—Si te hubiera dejado bañarte, hubiese sido en un lago y te aseguro que no te hubiese gustado en absoluto bañarte con los drakas

La miré con el ceño fruncido. No tenía ni la más idea remota de lo que eran los drakas pero hubiera preferido mil veces, salir de esta jaula y poder sentir un poco de aire. Ella me observaba con diversión, la maldita zorra se estaba burlando de mi por no saber nada sobre este mundo pero me importaba una mierda, porque una vez la matara y consiguiera salvar a Xylia, nunca más nos tendríamos que preocupar por volver a ese lugar.

—Por lo que veo aún no has degustado nuestra comida.

Sonreí irónico.

—La verdad es que no quería morir por  una intoxicación alimentaria —espeté con sarcasmo. 

—Si no comes, no saldrás de aquí —me estaba poniendo a prueba. Pero no podía caer, debía persistir aunque significara seguir resistiendo a no comer esa porquería. —Sería una pena que no conocieras tu nuevo hogar, el Páramo es realmente bello y estoy seguro de que muchas de las brujas están deseando verte.

Me reí de forma burlona. 

—No me convence en absoluto —acabé diciendo yo de forma sutil. —Además, preferiría no mantener contacto con nadie a tener que ver a las de tu especie. —dije fulminándola con la mirada.

Ahora fue ella quién se rió, y tiempo después acabó quitándose la capucha mostrando todo esa belleza mortal muy parecida a la de la brujita. Avanzó varios hacia mi, yo no me moví. No le tenía miedo, ni a ella ni a todos los de su especie. Me podían matar en cualquier momento y me daba igual porque habría muerto buscando una forma de liberar a Xylia, a pesar de todo, me habría sacrificado por ella. 

Finalmente acabó parándose a escasos metros de mi, uno o dos para ser exactos. Era más bajita que yo, no por mucho pero lo suficiente para que tuviera que alzar su mirada para poderme mirar directamente a los ojos.

—Eres testarudo, y eso me gusta, pero recuerda que estás bajo mi dominio, Neithan —su voz se acababa se convertir en un mero susurro. Entonces noté como uno de sus dedos, sobre todo la ua de su dedo índice empezó a recorrer un camino desde mi abdomen hasta donde se encontraba la marca que me había dejado. Mi respiración se entrecortó cuando noté que se paraba ahí, y un pequeño dolor empezaba a incrementar proveniente de ahí. —Eres demasiado útil en esta guerra y sería un desperdicio matarte pero si que puedo hacer ciertas cosas contigo.

Fruncí el ceño tras haber oído el tono con el que pronunció esas últimas palabras. Entonces por su expresión maliciosa, lo entendí todo cuando miró hacia atrás y esos guardias vinieron a por mi. Ella empezó a dirigirse hacia la puerta cuando esos dos soldados me tomaron por los brazos y me resistí. No tenía miedo pero no me causaba ninguna sensación positiva aquello último que dijo sobre hacer "ciertas cosas" conmigo. Me removí e incluso, con todas mis fuerzas conseguí tumbar al hombre mientras que la mujer se aferraba con fuerza sobre mi brazo derecho y me intentaba inmovilizar. Pero fue un fogonazo lo que me hizo caer al suelo, un fogonazo de fuego lo que sentí e mi cuello y que me recorrió cada parte de mi cuerpo. Gruñí como si fuera un oso salvaje ante tal sufrimiento. En cualquier caso, rápidamente me inmovilizaron aprovechando que me habían pillado desprevenido debido a ese duro golpe, que no tenía la menor duda de que había sido provocado por esa manipuladora y calculadora bruja.

Finalmente consiguieron volverme a poner de pie, a pesar de mi irregular respiración y de que me sentía como si me hubiesen dado una paliza. No tuve la intención de caminar, así que me arrastraron. La Bruja Roja ya no estaba y las puertas estaban abiertas. Al ver mis armas, casi me desmoroné, esas preciosas armas y tan hábiles que me habían sido otorgadas, además de haberlas creado. Me acompañaron en una infinitud de misiones y todas habían sido lo suficientemente resistentes para aguantar pero verlas ahora, allí tiradas, me rompió el corazón. Aún así, tan solo tuve tiempo de visualizarlas ya que esos soldados andaban con rapidez. Mi mirada estaba clavada en el suelo, ¿cómo el mejor Guardián del Bosque había acabado de esa forma? Eso sí, cuando pasamos de aquella puerta exterior, no me sorprendí al ver el mismo estilo de construcción. Era un largo y ancho pasillo hecho de las mismas piedras que aquella celda, iluminados por antorchas situadas en las paredes. El suelo también era de piedra y estaba algo mojado, ya que pasemos por encima en una pequeña rejilla donde iba a parar ese agua, como si fuera un almacenamiento de agua. No tenía ni la menor idea de lo que se trataba, lo único que sabía que aquello debía de ser un pasillo subterráneo ya que en ningún de las paredes se podía ver la luz del día. 

La Leyenda ÁureaWhere stories live. Discover now