Ella me hizo un gesto de que me acercará al círculo que estaban empezando a hacer las demás para la lubricación. Miré una vez más a Sebastián y él me sonrió, sin decir ninguna palabra, sentí su apoyo.

Me levanté y me acerqué, uniéndome a los ejercicios. Las japonesas también estaban lubricando y los árbitros estaban en la espera de indicar los calentamientos de ataque y saque.

Los chicos se alejaron, yéndose a una parte del público. Divisé a mi familia, que supe que estaban nerviosos con solo ver sus caras. Me parecía una lástima que Sophie y Cristhian no pudieran venir debido a sus mellizos, pero estaba segura de que Sophie estuviera gritando a todo pulmón, así como lo hacía su hermano menor.

Marcelo se acercó a nosotras, nos dio unas pequeñas palabras de ánimo y de aprobación, y se fue a la banca a hablar con sus auxiliares.

*

El marcador iba igualado desde que inició el partido.

15-15.

15-16.

16-16.

El bullicio por cada punto o jugada era increíble. Y no me imaginaba la adrenalina que se sentía al estar dentro de la cancha.

Oliveira no me había dado ninguna indicación desde que dio la rotación inicial. Estaba junto a las demás chicas en el cuadro donde debíamos estar de pie y mantenernos en calor.

Chocaba las palmas con Karina y Jazmín cada vez que hacían su cambio con Clara. Podía notar como respiraban agitadamente y sudaban, dando todo en el juego.

No sabía hasta cuando iba a entrar, pero sabía que debía mantenerme atenta a las rotaciones y las jugadas, tanto de mi equipo como las del contrario.

—La siete no siempre llega a los bloqueos, aprovecha eso —le comenté a Karina y ella observó a la jugadora que mencioné.

—Intentaré pelearle balones —dijo, concentrada y se limpió el sudor del cuello con una toalla.

—Clara está más atenta a las largas porque estás bloqueando casi todo ataque que viene —agregué con una sonrisa orgullosa.

Karina me sonrió, agradecida, y me dio una leve palmada en el hombro.

Llegó el cambio de Jazmín y era momento de que Karina volviera, chocaron sus palmas a lo alto antes de intercambiar. También salude a Jazmín y la felicite por el buen juego que estaban llevando.

Los puntos siguieron sumándose, el marcador avanzó hasta llegar a lo decidido.

24-23.

Cassandra necesitaba hacer un servicio para ganar este set.

Jugué con mis manos mientras la observaba posicionarse en la zona de saque. Rebotó el balón repetidas veces hasta escuchar el silbato de autorización.

El gimnasio se sumergió en un silencio tenso, en la espera de que la capitana hiciera su saque.

Antes de que pasaran los ocho segundos, ella lanzó el balón y le pegó. Chocó contra la red y todos hicieron un ruido lleno de adrenalina y suspenso.

Fueron microsegundos, pero para nosotras fueron varios segundos donde se vio como el balón, tras chocar contra la red, quedó al borde de esta para finalmente irse para el lado de Japón.

Las japonesas pudieron elevar ese balón y seguir su jugada, así también el público volvió a hacer ruido para animar a los equipos.

Las chicas estaban listas para hacer un bloqueo de tres, Isabella, Karina y Fabiola estaban listas para el salto. Vi imposible que el balón pasara de ese muro de manos, ellas eran altas y tenían un buen salto.

Casualidad por robo [EN PAUSA]Where stories live. Discover now