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"Los fantasmas son simples mitos para asustar a los niños pequeños... Y a los idiotas."

Lo que solía repetir Genya a sus hermanos pequeños cuando les costaba acostarse y dormir, las historias de Sanemi improvisadas solian ser de terror, y Genya era el único que no se asustaba... O al menos el único que podía ocultar ese miedo.

Ya habían pasado unos meses desde la última interacción de Genya con sus hermanitos, que ya no se encontraban con el... Era demasiado joven para eso, así que no era raro que sueñe con ellos, hablándole como solía ser antes.

—¿Ya es de día?— Genya se frotó los ojos, recién despierto se levantó del futón, mareado, aun no terminaba de amanecer. Se había levantado a tiempo para ir a buscar a su hermano, que se quedaba hasta la madrugada matando demonios con lo que tenía a mano.

—¡Nemi!—Grito, distrayendo a su hermano quien estaba apuñalando freneticamente con un hacha a un demonio. Tenía uñas largas, o garras mejor dicho, y sus manos daban asco, manos que Sanemi sostenía, y que descuido cuando escucho a alguien gritarle por ese empalagoso apodo.

El demonio logro hacerle daño, está vez en sus brazos, que al parecer recibieron cortadas profundas pues no dejaban de sangrar. La sangre de el albino era especial, pero el demonio parecía tener resistencia a esta, sumándole a que ya estaba muy lastimado.

La rabia que tenía Sanemi lo hacía tolerar un poco el dolor ocultandolo en adrenalina.
—¡Genya vete de aquí, me distraes!—Genya no era tonto, pero sabía que seguramente sería una carga si se mantenía allí, procedió a correr y esconderse... Cómo lo único que hacía siempre...

Otra vez no había logrado disculparse, su hermano ya no le hablaba como antes, siquiera venía a casa de vez en cuando.

→→→

Ya habían pasado días sin que Sanemi vuelva, días que se volvieron semanas... Que se volvieron meses, y luego años.

Genya ya había perdido todo contacto con Sanemi, y desde entonces estuvo entrenando con Himejima, el pilar de la roca. Digamos que "lo respetaba", respeto que al comienzo no tenía en lo más mínimo, sinceramente sus entrenamientos le parecían inútiles e ineficientes, aún no lograba manifestar técnica de respiración alguna.

Paso un tiempo hasta que Genya se dió cuenta de que el problema era el, que era su culpa no poder usar una respiración, y que el era el problema.

Otro día más en la mansión del señor Himejima, al que Genya había comenzado a considerar una figura paterna... Había terminado los entrenamientos que le ponía, había empezado a entrenar por su cuenta, Himejima últimamente había estado teniendo más misiones de lo normal. Nada raro, Genya sabia que el volvería a casa sano y salvo, o al menos tenía asegurado que volvería vivo.

—¿No tienes hambre, Genya?

—No, puedo comer pero... No tengo tanta hambre.—Su apetito estaba desapareciendo desde hace tiempo, progresivamente cada vez comía menos, hoy había tocado su punto más bajo, había pasado dos días sin comer nada... Que recuerde, solo tomo unos vasos de agua.

—Deberias comer más... No te volverás fuerte si no comes lo suficiente, intenta comer algo por ahora.

—E-esta bien...—Llevo la galleta a su boca, y empezó a masticar... Sinceramente, no recordaba que comer sea tan asqueroso... Le desagradaba la sensación de la galleta deshaciéndose en su boca, haciéndose una masa y luego tener que tragarsela... Lo mastico lo suficiente, o lo que el consideraba suficiente, aún que con la fuerza de mordida que tenía no debía morder mas de tres veces para dejar toda la galleta fragmentada en pedazos suficientemente pequeños para tragar.

—¿Genya?—Eso lo sacó de su burbuja, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabía que más de lo normal para solamente haber comido... Media galleta.—Al menos lo estás intentando, eso es lo bueno.

—¡De verdad lo intento! Solo que últimamente no tengo hambre, eso es todo—Se justifico el Shinazugawa

—Solamente me quede aquí para pedirte un favor, espero que no sea de mucha molestia —Dijo en seco Himejima

—¿Si?

—Se que viviste aqui por mucho tiempo, quizás aún no la consideres tu casa, pero... Supongo que notaste que últimamente estoy más ocupado, y no tengo tiempo para muchas cosas, te quería pedir sí podrías cuidar la casa... —Genya ladeo la cabeza, cuidarla así como...¿Protegerla? El más alto se percató de eso, fue capaz de sentir  "confusion" de parte de Genya—Ya sabes, limpiar y eso.—Explicó

—¿Solo eso? ¡Está bien!— El más alto sonrió, y se levantó.—¿Cuando volverás?

—Quizas en una semana, Genya, prende velas en los altares todos los días... Los espíritus se pueden poner un poco pesados a veces, por si no lo notaste —¿Espíritus? Bueno, hace mucho no escuchaba esa palabra...—Adios, ten cuidado Shinazugawa.

Salio, para regresar unos segundos después.
—Y come más, porfavor.—Ahora si, salió. Y no iba a regresar en un tiempo...

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Au: Fantasma x Cazademonios

My Best Boy ♡| One Shots, Genya Shinazugawa x LectoraWhere stories live. Discover now