Capítulo 09 - ¿Preguntas o sexo?

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— ¿Por qué tanta prisa Srta. Boynton? — pregunta una voz, saliendo de prisa. — ¿La están esperando? ¿Tiene alguna cita?

— Detective Beer — lo saludo amablemente — Mis asuntos no son incumbencia del pueblo, eso lo incluye a usted.

Intento seguir su camino, pero su voz la detuvo de nuevo:

— Está muy equivocada, si me incumben — aclara, excéntricamente. — Hoy seré su oficial de guardia, a donde vaya usted iré yo.

¡Qué maravilla! — susurro para sí misma.

— Perfecto Detective — asintió sonriendo. — entonces, dese prisa que debo ir a matar a alguien.

Sin dejarlo pronunciar palabra alguna empezó a caminar, siguió dando zancadas largas para llegar mucho más rápido, sus intentos de hacerla detener fallaron; no era tan fácil de convencer.

Ya no soy aquella niña <<Beer>> aquella niña tonta e ilusa, que se enamoró.

Aprendió a ocultar sus emociones y a no dejarse chantajear de nadie, si no recibía algo a cambio, estaba cansada de los golpes y de la sumisión. Su pasado le estaba pisando los talones, cada vez más, con la llegada de la señora, el juego cambiaba y nuevas piezas en él aparecen.

¿Quién será el próximo en morir?

Las personas no son lo que parecen, el secreto familiar será revelado en algún momento, muchos se verán afectados, hijos ilegítimos aparecerán reclamando una herencia que no les pertenece. Su obsesión por el manicomio, esa obsesión que apareció desde aquella vez que ella murió.

A dos casas de la biblioteca, las manos de Agnie temblaban, su ansiedad estaba volviendo; hace una semana no tomaba medicamentos y la psicosis ya estaba en un 40% en todo su sistema, pronto lo volverá hacer y se probara lo que es capaz de hacer por revelar otros secretos que no son los suyos. Lo que en su mente danzaba eran las órdenes que le dio su padre, esa lista y el golpe que le dio su abuela, su "Madre" había pasado a un segundo plano; su hermano a un tercero y el resto no tenía importancia alguna.

No por ahora, más adelante los necesitaré cuerdos. — se repitió.

Antes de tomar el pomo de la puerta, para ingresar a la biblioteca fue jalada bruscamente por el hombro.

— ¿Qué harás aquí Boynton? — pregunta, el Detective.

— Alquilar una porno.

Se soltó de su agarre y entro, antes de llegar al cubículo de la recepcionista fue detenía de nuevo:

— ¡Aquí no hay películas porno! — exclama, confundido. — no quieras verme la cara de tonto.

— No haga preguntas estúpidas, Detective — dijo cansada. — ¿Qué hace usted en una biblioteca?

No espero su respuesta, vuelve a soltarse de su agarre y sigue su camino; pasando cerca de aquel cubículo le hace una pequeña seña a la recepcionista, siguiendo su camino en busca de un buen libro. La mujer del otro lado de aquella mesa, entendió lo que quería, sacando un pequeño teléfono para marcarle a él, para cambiar un poco los planes e ideando otro plan mientras aquel hombre le pisaba los talones.

Las cosas que debían pasar los siguientes días, debían salir a la perfección, con su abuela, madre y el detective detrás de ella, nada aseguraba que estaría sola por mucho tiempo. Planeaban cosas hacia ella y ella debía contraatacar cualquier golpe, por parte de esas dos mujeres cualquier cosa se podría esperar y perder su vida no estaba en sus planes, no por el momento.

Debía llamarle a ella, que ella se encargará de ahora en adelante o debía dejarla en aquel lugar oscuro donde la vio por última vez, antes de intercambiar sus vidas; su mente le estaba jugando una mala pasada, debido a la presión que estaba sintiendo, ahora que todo se le estaba cruzando. Caminando entre los enormes estantes de libros, en busca de uno que no necesitaba solo para despistar al hombre detrás de ella y así tener un momento a solas, necesitaba reunirse con él, lo más pronto posible.

OBSESION MANICOMIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora