𝗨 𝗡 𝗜 𝗖 𝗨 𝗦

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Bam Veinticinco ha muerto, es lo que la rubia había dicho una vez terminada la prueba. Los ojos azules del Khun estaban llenos de muchas emociones.

Sintió la misma sensación de ser dejado atrás como con María, y ahora su amigo se iba, pero está vez, no iba volver.

O eso pensaban todos, el joven de cabellos celestes decidió ayudar a Rachel para subir la cima de la torre; pues es lo que Bam quería hacer por ella.

Bam era el reflejo de lo que alguna vez fue él hacia María, quería ayudarla a pasar las pruebas para hacerla en la siguiente princesa Zahard.

Y él fue causante de consecuencias que jamás olvidaría, a pesar de esa capa fría que mostraba a aquellos, por dentro hay alguien amable pero herido.

Rachel lloraba por la ida de Bam; pero era un simple acto para actuar como la más afectada y usarlos como sus «piernas» para llegar hasta lo más alto. Pero pocos sabían que... Más que mirar las estrellas reales, el cielo nocturno y la suave brisa, desea ser la protagonista de la historia de Bam, cumplir los deseos de Arlen, pero solo una persona ya sospechaba de ella, y claramente era Agüero, pero le daría el beneficio de la duda.

Después del incidente el equipo se dividió en dos, uno en donde Agüero cuidaría de Rachel y otro seguiría escalando la torre.

Después del incidente el equipo se dividió en dos, uno en donde Agüero cuidaría de Rachel y otro seguiría escalando la torre

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Khun estaba trabajando sin parar en su faro, y viendo que estrategias usar para seguir avanzando en la torre, una de las integrantes que decidieron quedarse igualmente, fue Enid, a pesar de su condición de ciega, no le impedía luchar día a día para seguir escalando la torre.

Ahora que el joven lo piensa, ¿por qué esa ciega se niega a dejar de subir? Algo sorprendente es que a pesar de tener todo en contra, se aferra a lo que cree o desea, eran deseos genuinos, como los de su amigo por la rubia.

Parecía que había horneado algo, pero estaba tosiendo un poco mientras tocaba un cuadernillo con mucho cuidado, una sonrisa un tanto burlona salió de él, ¿se le habrá quemado el postre? No pensaba que fuera de esas personas en hornear; pero desde que hay una cocina, ella trata de cocinar junto Gyetang, aunque parece que trata de evitar ella cocinar totalmente para Ran.

Me intimida mucho Ran, pero no es un mal chico...

Eso diría Enid, la verdad, no quería decepcionar a Ran, por lo que mejor ella seguía instrucciones de Gyetang.

—Agh, ¡se supone que debian quedar suaves! Están quemadas y duras— suspira derrotada.
—¿Qué tanto haces enana?— entró a la cocina para verla toser violentamente.
—Estaba intentando hacer galletas de mantequilla; pero salieron fatal— suspira.

Nuevamente pensó en su amigo, esa chica era un tanto inocente, le preocupaba más por el hecho de que fuera ciega; no tenía idea si era ciega parcialmente o totalmente. Enid jamás habló de su pasado y nunca hablaba abiertamente de su familia.

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