Oh My God

🥀One🥀

El estruendo no dejaba de escucharse en los pasillos, el sonido del calzado lograba escucharse por todo el espacio, algunos golpes, cajones chocando, incluso el chirrido de un animalito que parecía estar persiguiéndola.

—¡Nene! deja de correr tenemos que alistarte para tu cita de hoy— corría la pobre mujer detrás de la joven con la indumentaria en mano.

—¡Lo siento Nana! Es que estoy emocionada, hoy.. por fin vendrá mi prometido— Susurro, destellando una sonrisa.

Si bien era cierto que la hija de uno de los mejores importadores de armas, debía estar llena de solicitudes a compromiso, Yashiro Nene no era la excepción, ¿Quién no querría tener como suegro a un hombre tan rico como el? mejor aun, una joven tan atractiva que gozaba las bendiciones de la diosa Afrodita.

Pues aunque tenia la dicha de ser una jovencita resaltada por su belleza, sus dotes en los postres, sus compromisos daban fin en cuanto a lo fisico hablamos.

Su cabello en dos tonalidades que llamaban la atención a más de un espectador con su degradado, su figura que resaltaba a pesar de tener apenas sus dieciocho primaveras, sus labios que podrían hacer competencia a los rosales más exóticos, hasta que llegábamos a sus piernas, su piel tan lechosa, quedando en sus tobillos, gordos gruesos y feos, bueno así los describía ella.

Al cabo de unas semanas de relación siempre terminaban con ella, tal vez sea por lo intensa que era en sus relaciones de noviazgo, pero lo que más notaba ella eran sus robustos tobillos, oh.. cuánto deseaba poseer unos esbeltos tobillos que hagan juego con su demás complexión, a decir verdad a sus ojos lo único bueno eran sus dotes en la cocina, pero su pecho descubierto era lo que más degustaba ella.

—Nene-Chan por favor quédese quieta..— aclamó la Oji-violeta moviendo una que otra vez la brocha del labial acercándola a sus labios

—Aoi.. lo siento es que estoy nerviosa, siento, siento..—

—¿Mariposas en el estómago?— respondió sonriendo coquetamente a su contraria.

—¡Si! Justo eso pero también..—

—Siente ganas de vomitar, nerviosismo, y por cierto mucho calor en las mejillas— rozo una de sus manos por estás —¿verdad? Vamos mi niña, tranquila— palmeo su cabeza mientras le otorgaba una cálida sonrisa.

Aoi y su Nana sus más fieles compañías.

Aoi Akane hija de uno de los más cercanos socios de su padre, acogida por la familia después de que su padre dejara está vida para irse al lado de su esposa.

Su Nana quien fue una figura materna en su vida, desde que su preciada mamá desapareciera sin dejar algún otro rastro, su padre la daba por muerta pero algo en el fondo de su corazón sentía que estaba viva, aunque hablara el tema con el, siempre se lo evitaba.

Tal vez su ausencia lo seguía lastimando.

El llamado de la puerta la saco de su raciocinio

—Señorita Yashiro, el joven Suzuto a llegado—

Se podría decir que desde el punto de vista o imaginación de su inexperta escritora, Nene salto desde donde se encontraba situada hasta la puerta despejada por el mayordomo, pero para evitar percances digamos que fue caminando, aunque no haya sido así.