Piloto

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Un vecindario de aspecto tranquilo, con una apariencia  tradicional al estilo Inglés, rodeado de un aire de normalidad y serenidad.

Las calles a su alrededor transitaban de manera ruidosa como cualquier día laboral.

Lastimosamente, para cierta casa ubicada en el #4 de Privet Drive, las cosas no eran tan normales como deberían.

Se escuchaban metales golpeando y vidrios rompiéndose, gritos furiosos y súplicas llorosas.

Y adentrándonos más hacia la escena, se podía presenciar una escena que solo se podría describir como algo inaudito.

Un niño de aproximadamente 5 años, inerte contra el suelo, con la ropa rasgada, con múltiples moretones, múltiples cortes sangrantes, hematomas en la cabeza y en el pecho, sufriendo constantes espasmos musculares y temblores involuntarios.

Vernon: ¡Y SERÁ MEJOR QUE TE COMPORTES, O LA PROXIMA VEZ DESEARÁS NO HABER NACIDO! ¡¡MALDITO ENGENDRO DEL DIABLO!!

Espetó de forma agresiva, arrojando al pequeño niño dentro de un viejo armario debajo de las escaleras de la casa.

Petunia: Yo sigo sin entender cómo lo seguimos manteniendo en nuestra casa, ahora tendré que comprar otra vajilla y otra sartén por su culpa.

Vernon: ¡Ese niño tendrá que aprender a controlar sus anormalidades si aún quiere seguir respirando!

Petunia: Voy a ver cómo está mi pequeño Dudley, espero que no se haya despertado por culpa de ese fenómeno.

Comentó subiendo escaleras arriba.

Dentro de aquel deplorable armario, el pequeño niño seguía en su letargo, sin saber que más hacer más que esperar a que sus heridas vuelvan a sanar.

Desde que tiene memoria, siempre ha sido capaz de curarse a sí mismo sin necesidad de intervención médica, no es que fuera conciente de cuánto requería de la misma a estás alturas.

Toda su vida ha sido de esta manera, no tiene recuerdos de algo más que ser abusado por sus tíos y golpeado por su primo, siendo incapaz de hacer nada por su debilidad.

Debido a la desnutrición, su crecimiento se ha visto severamente afectado, al punto en que sus huesos han crecido mucho más delgados y diminutos de lo normal.

Harry Johnson, ese era el nombre que le dieron sus padres antes de morir en un accidente de tráfico, según le habían dicho sus tíos.

A pesar de su corta edad, tenía una capacidad intelectual superior al promedio, permitiéndole tener una mejor comprensión de su realidad y su entorno.

Harry: Tengo que salir de aquí, si esto sigue, moriré antes de que pueda tan siquiera llegar a la pubertad.

Hasta el momento, el no tenía idea de cómo manifestar estás habilidades extrañas que le han sucedido a lo largo de su martirio, siempre sucede cuando está muy asustado o muy molesto, pero cuando intenta hacerlo a voluntad, siente que algo lo limita y poco después se siente muy sofocado, después de intentarlo 1 mes seguido, entendió que no cambiaría nada por mucho que se esforzara.

Harry: Detesto sentirme tan pequeño e impotente, odio ser tan vulnerable, quiero ser libre, quiero ser fuerte, quiero salir. . Quiero. . Vivir.

Quedándose dormido por el cansancio, mientras sus heridas seguían sanando a una velocidad inhumana, dejando cicatrices a diestra y siniestra por cada rincón de su cuerpo.

Los Dursley, al saber que el pequeño Harry no iba a sanar de manera en que no se notaran sus heridas, lo dejaron 1 semana encerrado, permitiéndole a Harry a pensar en un plan.

DETRÁS DE LA MÁSCARAWhere stories live. Discover now