―¿No quieres hablar también de Molly?

―Sé que ella volverá a sus sentidos eventualmente. Nunca ha podido mantenerse enojada con su viejo padre, ―sonrió Henroin con orgullo, apoyando una de sus pesadas manos sobre su vientre―. Después de todo, las niñas siempre son más apegadas a sus papás.

Quería golpearlo.

Lucifer, Satán, Dios... quien fuera... No importaba. Quien sea que le diera un poco de paciencia o terminaría matando a ese bastardo. No podía creer cómo Henroin no veía el duro esfuerzo que hacía Molly por mantener conexiones entre toda su familia. El sacrificio que ella siempre había hecho. En su lugar, el Don creía que ella simplemente era una persona emocional que quería mucho a su papá y le perdonaría todo. El nivel de narcisismo de ese hombre ya no debería sorprenderlo.

―Entonces... ―Angel miró su cigarrillo con indiferencia―. ¿Se te perdió tu primogénito?

―No, porque sé que ha estado viniendo aquí.

―Eso se debe a que tengo la mejor mercancía, ―se cruzó de piernas y sonrió de lado―. ¿No nos decías que un verdadero hombre siempre tiene sus chicas favoritas en los mejores clubs?

―Se que Arackniss no viene aquí por las putas, ―Henroin respondió entre dientes―. ¿Qué estás planeando, Overlord Angel Dust?

Oh.

¡Oh!

¿Así íbamos a jugar?

Bien.

―Lo que estoy planeando, Don Henroin, es reconectar con mi hermano al igual que lo hice con Molly. Darles opciones. La Familia siempre va primero ¿no? «La familia, la organización y después tú.» Siempre fue así ¿verdad, Don? ―Angel se levantó y apoyó sus manos sobre su escritorio―. Planeo cumplir el puto juramento que me obligaste a hacer a los cuatro años con el cañón de un revolver en mi sien: Proteger a mi hermano mayor.

―¿De qué? ―El hombre se atrevió a preguntar y su tono fue sardónico e incrédulo.

¿De qué?

―¡De ti! ―Angel rugió, sintiendo cómo su cuerpo se tensaba y alargaba, sus dientes afilándose mucho más―. Obviamente de ti. ―Él mordió cada palabra que se derramó de su boca.

Henroin soltó una carcajada pesada y cruel en su dirección, indiferente ante su reacción. Como si Angel fuese nada.

―No me vengas con excusas, muchacho. Se lo que realmente quieres y debes saber Arackniss es muy orgulloso como para servirte... a ti.

Henroin no conocía a sus hijos.

¿Servir? No. Angel jamás había querido que sus hermanos le sirvieran. La idea se le hacía repulsiva.

Pero ¿trabajar juntos? Por supuesto, sería un idiota si no deseara eso. Niss era una patada en el trasero con buenas ideas.

En ese momento, por ejemplo, su hermano estaba vigilando a Velvette y Sophie.

―Entonces, ¿planeas quitarme a mi hijo? ―Henroin preguntó, acortando la distancia entre ellos.

Su padre era masivo.

Enorme.

Una Bestia.

―Yo no obligo a mi familia a quedarse conmigo, ―Angel apagó su cigarrillo y lo dejó caer a un lado.

Su padre volvió a reírse, haciéndolo como Anthony. Estúpido. Ingenuo. Torpe.

―¡Por favor! Eres un Overlord. Todo tu poder recaer en obligar.

Probabilidades implícitasWhere stories live. Discover now