Luego de despedirse de Matías, una vez estando nuevamente en su país y en lidiar con su vida cotidiana, se vió enfrentado a tres largos y duros meses de trabajo para el proceso de filmación de una de las nuevas películas en las que había aceptado trabajar.
Como la producción exigía finalizarla lo más pronto posible, los horarios de Enzo se vieron sofocados por lo que el pelinegro tuvo que abstenerse a cumplir con su rutina ya que o sino no tendría tiempo para hablar con su menor.
En el poco tiempo que tenía libre prefería mil veces pasar el rato con sus gatas y perder horas en el celular chateando o en videollamada con Matías, que a salir de fiesta o algo por estilo. Ya bastante fatigado quedaba trabajando casi todos los días debido a ser el coprotagonista del nuevo filme.
Terminó exhausto cuando por fin concluyó el rodaje. Siendo beneficioso ya que para su suerte le quedó una semana a disposición para reorganizarse y preparar sus cosas y equipaje para viajar a Argentina.
Matías lo había invitado al cumpleaños de su padre que se aproximaba, y ya aprovechando lo presentaría a la familia como su novio oficial.
Enzo quería mentalizarse el hecho de que el actuar del menor no era apresurado, descartando el mal rollo de por medio, ya hace más de un año que andaba con Matías y hace un poco más de tres meses que se habían formalizado. Eran adultos, por lo que ya podían presentarse sin ningún inconveniente.
Cuando el día de embarcar viaje llegó, contó con los dedos los minutos que restaban por terminar el vuelo. Yendo a correr a abrazar a su novio cuando apenas bajó y lo vió esperándolo con los brazos abiertos.
"Enzuu." Repitió besos por toda la mejilla del más alto mientras este lo mecía de un lado al otro al compás del fortificante abrazo.
"Mati, amor, ¿cómo estás?"
"Muy bien ahora que te veo, ¿vos?"
"Un poquito cansando, pero ahora me siento más tranquilo al estar con vos."
"Yo igual, veo que tenés mucho para contarme." Insinuó las ojeras aún marcados a causa del hostigador trabajo. Enzo sonrió y asintió, el menor tomó uno de los brazos para pasarlo detrás de su nuca y sostener con uno de los suyos la espalda baja del mayor.
"¿Vamos?" Recibiendo un 'si' del pelinegro, caminando abrazados uno al lado del otro fuera del aeropuerto hasta el estacionamiento, con plena comodidad ignorando alguno que otro fotógrafo que quería capturar la escena para causar polémica y controversia ante la relevante relación entre los dos actores.
Como era temprano, Enzo y Matías aprovecharon para acomodarse y que el mayor se instale, había traido ropa como para un mes ya que se iba a quedar por un buen rato viviendo en la casa de Recalt, quien estaba más que satisfecho con tener al morocho nuevamente a su lado.
Ese mismo día a la noche irían a la casa de la familia de Recalt por el cumpleaños de su padre y Vogrincic negaría si dijera que no se sentía nervioso al respecto, temiendo co.o un chico en plena adolescencia al ser presentado por primeras vez a los padres de su pareja.
Las horas pasaron rápido así que ya se encontraban viajando a la casa familiar, siendo recibidos por uno de los primitos de Matías el cual le habían dicho que abriera la puerta, haciendo sentir avergonzado a Enzo cuando el niño lo reconoció y saltó emocionado.
"¡Vos sos el de la peli!" Exclamó sonriente el infante corriendo en dirección a la sala. "¡Mami mirá!"
"¿Qué pasa hijo?" Habló una mujer desde el centro de la casa.
"¿Está bien el nene?" Pregunto una de las adultas que acompaña a su hermana, aflojando su ceño y abriendo los ojos sonriente al ver a Matías parado en la puerta, yendo a abrazar directo a su menor.
