Me siento en el pequeño escritorio junto a mí televisor y enciendo la computadora con un suspiro de cansancio. Se me había olvidado la tarea y ahora tengo que tener todo listo para mañana.

Odio las clases, odio a los profesores, odio la tarea, odio al mundo, odio todo lo que respira, odio mí vida. Ojalas mañana amanezca muerta.

Hace unos días había estado haciendo la tarea pero me puse a ver tiktoks y se me olvidó terminarla aunque gracias a Dios deje una página abierta con la investigación sobre la cultura venezolana, por lo menos ya había investigado un poco sobre el tema. Tengo varios pendientes escolares y tengo que ponerme al día si no quiero dejar ninguna materia.

Ese sería mí fin.

Ada sale y yo no le prestó atención, solo me concentro en hacer mí tarea aunque la información que tengo de internet no es del todo confiable pero es todo lo que tengo. Bueno, tampoco es que los profesores se fijen mucho en el trabajo, solo necesito un 20 y paso la materia.

Analizo con cuidado la información que tengo y hago un resumen con detalles, definiciones y significado de los nombres de los típicos platos de Venezuela.

Investigo en Google más sobre la cultura, costumbres y cosas así. Me gusta hacer todo a la perfección aunque confieso que es bastante agotador.

Paso horas escribiendo y redactando el proyecto en un documento PDF. Sonrió al ver todo lo que hice, quedo muy bien elaborado y me enorgullezco de mí misma. Estoy apunto de imprimirlo pero pasa una catástrofe.

-¡Naguara! Se fue la luz, coño e' la madre.

Gritó con furia y me levanto con sintiendo la sangre hervir en mís venas. Joder, mí trabajo de horas.

Pateo mi escritorio con fuerza pero un segundo después me arrepiento. Chillo ruidosamente y empiezo a dar saltitos al sentir el dolor insoportable en mí pie. Quiero caminar hasta la cama para sentarme pero me tropiezo con un tacón y caigo al suelo golpeandome la cabeza contra el escritorio.

«De mí cabeza sale sangre por montones y siento que van a tener que amputarme el pie»

Ok, estoy exagerando pero es que de verdad tengo mala suerte. No hay luz y de paso perdí horas de de estudio.

Odio mí vida.

Me levanto y tomo mí bolso dispuesta a ir a la biblioteca porque nada ni nadie puede detenerme.

Como puedo camino hasta la puerta tocando las paredes para guiarme porque todo esta oscuro. Abro la puerta y salgo hacia la sala sintiendo como el dolor de mí pie desaparece.

-Pa' voy a la biblioteca

Le gritó a mí padre y salgo de la casa corriendo de la casa con rapidez para que no me regañe. Por el afán casi piso a mí gata pero logro esquivarla y salgo de la casa con rapidez. Son las 7 de la noche y todavía no tengo mí tarea lista.

Llegó a la parada y espero pacientemente que la buseta de la vuelta por todo el barrio para que luego salga y me lleve hasta la única biblioteca de Falcón.

Solo por seguridad me escondo el teléfono en las tetas.

La buseta por fin da la vuelta y se detiene en la parada. Subo con rapidez sintiendo la rabia hervir mís venas por culpa de la luz y me voy al final de los pasillos para que nadie vea mí cara de culo.

Lo de hoy no estoy segura de lo que en realidad paso, mí mente siempre me juega malas pasadas y tengo miedo de mí misma. Aunque diga que no me importa mí salud mental es mentira, tengo miedo, tengo miedo a que la ficción se vuelva mí nueva realidad, a que pierda la noción del tiempo. Tengo miedo a no saber distinguir la realidad más nunca. A volverme loca.

Me duele saber que en cualquier momento puedo perder la cordura.

No recuerdo cuando fue exactamente pero se que desde hace un tiempo me diagnosticaron esquizofrenia avanzada, pero de alguna manera he logrado mantenerme cuerda durante todos estos años.

Hay dias en los que me despierto y dudo hasta de mí propio reflejo. Joder, ¿Esa soy yo?. Siento que el espejo me miente, que mí vida no se siente real. Que yo no existo.

Es duro lidiar con la sensación de que en cualquier momento podre perder la cordura y tal vez la vida en uno de mis arrebatos.

La buseta se detiene en mí parada y yo me bajo sintiendo que todos me miran. Mís piernas tiemblan con nerviosismo y procuro dejar de pensar en eso. Solo estoy paranoica.

Tranquila, nadie te va tocar. Solo sal en silencio y pasarás desapercibida.

Me repito a mí misma tratando de convencerme de que todo esto solo es un estúpido miedo, estoy bien solo que mí mente me quiere hacer creer otra cosa.

Me bajo con rapidez y empiezo a caminar por las calles de la plaza con la mirada en el suelo. Me pongo la capucha y aferró mís manos a mí mochila para tratar de calmarme.

Mí cabeza duele, es como si tuviera un segundo corazón ahí. Me duele cada palpitación que late, es como si en cualquier momento pudiera explotar.

Mí respiración es pesada, aveces siento como mí pecho se oprime haciendo que mí aliento se corté. Es como si quisiera gritar pero de mí garganta no sale ningún sonido, es como si me hubieran silenciado.

Siento como el sudor frío corre por mí frente, me siento muy cansada y siento como sí todo el mundo se me viniera encima.

Mierda, mierda y más mierda. Es un ataque de pánico.

Miles de imágenes pasan por mí cabeza como si fueran una película que se repite una y otra vez como un maldito bucle sin fin. Ya no se lo que sucede al mí alrededor, solo lucho por tratar de respirar. El oxigeno abandona mí cuerpo y siento como sí todo diera miles de vueltas. No puedo respirar.

Pongo la mano en mí cuello con la esperanza de que todo acabe. Por supuesto que amo la muerte, siento que es una de las cosas más bonitas pero también tengo miedo.

Morir, ¿Se siente así? Sentir como la vida pasa frente a tús ojos y no tienes el poder de cambiar eso, es realmente frustrante ¿Cierto?.

Sentir que todo por lo que has luchado a sido en vano. Que tús esfuerzos por salir de ese maldito lugar son inútiles. Las personas son egoístas pero cuando todos se enfrentan a la muerte ahí sienten el verdadero terror.

La muerte es una de las creaciones más hermosas que existen pero todos le temen. Apesar de que la deseo justo ahora siento como el miedo se apodera de mí. No quiero morir, quiero matar esto que hay dentro de mí.

¿Mors? ¿Quien carajos soy?.

La niña que mató a su madre, la inútil, la inservible, la rara, la callada, la depresiva, la enferma, la santa, la fea, la flacuchenta, la niña que le teme a la muerte pero que de alguna manera retorcida la quiere, la suicida, la perfecta, la obediente, la respondona, la malcriada, la niña que aprendió a leer a los 4 años de edad para no decepcionar a sus padres, la cerebrito, la inteligente, la de buen comportamiento.

Joder, yo no soy eso.

Mí nombre es Mors y soy la maldita princesa que sobrevivió a este retorcido mundo lleno de maldad.

A los pies de la bestia Where stories live. Discover now