One Shoot

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Hantaro

"La primera vez que lo vi era tan radiante como la luna llena en mitad de la noche. La luz del escenario impactaba sobre su fina figura. Resaltando sus rizos blanquecinos y su piel de porcelana. Su voz endulzando mis oídos entonando una melodía suave y frágil. La cual parecía que se iba a quebrar mientras parecía gritar reclamando su lugar en el mundo.

Era mi primera vez viendo a un Idol en acción, pero solo se que aquella voz y aquella figura angelical, llegaron a lo más profundo de mi corazón."

Kudal

"La primera vez que lo vi era tan deslumbrante como mirar al mismo sol. Su enorme y enérgica sonrisa me cautivaba mientras no podía evitar perderme en el bosque de sus ojos. Aquel joven se había acercado a mí sin ni siquiera conocerme, tendiendome su mano de manera torpe. Sin embargo, algo dentro de mi me decía que aquella no era la primera vez que nos encontrábamos, que estábamos unidos de alguna manera por el lazo del destino.

¿Acaso significaba que era mi alma gemela?

*****

-¡Kudal! ¡Kudal! -se oyó la voz energética de un joven se elevó por encima del ruido producido por la muchedumbre que transitaba por la calle. Su dueño, un joven de cabellos oscuros y rojizos, alzaba la mano de manera nerviosa e impaciente.

"¿Cómo he accedido a esto?"

Aun pensaba Kudal mientras caminaba tranquilamente, no porque su compañero tuviera prisa, él iba a acelerar su paso. Aún quedaban unos segundos para que el reloj marcará las 10:00

-¿Llevas mucho tiempo esperando? -le preguntó el joven de rizos albinos mientras se colocaba las gafas.- Te veo especialmente entusiasmado... -Kudal analizó a su compañero de arriba abajo.

Hantaro siempre solía vestir con sudaderas y chaquetas más "cómodas" y de estilo sport. Pero aquel día llevaba una chaqueta algo más formal, de color oscuro, abrochada hasta la mitad del pecho, e incluso el cuello de una camisa de un color verde pastel a cuadros asomaba por debajo. Había sustituido sus vaqueros rotos con parches por unos estrechos a juego con la chaqueta e incluso había cambiado las botas anchas de siempre por unos zapatos. Un cambio sutil en su ropa que le hacía verse mejor. Aunque lo más notable era su pelo, el cual que joven siempre llevaba hecho un remolino ahora parecía perfectamente peinado y con gomina. A Kudal le entraron ganas de reír y todo, a veces ese chico era tan adorable como un niño pequeño.

-¿Qué? ¿Q-qué pasa? -interrumpió Hantaro algo nervioso de que su compañero lo mirase tanto si pronunciar una sola palabra. Era como si estuviera pasando un examen médico. Kudal siempre era tan meticuloso que daba miedo cuando se quedaba así. Entonces Kudal levantó la mano revolviendo el pelo de su compañero, deshaciendo en un solo instante toda una hora de intentar domar su rebelde pelo.

-Así mejor... -fue lo único que dijo de manera calmada mientras le miraba de manera inexpresiva. -Hoy estás bastante bien, me gusta la ropa que has elegido hoy.

Hantaro parpadeó algo confuso, no sabía muy bien cómo reaccionar, Kudal solía ser bastante tranquilo y reservado, no le gustaba mucho involucrarse con el resto. Además que su afilada y sincera lengua no es que agradara mucho. Pero quizás fuera algo peculiar, pero en unos pocos meses se había vuelto un compañero inseparable para él.

-Gracias... -es lo único que fue capaz de responderle.

Entonces, el de cabellos rojizos le hizo un gesto con la mano, para indicarle el camino con una sonrisa alegre, era su día libre podrían disfrutarlo tranquilamente. Nunca habían tenido un día tranquilo para salir como dos personas normales. siempre que lo había visto había sido en el live house, en los ensayos o algunas vez que había pasado por el supermercado donde trabajaba, Kudal había conseguido entradas para un concierto de un grupo idol muy famoso en aquel momento, y había aprovechado para invitar a su compañero como un "buen estudio de campo"

RHATKs: Una cita por San ValentinWhere stories live. Discover now