3. A por el jefe

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Cattleya estaba completamente cautivada por la clase de aventurero con el que se había encontrado. No solo tuvo la suerte de haber sido salvada por él, sino que también se muestra respetuoso en todo momento. Claramente había sido criado por personas de bien.

- Gracias, Tom. Es un gusto haberte conocido.

Los dos se preparan para dormir. No tienen reparos en descansar juntos, como si fueran una pareja, a pesar que su relación no ha quedado en términos nada claros. Pero consideran que es lo mejor por ahora, ya que ambos están cansados.

Al día siguiente, Tom se levanto temprano y Cattleya parece haberse dado cuenta de esto porque se levanto en seguida. Para los guerreros era prioridad estar alerta y defectos como la pereza podían jugarte una mala pasada durante una misión.

- Buenos días, Tom. - Saluda ella, mientras esboza una tierna sonrisa. - Estoy lista para ayudar en lo que haya falta hasta terminar esta misión.

Él considera si es realmente apropiado que ella deba continuar, cuando ha perdido sus provisiones y su equipo a sido dañado.

- La tela de tu ropa esta desgarrada, pero las partes blindadas pueden servir todavia. Aun asi ¿En verdad quieres acompañarme? ¿No te parece arriesgado?

- Para nada. Podemos buscar una solución para mi armadura. Yo... realmente quiero acompañarte. Sobretodo sabiendo lo peligroso que puede ser adentrarse hasta el Jefe Troll.

Algo dentro de él todavía pensaba que no debía acompañarle. Sabia que con las fuerzas que tenia, ella podía regresar y poder enfrentarse a cualquier monstruo menor.

- No estas en deuda conmigo. Te recomiendo que te vayas y te recuperes, yo te buscare cuando termine.

Ella se acerca hasta Tom y lo toma del brazo.

- Siento desobedecerte, pero te prometo que saldremos juntos sanos y salvos de esta mazmorra.

No pudiéndose negarse a su actitud protectora, el guerrero continuo por la mazmorra con su compañera. Al enfrentarse a monstruos de mayor nivel, Tom se dio cuenta como la gran fuerza de Cattleya, a la hora de blandir su pesada espada, era capaz no solo de matar monstruos de un golpe, sino también atravesar algunos pasadizos bloqueados por los trolls.

- Esta es la ultima sala. - Dice Cattleya, mientras miramos hacia abajo.

Allí puede verse un trono, donde hay un gran troll de más de dos metros. Se distingue de los demás porque tiene un color parecido al aguamarina, mientras que los demás guerreros que le acompañan tienen la piel verde.

Todos los guerreros del Rey tienen espadas de hoja curva, pero ningún escudo. El rey, por su parte, tiene una gran hacha a su lado y un gran escudo rectangular.

Tom analiza la estrategia que usaran, pero al ver a Cattleya nota que también esta concentrada viendo a los trolls y pensando en lo que podría hacer.

- "Es una mujer proactiva. A diferencia de mi, sé nota que esta no es su primera aventura."

Los dos comienzan a organizarse para comenzar el ataque.

- Cuento con algunos pirotécnicos de contacto que producen un ruido fuerte mientras emiten humo. Podemos aprovechar eso para atacar directamente al Rey, dándole en algún punto vital para matarlo primero.

- Estoy de acuerdo. - Agrega Cattleya. - Si vamos por los sublitos el rey podría castear habilidades mágicas y eso seria un problema, sobretodo porque no tenemos un sanador o chamán con nosotros.

- Sobre eso, hay algo que tengo que darte.

Tom le entrega algunos frascos con antídotos y pociones de salud para que pueda llevarlos en  su cinturón. Ella parece muy feliz por el gesto, pero todavía parece pensar en algunos detalles del plan.

- Creo que tenemos que reconsiderar las cosas. Normalmente los jefes tienen mayor resistencia y cuesta matarlos, pero encargarnos de los sublitos también nos daría el problema del primer escenario hipotético que pensamos. Yo me encargare del Rey, ya viste la fuerza que tengo. Tu encárgate de los guerreros y acaba con ellos lo más rápido que te sea posible, para que luego me ayudes a vencer al jefe.

Tom había considerado el primer plan en caso hubiera enfrentado a estos enemigos por su cuenta. Podría escapar si notaba que su plan fracasara, pues su estilo de combate se apoyaba en su velocidad de movimiento. Pero ahora, teniendo a una guerrera tan fuerte y experimentada como Cattleya de su lado, debía de inclinarse por las propuestas que ella sugiriese.

- Esta bien, seguiremos tu plan. Creo que tiene más posibilidades de funcionar.

Ambos se colocan es su posición y comienzan a caer los pirotécnicos.

Los sublitos comienzan a alterarse, no sabiendo de donde vendrá el ataque. Tom y Cattleya caen sobre sus respectivos objetivos. Mientras que Tom asesina sin problemas al primer sublito, para luego continuar con el siguiente, la espada de Cattleya golpea con fuerza a un Rey Troll que se había dado cuenta del ataque.

- Qué gran percepción... sin duda ese es el jefe de esta mazmorra. No debí haberlo subestimado.

El rey se levanta de su trono luego de bloquear el ataque de Cattleya. Gesticula una sonrisa engreída mientras levanta una gran hacha en su otra mano, preparándose para pelear contra los invasores de su territorio.

Ambos se enfrascan en un fiero combate mientras Tom continua encargandose de los demas guerreros. Los ataques de Cattleya son repelidos en su totalidad por el gran escudo, pudiendo esquivar algunos ataques entrantes por parte de la gran hacha del rey.

Ella esquiva solo uno de los ataques, mientras que para los demás necesita utilizar su gran espada para protegerse. Aquello consume mucha de su energía, lo cual parece ser la estrategia del Jefe. Agotarla por completo para luego darle el golpe de gracia.

Ante esta situacion, Tom siente que no puede darse el lujo de terminar con los tres sublitos que quedan para ayudar a su compañera. Así que ataca por la retaguardia al rey provocando un corte en la parte posterior de la rodilla, cortando algunos ligamentos que permiten la movilidad.

- Muy bien. - agradece Cattleya. - Gracias por eso.

Tom vuelve a enfrentar a los guerreros, volviendo a apoyar a su compañera cuando encuentra la oportunidad. Al terminar con los sublitos, le fue más sencillo atacar de diferentes puntos al Rey Troll, quien cayo al no poder defenderse del ataque de diferentes flancos.

Un gran corte en el pecho, producto de la espada de Cattleya, da fin a la vida del Rey troll. Ella tiene una sonrisa de satisfacción en su rostro. Al igual que Tom, ella es consciente ahora que ninguno de los dos hubiera salido victorioso en esta mazmorra si iban por su cuenta.

- Buen trabajo, compañera.





Mi compañera de mazmorra es una milfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora