-¿Missa? ¿Me escuchas?

-Sí, sí, lo siento, Roier, es que no sabía el apellido del chico ese.

-¿Chico ese? Missa, es Philza Minecraft, el dueño de la empresa de marketing y publicidad más conocida de Estados Unidos ¿Te suena "M-Alfa"? La M es por su familia ¿Comprendes? Oye... ¿Si quiera leer los artículos de la revista para la que trabajas?

-Pues... La verdad... -Dejé que él interpretara mi silencio, mientras una de mis manos buscaba la pequeña manita de mi hijo, quien me miró al instante y me escuchó, separando sus pequeños labios, señalando hacia dentro de su boca con su dedito.

-Hambe -Lo escuché decir, con sinceridad no estaba escuchando nada del largo sermón que me daba Roier, solo me paré y fui a la cocina para buscarle algo de comer a Chayanne, revisé bien, hallando huevo, sí, podíamos comer huevo frito con arroz ese almuerzo, claro, él sin yema, la yema era mala por algo que ni siquiera me interesa. Suspiré, tomé la sartén y le coloqué aceite, mientras encendía la estufa, prestándole al fin atención a mi coqueto amigo del otro lado de la línea.

-Roier, hombre, eres peor que mi padre ¡Vamos! ¿A quién le importa? Fue solo un alfa reclamando a un omega frente a otras personas, nadie hizo un escándalo ¿Tú por qué lo harías?

-Es que no es solo un alfa, Missa, es Philza. ¿Sabes que viene rechazando a toda persona que se cruza en su camino? Es uno de los solteros más codiciados de EEUU. Rayos, Missael ¿Estás seguro que no vives bajo una piedra o algo así?

-No lo hago, solo no le tomo atención a cosas que no me interesan.

-Y entonces ¿qué hacías con él en dicho evento? ¡Encima dicen que dijo que eras suyo y que eras su nuevo omega! ¡Esto es una colosal!

-Las revistas exageradas, Roier. Solo hizo su obra de caridad y me sacó de ese lugar, fue una idiotez mía, tomé alcohol y como no estoy acostumbrado, mi organismo reaccionó, estaba cerca del celo, así que se adelantó. Él se encargó de que no me devoren ¿Entiendes ahora?

Aquel tema de conversación me desesperaba un poco, no porque Roier fuera insoportable, esa fase de nuestra amistad ya estaba superada y había aprendido a tolerar el carácter extrovertido de mi amigo, sino porque no me agradaba mentirme a mí mismo aún en mi propia casa. , pero menos me gustaba el admitirle al mundo, o en este caso a Roier, lo desesperado que estaba por volver a ver esos ojos oscuros, o que mi omega no dejaba de jadear y gemir emocionado simplemente con escuchar el nombre de aquel idiota.

Hace mucho, muchísimo que no pasaba por algo así, un tipo de flechazo que quería superar, no me sería fácil saber que ahora el tipo ese era un empresario, hijo de papá, dueño de tanto dinero y que yo había sido su pequeña obra de caridad a la que asco le dio cogerla. De acuerdo, no es la primera vez que le doy asco a un beta o a un omega, y sé que muchas otras vendrán, pero él no sabía ni mi historia, ni se tomó el tiempo de verme el cuello y admirar la pequeña cicatriz que dejó. el lazo roto, nada, él simplemente me tuvo asco por no ser de su misma clase social, eso me hacía reventar pero de la rabia.

-Y solo eso, ¿estás seguro? -Al parecer había logrado calmarlo.

-Sí, Roier, vamos ¿Por qué te mentiría?

-Bueno pero dijiste que tu celo se adelantó ¿No? Ustedes hicieron... Algo o...

-Nada. Hermano, parece que olvidas con quien hablas. Soy el omega imperfecto ¿Recuerdas? El terror de los alfas, el bicho que nadie toma en serio.

-Missa, sabes que no me gusta que te expreses así de ti.

Sentí hasta ternura por la lástima de Roier hacía mi persona, él, siendo un precioso y perfecto omega, muchas veces me había dicho que lo esperara en otra vida, que vendría como un perfecto alfa y me mordería, sin importarle que sus padres lo mataran. por eso. Roier era un niño pequeño en un mundo de grandes, jamás dejaría de decirle lo agradecido que estaba con él por tenderme la mano, aun siendo como soy, cuando él podría burlarse de mí o hablar sobre mi caso a mis espaldas, como imaginaba muchas. de mis compañeras y compañeros omegas hacían. "Oye, no vayas tan rápido con tu pareja, no creo que quieras terminar como Missa Sinfonía". Sí, eso dijeron.

-Tengo que dejarte, Roier, voy a darle de comer a Chayanne y luego tengo que ir a trabajar muy temprano, hay una rueda de prensa que desea que fotografíe ¿Nos vemos pronto?

-Espero, el que se desaparece eres tú, Missa. -Bueno, tenía razón.

-Te llamaré, lo prometo.

-Saludos a Chay, dile que le llevo chocolates escondidos pronto.

Después de que cortamos la llamada, regresamos a la sala mientras soplaba sobre la comida, sentándome al lado de mi pequeño y dejando el celular al otro lado, ignorado, realmente odiaba la idea de recibir llamadas, peor ahora que Roier ya se había comunicado. , significaba entonces que las serían del trabajo, así que o eran malas noticias, o noticias laborales.

-A ver, chanchito, vamos a comer.

A pesar de que él estaba entretenido con su juego, observó la comida y su vista se iluminó, dejó de importarle su auto en la televisión de la sala y se giró, arrodillándose en el sofá, abriendo su pequeña boquita de par en par, esperando que le dé la primera cucharada, él ya sabía comer solo, y lo hacía cuando teníamos la visita de Spreen o cuando salíamos a pasear, pero en nuestra intimidad, estando solo ambos, Chayanne sabía que me gustaba mimarlo e incluso a veces complacía a mi omega dejándome continuar dándole leche mientras lo arrullaba, como un pequeño de meses de nacido.

Le di la primera cuchara cuando escuché el timbre. Solté un largo suspiro ¿Cuándo dejaría de molestarme el exterior? Me levanté, permitiendo que Chayanne coma solo mientras observaba por el pequeño espacio que servía como ojo mirador, en mi puerta. Era un repartidor, un beta repartidor, mejor dicho. Abrí la puerta, encontrándome con un chico algo nervioso, que me miró entre con curiosidad o coquetería, quizás aún no se iba por completo el aroma de mi celo.

-¿Missa Sinfonía?

-Sí, ese soy yo.

No le devolví la sonrisa, no tenía muchas ganas tampoco de coquetear con alguien, estaba con mi hijo. El chico al parecer lo comprendió, después de unas cuantas miradas de su parte, lo observé retirarse para traer desde su auto un ramo de flores rosadas, era enorme, estaba perfectamente decorado en una canasta con listones rojos, cubierta con una bolsa transparente y también. con unos cuantos puntos entre rojos y blancos, pequeños, tal cual una ligera lluvia de chispas. Me entregó el ramo que tomé con esfuerzo, haciéndome firmar después un papel y retirándose. No servía de nada que le preguntara quien lo mandó, ellos no tenían derecho alguno de dar información, lo sabía porque había visto muchas películas románticas donde pasaban a cortar, si el alfa deseaba que sepas su nombre, te lo diría en su momento o en el ramo, sino, nadie te lo informaría por respeto a las técnicas de seducción, si se puede decir así.

Chayanne se bajó del sofá emocionado, admirando con cautela el ramo que dejó sobre el suelo para que él pudiera observarlo, me gustó la sonrisa llena de emoción en su rostro, sin embargo se me revolvió el estómago cuando fui capaz de observar una tarjeta entre las flores.

"Espero hayas sido bueno y obediente. PM."

Bueno, de no ser por Roier, me hubiera confundido con las iniciales, aunque ahora me quedaba más que claro quién las había enviado. Suspiré y dejé el ramo en ese lugar, en medio de la sala, seguro cuando Spreen llegara sabría qué hacer con él, a mí nunca me habían regalado algo así. Quería ignorar mi corazón, deseaba ignorar a mi omega saltando de felicidad y por sobre todo intenté que la sonrisa en mis labios no apareciera, pero era imposible, estaba sonriendo peor que una quinceañera en cumpleaños. Mierda, esto es tan patético.

Después de unos minutos, me acerqué de nuevo al ramo y tomé las flores para ponerlas en agua, se iban a marchar si no lo hacía. Me dije mentalmente que solo las estaba cuidando por darle un buen final a aquellas pobres flores recortadas de seguro un hermoso jardín, sin embargo, puedo decir que no dormí en toda la noche cuando las conté. Eran doce rosas rosadas. Entré a internet para confirmar lo que había leído alguna vez cuando era más joven, sonrojándome al instante, estaba seguro ya que sentía caliente hasta mis orejas.

"Una docena de rosas, de preferencia rosas o rojas, deja el mensaje claro. Doce, simboliza "Quiero que seas mía" con letras grandes, no hace falta decir más, el número de rosas habla solo."

---------------------------------------

Recordar que este fic es una adaptación, la original le pertenece a @Justbromance

Hello, ya tocaba otra actualización, ya tengo la otra parte lista, probablemente la suba entre hoy y mañana jsksjs, en fin, me dio gracia ponerle de apellido Minecraft a Philza, pero no se me ocurría otro, en fin.

Bye!!

The Perfect Omega ☆Kde žijí příběhy. Začni objevovat