En Las Manos De La Bestia [+18] |Terminada|

capitulo 28- Abrázame

Tᴏᴅᴏs sᴏᴍᴏs ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴀᴍᴇɴᴛᴇ
ɪᴍᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴏs,
ʏ ᴇsᴏ ᴇs ʟᴏ ᴏ̨ᴜᴇ ɴᴏs ʜᴀᴄᴇ ᴜ́ɴɪᴄᴏs.
⁐̤⁠ᕐ⁠ᐷ
෴෴෴෴෴෴෴⁠ 

Khristeen Diatlova 
[                                            ]

Abrí mis ojos lentamente, recordando todo lo que había pasado y como había llorado en los brazos de ese hombre. 

De solo pensarlo la vergüenza ajena me invade. 

¿Cómo pude llorar enfrente de él? 

Hundo mi cabeza en mis piernas, pensado todo lo que pasó en la tienda y la historia que me contó Jessica.

¿Cómo los humanos pueden ser tan malvados? 

Yo sufría ese infierno, mientras qué ellos usaban mi nombre estafando a la gente. Ellos eran mis únicas familias, las únicas personas que tenía en este mundo cuando mis padres se fueron y me dejaron sola en ese mundo. 

Yo las consideraba mi familia. 

Todavía no logro entender, tanto odio me tenían para hacerme esto, para convertir mi vida en ese infierno. ¿Qué les hice yo?

Levantó la cabeza cuando la puerta se abre y entra ese hombre. 

— Pensé que seguías dormida. — Cierra la puerta y se acerca a mí, y soy incapaz de mirarlo, después de recordar como había llorado en su hombro como una niña pequeña, me había desahogo por todos esos años que había estado tratando de ser fuerte. — ¿Cómo estás te sientes bien? — Toca mi frente con sus manos frías.

— E-estoy bien — Siseó sacando su mano en mi frente. 

— Conejita. — Me extiende la mano. — Vamos a cenar. 

— ¿Puedo no hacerlo hoy? — No tengo ganas ni siquiera de salir de esa cama, y en ese momento no tengo apetito porque mi mente está llena de preguntas sin respuestas; Sin embargo, él niega. 

— Si no quieres salir, haré que Elizabeth te traiga la cena en la habitación — Baja las manos. Asiento sin más opciones y él me entiende la mano de nuevo, confundida lo miré.

— Que pas- — Mis palabras fueron interrumpidas cuando él me jala hacia él tomándome en la cintura para ponerme sentada en su regazo. — Que hace. — intento bajarme de su regazo, pero me retiene en la cintura. — Señor. 

— Mi nombre es Raymond, También puedes llamarme, amor o cariño. — Propone y tragué en seco. — Soy tu esposo Conejita, no crees que al menos deberías darme un apodo de cariño.