Capitulo único

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A la edad de 4 años A-Yuan conoce a su padre alfa por medio de pinturas que su a-niang le mostró.
—Él era un hombre noble y amable—Su a-niang le dijo—Ambos son idénticos.

A-Yuan preguntó si alguna vez él vendría a visitarlo. La mirada triste que le dio su padre Omega fue suficiente para evitar hacer más preguntas en el futuro. Él era un niño inteligente y sabía que había cosas que pondrían triste a su A-niang. Había veces en las que él se pondría triste al ver una flor que se encuentra en su libro favorito, o lo estaría cuando se encontrase a solas con los conejos que viven en la colina trasera. Había veces en las que incluso él estaría triste al ver sus ojos.

A la edad de 5 años A-Yuan descubre porque su padre no está con ellos. Gusu Lan es un lugar que prohíbe los chismes pero los cultivadores Lan siguen siendo solo humanos; es imposible evitar que esto no sea llevado a cabo. Entonces, escucha a algunos discípulos mayores hablando de Wei Wuxian, su padre.

Hablan de como fue que traicionó a su propia familia, de como mató a los que amaba y asesinó a sangre fría a cualquier persona que quisiera detenerlo.

A-Yuan se dijo a sí mismo que eso era mentira su padre no sería capaz de ello. Había escuchado muchas historias que lo ponían a él como un héroe; alguien que lleva ayuda a quien más lo necesita. Su padre se lo dijo, y él nunca le mentiría por lo que cree que ellos están mintiendo. Si fuese más grande tal vez iría a golpearlos pero con su cuerpo tan pequeño y débil no podría hacer nada. Sería una batalla perdida y su Shifu le había enseñado eso; aceptar que a veces hay peleas que son demasiado difíciles para ganar.

De cualquier manera, eso no evita que corra a la parte trasera de la colina y vaya a llorar junto a sus conejos. Le hubiese gustado llorar contra el pecho de su A-niang y pedir un castigo para los discípulos que inventaron esos chismes pero se contiene. Sabe que ello hará que su padre llore también y él no quiere verlo llorar. Llora y patalea contra el piso pero cuando el sol comienza a caer se dice a sí mismo que debe regresar; su A-niang lo espera. Con ese pensamiento en mente limpia las lágrimas secas de su cara, acomoda la cinta de su frente y sale corriendo hacia el Jingshi, todo con una sonrisa en el rostro.

En su cumpleaños número 6 su tío le pregunta qué es lo que desea como regalo. —Puedes pedir cualquier cosa—Le dijo.

Su tío siempre había sido una persona demasiado cariñosa y amable, él lo ama y ésta seguro que su tío también lo hace. Por eso, cuando escucha que su tío le dará lo que sea que pida, él pide lo que ha deseado desde que tiene memoria.

—Quiero ver a mi padre.

Su tío borra la sonrisa en su rostro. Aprieta sus puños cuando no escucha respuesta alguna por parte de él. Ya esperaba eso pero no evita que sea doloroso.

En su cumpleaños busca algún indicio de ropas negras en el Jingshi, busca por una persona que nunca aparecerá. Su padre no llega, no escucha su voz o siente sus brazos rodeándolo en un cálido abrazo. Solo recibe algunos cuentos, dulces y los abrazos de su tío, su abuelo y su padre Omega. Se imagina a su padre a su lado, sonriendo y deseandole una vida larga y próspera; eso es suficiente para hacerlo feliz por el resto del día.

Por la noche se escabulle a la colina trasera. Su A-niang irá a una cacería nocturna y eso lo dejará solo por el resto de la noche. Para evitarlo, decide ir con sus conejos. Lee junto a ellos un cuento que su tío le regalo, justo cuando comienza a sentirse adormilado ve una estrella fugaz pasar en el oscuro cielo.

Ha es escuchado sobre ellas, según los  libros infantiles que su tío le compra las estrellas fugaces cumplen cualquier deseo que sea hecho de corazón. Su tío abuelo había dicho que eso era falso, tal cosa como convertir los deseos en realidad no era posible.

See you soonWhere stories live. Discover now