga saliva y sus mejillas se sentían calientes como estar frente a la calefacción.

- Ryoma-Kun...

Lo llamo.

-Debo hablar con él. Debo saldar mi deuda o podría disgustarse, si se cansa de mi puede romper nuestro trato e irse libre dejándonos abandonados, pero no me siento lista ni tampoco quiero decir que no. ¡Puedo hacerlo! Voy... Voy a acostarme con Ryoma Echizen... Consiente está vez.

Penso la joven dándose ánimos a si misma, necesitaba darse ánimos para lo que quería hacer y la información que quería conseguir.
El ambarino abre los ojos cuál tenía cerrados, su seño se frunce sin mirar a un lado específico una sola duda surgió en su mente.