Prólogo

23 2 1
                                    

Veo la escena frente a mis ojos, y sigo sin entenderlo. Mi mente continúa tratando de procesarlo. ¿Qué acaba de pasar?

El cuerpo se encuentra en el suelo, quieto, inmóvil. La sangre continúa escurriendo, formando un charco cada vez más grande, que lentamente se extiende por el suelo.

¿Cómo llegué a esta situación?

¿Qué fue lo que causó esto?

Sigo sin creérmelo.

Observo el cuchillo, que sobresale de la cabeza. Extrañamente el mango está apuntando hacia un cuadro colgado en la pared: una fotografía en donde estamos los cuatro en un día de campo, con un paisaje muy verde y un cielo azulado. Parecemos tan felices...

Por un momento me distraigo con aquel pensamiento, hasta que mi mirada pasa por mis manos, manchadas de sangre, que me hacen volver a la realidad.

Sigo pensando que pudo haber un error, que tal vez nada de esto ha pasado. Que en cualquier momento despertaré y seguiré con mi vida normal, pero muy en el fondo sé que no es así.

Esto es real.

Está muerta.

Discúlpame.

Nunca quise que pasara esto.

Discúlpame.

Siempre te recordaré por quien fuiste...

O por quien creí que fuiste.

Discúlpame.

Mamá...

Mamá

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SOULxHUNTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora