Las formas del querer

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Disclaimer: Ni Evangelion ni sus personajes me pertenecen.

Las formas del querer

Estremeciéndose, sintiéndose aún con deseos de continuar durmiendo, un Shinji adormecido entreabrió los ojos logrando ver la pizca de luz solar que entraba por las ventanas a su derecha. Sin embargo, más allá de inquietarse por no reconocer el sitio dónde se encontraba, Shinji, pestañeando un millón de veces, se vio tomado por sorpresa al sentir un constaste cosquilleo que erizaba la piel de su cuello.

Ante esto, al pensar con más claridad, Shinji se percató de un peso extraño que yacía reclinado sobre él y que era acompañado por una maraña de cabello rojizo que cubría sus alrededores. Tal cosa, siendo imposible de ignorar, lo hizo voltearse hacia la izquierda topándose con el rostro dormido de Shikinami, quien, al estar apegada a él, su lenta respiración al dormir era la causa del hormigueo en su garganta.

Shinji, manteniéndola en su lugar al abrazarla, recordando que se hallaban en la residencia Suzuhara, la anidaba en sus brazos al compartir el futón que ambos decidieron usar para la pasar la noche. Así pues, a diferencia de aquella vez en su infancia cuando durmieron juntos dándose la espalda, en esta ocasión, aferrándose el uno al otro, los dos ya no eran los niños solitarios y agobiados que alguna vez fueron.

Las circunstancias, con una rapidez que no les dio tregua, los empujó a crecer físicamente hasta verse como los adultos que eran acorde a su edad; no obstante, en sus adentros, todavía lidiaban con antiguos pesares que solamente podían resolver ellos solos.

– Un año. Todo terminó hace un año, pero aún se siente como si hubiese sido ayer.

Susurrando, hablando con él mismo en voz baja para no despertar a la pelirroja junto a él, Shinji, al verla tan tranquila y serena mientras continuaba durmiendo, sonrió al compararla con la Asuka desgastada por la maldición que la poseyó por más de una década. Su aspecto sano, indudablemente, era evidencia de su mejoría al ir dejando atrás a la Asuka que solía ser al ya no necesitar más pilotear un Evangelion.

Asuka, desde que se conocieron, acostumbraba la mayoría del tiempo lucir una postura arrogante, malhumorada y grosera que, claramente, procuraba marcar una distancia considerable con los demás; empero, en el último año, gracias a su renacimiento, la Shikinami que era hoy ya no negaba que quería estar con más personas, así como desear experimentar vivencias que antaño jamás se atrevió a vivir.

Así, con cuidado, no queriendo interrumpir el descanso de Asuka, Shinji consultó la hora en su reloj de pulsera descubriendo que aún era muy temprano al faltar varios minutos para la seis de la mañana. Por ende, gustoso de las sensaciones que recorrían sus sentidos al estar con ella, Shinji, sin renunciar a abrazarla, volvió a ponerse cómodo al enterrar su faz en la extensa melena carmesí de Shikinami.

¡Shinji, ya llegaste! ¡Bienvenido!

Escuchando a Hikari dándole la bienvenida a su hogar la noche anterior, Shinji, reviviendo sus memorias dentro de sus sueños, se vio a él mismo parado frente a la puerta de la casa de Toji. Cumpliéndose un año entero desde el día en que Nerv fue derrotado y el mundo se salvó, Toji, al igual que los pobladores de la Villa-3, no dejaron pasar la ocasión para celebrar y conmemorar dicho aniversario con una fiesta.

Shinji, quien pensó en sacrificarse a sí mismo por el bien de la humanidad, fue el más sorprendido de todos cuando recuperó la conciencia en el hospital de la aldea, donde Toji, una vez más, comprobó su estado al verlo despierto. Shinji, como los muchos otros que regresaron al restaurarse el planeta, no recordaba cómo fue que volvió; aún así, sintiéndose muy afortunado, Shinji no escondió su felicidad.

Las formas del quererWhere stories live. Discover now