El último año

𝒯𝐻𝐸 𝐵𝐸𝒢𝐼𝒩𝒩𝐼𝒩𝒢 𝒪𝐹 𝒯𝐻𝐸 𝐸𝒩𝒟𝐼𝒩𝒢

8 de septiembre de 2008

El sonido de la alarma de mi teléfono me despertaba, mentalmente no estaba preparada para ello pues no había puesto ninguna alarma en todo el verano, lo había pasado en Kawa, mi isla natal con mis amigos y un coco en la mano. No podía aplazar ese sonidito otros 5 minutos más a menos que quisiera llegar tarde al primer día de mi último curso en la ESO, a lo que mis compañeros suelen llamar "The beginning of the ending" .

Con una pereza del infierno y muy pocas ganas me levanté lista para afrontar este nuevo día, no podía negarlo, podría estar muy muy cansada por la noche anterior pero tenía muchas ganas de este nuevo curso y todas las experiencias que vendrían a continuación, aunque nunca esperé que fuesen tantas.

Una vez levantada y acomodada me dirigí al aseo a darme mi ducha mañanera, era la única manera de despertarme del todo, me puse mi pinza de flor en mis cabellos rizados y me metí bajo la templada agua que caía desde la alcachofa de la ducha. Mucho jabón, agua y prisas después salí para vestirme, ese día me decidí por un bonito top blanco de medio hombro y unos baggy jeans color beige que conjuntaban perfectamente con mi piel bronceada por el Sol veraniego. Me maquillé de manera muy sencilla.

Opté por hacerme una coleta alta, algo cómodo con lo que pudiera colocarme mis cascos blancos para el trayecto en autobús. Al mirar la hora solo pensé en darme prisa, el bus llegaría a mi parada en menos de 10 minutos. Agarré una empanadilla de la cocina, mis llaves, mi teléfono y salí por la puerta.

El camino a la parada era rápido, solo tenía que cruzar dos calles y llegar a una pequeña plaza, mi playlist de Spotify lo hizo mucho más ameno, para ser sincera. Cuándo llegué me dio tiempo a sacar la tarjeta de estudiante para el bus para que unos segundos después llegara a recogernos a mí y a varios compañeros de mi Instituto, supuse que eran los más pequeños. Me hicieron recordar a 2005 cuando entre por primera vez al Valley Roses y los montones de amigos que hice, fue un año increíble. Cuando volví a la realidad tenía al chófer llamándome con el claxon.

—¡Audrey, no te duermas en los laureles que no llegamos! -me pidió a gritos algo enfadado

Tenía razón, quedaban 2 minutos para que sonara el primer timbre y yo era muy puntual. Me subí corriendo y pasé mi tarjeta. Antes de girarme para poder buscar un asiento, el autobús aceleró de forma brusca y yo por poco me como el suelo, cuando me vine a dar cuenta, estaba en los brazos de un chico mayor, más cerca de lo que me hubiera gustado, me separé al instante con unos tonos más de rubor del que me había puesto anteriormente.

—Lo siento mucho, yo... -el chico no me dejó continuar la frase

—No te preocupes, hay unos asientos libres al final ¿Necesitarás que te lleve o podrás mantenerte en pie? -soltó en un tono burlón

No respondí, simplemente le dediqué una sonrisa falsa y me dirigí al final del bus. Una vez sentada y relajada pude esperar a que llegáramos. Total, tampoco quedaba mucho.

El bus frenó y eso era señal suficiente para salir corriendo hacia mi primera clase, lengua y literatura inglesa. Cuando bajé no pasaron ni quince segundos para notar una mirada clavada en mi espalda, quizás un poco más abajo, parecía un maldito scanner. No podía prestarle mucha atención a esos detalles, tenía que correr a clase porque ya estaba sonando el segundo timbre.

Unos escalones después entré a clase sonriente y saludando a mis compañeros, no vi muchas caras nuevas, quizás solo dos o tres, los demás veníamos arrastrándonos años.

"Cerca del profesor" fue mi primer pensamiento al entrar en clase, cualquier persona pensaría en ir al final, pero al contrario, a mi me encantaba estar cerca de la pizarra, a lo mejor porque no tenía muy buena vista y eso ayudaba a que mis compañeros no tengan que ponerse en primera fila sabiendo que lo odian. Pese a mis pensamientos no me senté hasta un rato después que llegó nuestra nueva tutora a presentarse, ese rato estuve presentándome a la gente nueva y actualizando nuestras vidas con mis compañeros más cercanos, eran todos muy majos y oye, quizás este curso podría hacer más amigos. Me fui a mi asiento bastante feliz con mi clase y sacando mis cosas.