Me encontraba sola ya dentro de la cámara secreta, el basilisco dijo que Voldemort me necesitaba.
— ¿Para que me necesita mi Lord? — Dije sin miedo alguno
— Consígueme de alguna manera el diario gemelo, estoy sin varita y las letras se borraron por unas cuantas horas pero hoy lo abrí y se encontraba lo que hable anoche con Potter. — Dijo mientras apretaba sus cabellos estresado y su cabello quedó desorganizado
— Lo conseguiré hoy mismo. — Le asegure mientras me acercaba a el, le acomode de lado su cabello ya que se veía muy chistoso
— No tardes mucho, o mandaré al Basilisco a petrificarte. — Amenazó
— A la que deberías petrificar es a la sangre sucias de Granger, esa idiota está investigando mucho, arruinara nuestros planes. — Dije ahora yo estresada
— Bien, ahora no pierdas el tiempo y busca el diario. — Asentí y salí de las cámara
Me dirigia a pasos sigilosos y astutos sin ser vista, recuerdo haber escuchado la contraseña
— No entiendo que haces aquí, está no es tu casa. — Me regaño la dama gorda
— No te incumbe, déjame entrar a la casa Gryffindor o cortaré y quemaré todo tu cuadro. — Amenace
— Entra. — Dijo a regañadientes pero con su rostro asustado
— Si me entero que le dijiste a alguien no dudaré en buscarte. — Ella rodó los ojos y utilice un hechizo de invisibilidad que encontré en el libro de magia avanzada en la sección restringida
Busque por todos lados la habitación de Potter el libro, hasta que lo encontré debajo de su almohada.
— Patético. — Rodee los ojos y también lo hice invisible mientras salía de las habitaciones de los hombres, vi a Lomgbotton ir a la habitaciónes y rei para mí mientras salía de la sala.
Me quite el hechizo en un lugar poco transitado y me dirigí a la cámara.
Corri rápidamente encontrándome con el Basilisco.
— Después petrificaras a Granger. —
La serpiente hizo un ademán con la cabeza y se fue dejándome ver a Voldemort.
— No lo conseguí. — Mentí
— ¡QUE! ¿¡SABES QUE TE PUEDO CULPAR DE ABRIR LA CAMARA Y TE EXPUKSARAN!? — me grito furioso y rei por su cara
— Aquí lo tengo. — Alce el libro invisible y quite el hechizo al libro sin la necesidad de varita
— ¿Cómo te atreves? ¿Quien te crees?— Me pregunto furioso
— Carina Blair Black Gaunt, esa soy yo. — Le sonreí y me gire para salir de la cámara
— ¡Vuelve aquí! — Grito pero yo ya había salido de la cámara y la cerré.
Me carcajeaba recordando como deje la habitación de los leones, nadie me veía pues todos estaban en clases y yo había faltado diciendo que me sentía enferma.
— Que malvada eres. — Escuché a mis espaldas
— ¿Riddle faltando a clases? — Dije alzando mi ceja sorprendida
— De la nada yo también estoy enfermo. — Sonrió burlón — Y por lo que veo no parece que estuvieras enferma.
— Tampoco creo que le estés. — Rodee los ojos y me dirigí a el bosque prohibido, encontré una flor de un color naranja y sonrei
— Avada Kadavra. — Le lance a la flor pero de mi varita salió un humo morado y débil mientras la flor no pareció morir
— Tienes que desearlo. — Me dijo Riddle atrás de mi
