Alguien Observando

18 0 0
                                    

¿Os habéis dado cuenta que a veces, estando en compañía de otras personas, o solos, notamos como si alguien nos estuviera mirando a la nuca y cuando nos volvemos descubrimos que, efectivamente, alguien nos mira? ¿Y si además escucharas cómo te llama?

Pues esto me pasó a mí y fue lo peor que no deseo a nadie que asi comienza:

Al chico protagonista de esta historia ya lo conocéis, es aquel al que hemos llamado Roberto
Roberto solía pasar muchas horas sentado frente a un libro o una máquina de escribir o unos folios porque le gustaba leer y escribir. Se metía en su habitación y pasaba allí el tiempo tratando de hacer algo productivo por simple placer.

En ocasiones notaba como si alguien le observase desde atrás. La sensación era tan fuerte que no podía evitar volverse, y allí solía estar su padre, en el umbral de la puerta, observándola en silencio con una sonrisa en el rostro, posiblemente orgulloso de ver a su hijo tan entregado a algo.
- ¿Cuánto hace que estás ahí? -Le preguntaba.
- Un ratito. -Contestaba él.

Y así sucedió en muchas ocasiones. Roberto se acostumbró a saber que cuando notaba esa mirada en la nuca, insistente, invisible, detrás estaría su padre mirándolo con cariño. Era bonito vivir una sensación así.

Un día escuchó su nombre.
- ¿Qué? -preguntó al tiempo que giraba el rostro.
Se asombró de ver que no había nadie, y entonces se preguntó si había escuchado una voz de hombre o de mujer y no supo contestarse. No le dio más importancia y siguió con sus quehaceres.
Volvió a ocurrirle, y esta vez notó que la voz estaba "pegada" a su oído. Quien hubiera dicho "Roberto" lo tenía que haber dicho en un susurro firme justo en su oreja. Pero no había nadie, estaba completamente sola en la habitación. Tampoco esta vez hubiera sabido concretar si se trataba de una voz femenina o masculina pero lo que sí tenía claro era que lo había oído lo suficientemente fuerte como para arrancarla de sus pensamientos.
Su padre murió. Alguien le dijo que aquella casa estaba llena de espíritus que desde hacía mucho tiempo esperaban la llegada de su padre, y más tarde tendría oportunidad para comprobar si aquello era cierto o no... Pero esta es otra historia, no quiero desviarme.
Roberto estaba una tarde en su habitación cuando notó a su padre en el umbral de la puerta. Se giró porque sabía que estaba ahí, como siempre, y la sonrisa desapareció de su rostro cuando recordó que su padre ya no estaba. Sintió un escalofrío porque sabía que aquella sensación había sido tan vívida y tan fuerte como cuando el hombre estaba vivo, y no supo qué pensar.

De nuevo y durante un tiempo, siguió escuchando a alguien llamarle al oído y también la mirada clavada en la nuca, pero de nuevo y durante todo ese tiempo que duró, allí ya no había nadie.

Entonces tenia que preguntarle el porque esta allí observándome eran escalofríos cada vez que sentía eso porque sabia que mi padre murió y lo hice -papa ¿porque estas aquí? Entonces se abalanzo sobre mi y sin mas motivos la vida me quito y la historia esta la tenia que acabar y así fue pero no entre los vivos entre los muertos que al igual que estaréis vosotros cuando acabéis de leer esta historia os mostrare el dolor de la muerte, no me puedo despedir porque te veré dentro de 3..2?1?.

Leyendas Urbanas ✡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora