"En otro universo" [JUJUTSU KAISEN x lectora]

2

Narradora

Nuestra protagonista se encontraba plácidamente durmiendo, con el cabello alborotado y se veía muy a gusto abrazando los muñecos que inesperadamente llegaron a la puerta de su casa.

El sol hace horas que había salido, lo que significa que ya eran pasadas las 11 del día.

La muchacha lentamente abrió sus ojos, con dificultad, como resultado por haber dormido más de doce horas.

—Mmgh... —se removió en la cama con pereza, sin querer dejando caer uno de los muñecos.

—¿Qué hora es? —preguntó como si alguien le fuese a responder, buscó su  celular por la cama y miró la hora cuando lo encontró, sorprendida se levantó de golpe.

— ¡Oh dios! ¡Es tarde! ¡Debo ir al trabajo!

Aunque repentinamente frenó a penas se puso de pie, sintiendo el mareo mañanero que la hacía tambalearse al levantarse tan rápido.

—Cierto... me despidieron.

Quedó mirando un punto fijo en el suelo por unos cinco minutos, parpadeó rápido al ver que había tirado uno de los muñecos, Itadori Yuuji para ser exactos.

Con delicadeza lo recogió con ambas manos,  se quedó mirando al muñeco por poco tiempo y lo dejó en su cama para dirigirse al baño a darse una ducha.

—Ah... quien diría que la soledad podría ser tan linda... y también triste.

Bebía un té helado que había comprado hace unos minutos, después de haberse dado un baño ordenó su casa y decidió salir a hacer unas compras.

De paso comió algo de ramen en un local de comida rápida para no hacer almuerzo en casa.

No ha subido a su cuarto desde que salió.

— No pensé que me aburriría tanto... —murmuró bajo mientras bebía su té— Tal vez debería practicar algún hobbie.

Y es que, ella ya tenía un hobbie en específico, pintar al óleo.

No es que ya no lo haga, simplemente no ha tenido inspiración para crear otra obra.

—Mejor no, aun tengo algo de pereza, tal vez duerma otro rato en el sofá —pensó la chica. Se dirigió al sofá y se lanzó de espalda sin cuidado, como resultado se golpeó la cabeza con el respaldo.

—Carajo...—se quejó adolorida, se acarició la parte trasera de la cabeza mientras maldecía— Dios sabe que si tuviera ojos en la nuca sería demasiado poderosa.

Con una mueca se sacó los lentes y los dejó en la mesa del living, y esta vez con cuidado se recostó en el sofá, le agrada el silencio así que no prendió la TV y cerró sus ojos.

—Ah cierto, no puedo dormir sin a abrazar algo. —recordó y se levantó buscando una almohada del sofá. — mmh... es muy grande, es incómodo.