Capítulo 2º Pelea de trollides

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—No me hables de Marlar —dijo Houdin con voz temblorosa—. No quiero oír su verdadero nombre. No quiero sentir su poder. No quiero ser su marioneta. Ánastor, podemos escapar de esto. Podemos ser libres, hagámoslo juntos.

—¿Qué huyamos de aquí y desobedezcamos a Marlar? No digas sandeces. Si desobedecemos las voces del Inexorable nos esperara el mismo futuro que a nuestros ancestros. Todo lo que crees recordar de tu vida es una mentira, te recomiendo que abandones cualquier intento de recuperar tu vida pasada, fuera lo que fuese, ya todos tus seres queridos han muerto.—espetó Ánastor.

—Es verdad , pero yo necesito respuestas, las necesito en lo más hondo de mi ser. —respondió Houdin—. Porque cada vez que miro el agua, veo mi reflejo, y no me reconozco. Porque cada vez que mato a un troll o un humano, siento un gran dolor y remordimiento. Porque cada vez que pienso en Marlar, siento odio.—Expuso Houdin repugnado por cada letra de ese nombre.

—Estás loco, Houdin, completamente loco, vas a destruir todo lo que conoces, nos vas a conducir a todos a algo mucho peor que la muerte. —dijo Ánastor, con desdén—. No eres más que un débil, un cobarde y un renegado. No mereces ser trollide, no mereces ser nada. Debería matarte aquí mismo, y acabar con tu miseria.

¿Por qué no sacas tu espada, y me clavas el acero? ¿Qué te lo impide? ¿Qué te frena?

—Nada, Houdin, nada me frena —afirmó , desenvainando su espada—. Ánastor se lanzó sobre Houdin, con la intención de atravesarle el pecho con su espada. Pero Houdin estaba preparado. Esquivó el golpe y sacó de su cinturón una porra de hierro. La llamada porra de la justicia. Con ella, golpeó a Ánastor en la cabeza, haciéndole caer al suelo.

—Déjame en paz, Ánastor —rugió Houdin, poniéndolo en pie de nuevo, señal de respeto por su compañero. —Ve a buscar algo que matar, que es lo único que sabes hacer.

—¿Y por qué no te mato a ti? Como bien has dicho antes, tú no eres más que una anomalía de la naturaleza, te estaría haciendo un favor. —espetó el violento trollide, rencoroso por el golpe y acercándose a él con una sonrisa maliciosa—. Tú no eres un auténtico guerrero. Eres un mestizo, un engendro, una monstruosidad. No perteneces a ningún lado. Ni a los trolls, ni a los humanos, ni a los medio-trolls, ni siquiera a los trollides. Eres un error de la naturaleza, una afrenta a nuestro creador.

—¿Y qué son todos los trollides, sino anomalías de la naturaleza? Medio-trolls forzados por magia negra —se defendió Houdin, tratando de mantener la calma para evitar otra confrontación. Sabía que Ánastor no lo detestaba; más bien, lo envidiaba por su fuerza y coraje. Las voces su mente despertaban su lado violento. Houdin era el mejor combatiente de su escuadrón, el más veloz y diestro, superando a Ánastor, quien lideraba solo por tener un perfil más acorde a lo que requería el líder de un grupo de bárbaros asesinos. Houdin había sobrevivido a innumerables batallas, había eliminado a cientos de adversarios y había cumplido con su deber, su compañero lo respetaba y admiraba. Sin embargo, no sentía orgullo ni placer por ello, a diferencia de Ánastor; él tan solo experimentaba pena y vacío por tanta masacre.

—Los trollides son mucho más que simples que medio-trolls convencionales —expuso Ánastor con arrogancia—. Es cierto Houdin tú no eres un trollide, eres una vergüenza. Con dos padres trolls y una madre humana, deberías haber sido un guerrero poderoso, pero la ironía de la vida te ha convertido en el único medio-troll conocido con sentimientos completamente humanos. Los trollides, en cambio, son el resultado de la unión de tres progenitores: dos humanos y un troll. Los humanos dan a luz a un niño naturalmente humano, y luego este niño es capturado y sometido a un ritual de magia negra, donde la vida de un troll sacrificado, considerado el tercer progenitor, se manifiesta en una criatura única y poderosa. Más fuerte que un troll, más inteligente que un humanos, más grande que un medio-troll convencional y más poderoso que ninguna criatura.—Dijo orgullosamente el trollide, mientras se sujetaba la cabeza por el golpe anterior.

HOGWARTS ORÍGENESWhere stories live. Discover now