—Tengo que irme con Malentha a resolver unos asuntos —lo miré inexpresiva. —Volveré en unas horas, si ocurre algo avisa a Ilyra. 

Asentí sin más, sin mostrarle ni una sola expresión.

Tras aquello, los tres salimos del baluarte aunque yo cogí un camino totalmente diferente, teniendo que pasar por uno de los campos de entrenamiento de aquellos machos y hembras. Todos me observaban, o más bien, cuando se percataron de mi presencia pararon de entrenar y centraron sus miradas en mi. No me sentía pequeña bajo sus dominantes miradas, todo el lugar olía a sudor, un lugar donde entrenaban el cuerpo a cuerpo, además de los circuitos. Todos ellos eran imponentes pero ninguna me iba a intimidar, si eso era lo que querían lograr. Levanté en alto mi cabeza, el rostro serio y con una confianza bastante inestable. 

Ellos eran superiores, eso era indiscutible, pero no podía darles aquello que ellos querían ver, el miedo. Así que con mi seguridad humana avancé por el campo, notando sus miradas en mi espalda a medida que me alejaba de ellos. Todos ellos eran excepcionales, guerreros natos que estaban más que preparados para luchar y ser partícipes de una guerra. Entonces antes de que pudiera reaccionar, noté como alguien me balanceaba y me arrastró hasta que dar en un pequeño lugar no muy visible. Me taparon la boca para que no pudiera chillar, a pesar de que no paraba de gruñir y sobre todo, de moverme, intentar zafarme de su agarre. Finalmente me soltó lanzándome contra una de las paredes del palacio. Gruñí al instante, cuando mi pobre cuerpo impactó contra la pared de piedra y luego caí al suelo.

Mi cabeza pesaba, todo mi cuerpo parecía ser como una losa de piedra enorme. Intenté moverme, más bien levantarme, sin éxito. 

—¿Qué...? —intenté preguntar pero sus pasos y su voz me cortaron.

—Menuda humana de mierda —escupió ese macho desconocido mientras yo intentaba levantarme pero fue él quien me agarró del pelo y me levantó la cabeza, provocándome un dolor bastante agudo. 

La sensación de que en cualquier segundo me arrancaría la cabeza, era persistente y angustiosa. Me quejé y sollocé ante la impotencia a ese dolor tan insoportable.

—Así que tu eres la zorra del rey —se rió seguido de sus palabra burlándose de mi —demasiado frágil pero fácil de romper — su aliento contra mi oreja me hizo estremecerme.

No debía dejar que me ganara el miedo, no tenía que paralizarme. Y menos cuando una de sus manos empezó a tocarme la cintura, me sobresalté y con todas mis ayudas intenté apartarme, no dejar que fuera más allá. 

—Seguro que con el resto de esclavas, podréis satisfa...—alguien lo cortó y más cuando un chillido reverberó en esa zona inhóspita. 

El chillido contra mi oido no fue nada, comparado con el peso del cuerpo de ese hombre a quién no había ni podido verle la cara, impactando sobre mí. Era un peso muerto, ya no había vida en ese cuerpo. Rápidamente, alguien apartó ese peso de mi y su aura era me azotó fuertemente, al saber de quién se trataba. Su aura fría y mortal me envolvió provocándome un escalofrío que rápidamente agradecí al notar como las sombras se envolvieron a mi alrededor como si fuera una manta.

Ni siquiera pude levantarme cuando escuché su voz.

—Joder Xylia —me ayudó a girarme con cuidado y a quedar bocarriba viendo a ese maldito rey.

Todo daba vueltas, lo veía doble y para el colmo, se veía muy guapo preocupado. Parecía que todo estuviera relantizado, sus movimientos y mi respiración. Pestañeé varias veces, no podía oír bien lo que me decía, tan solo escuchaba atisbos.

—Draven, avisa a Ilyra. 

Eran esas pequeñas frases las únicas que podía entender, incluso cuando noté que me elevaba con sus fornidos brazos y me apegó a su enorme pecho. Lo más probable era que me hubiera hecho algún tipo de corte y más, cuando notaba la parte izquierda de mi cara húmeda. Mis pestañeos eran cada vez más lentos, mucho más difíciles de mantener abiertos. La calidez de su cuerpo me envolvía a pesar de estar frío como un témpano de hielo. Me agarraba con tan cuidado que me enfadaba estar en esta situación.

La Leyenda ÁureaWhere stories live. Discover now