Rocío respiró profundamente, decidida a no dejar que la situación arruinara su diversión — Tenes razón, Sabri. No voy a dejar que un chico arruine mi noche. Vamos a disfrutar con el resto del grupo —

Las dos regresaron, pero Rocío luchaba por sacudirse la tristeza.

Se esforzó por unirse a las risas y la charla, pero cada vez que veía a Blas, sentía una punzada de dolor, no entendía porque, con el chico cruzó pocas palabras pero sabía que el hecho de estar enamorada de él no lo hacía fácil.

La rubia la observó con preocupación y decidió volver a intervenir.

— Rocío, vení conmigo un momento. Necesitas despejarte — Dijo Sabrina, llevándola a un rincón más tranquilo.

— Sabri, no sé si puedo seguir disfrutando. Sueno exagerada pero te juro que no me lo saco de la cabeza — Murmuró Rocío, sintiendo el nudo en su garganta.

Sabrina la abrazó con compasión — Entiendo que te sientas mal, pero dejalo fluir y que te chupe un huevo. Borrate de la cabeza ese momento de mierda y concentrate en disfrutar con los chicos, acordate de como te cagas de risa con ellos —

Se sentaron en un rincón apartado, lejos del bullicio de la fiesta. Sabrina se tomó un momento para elegir sus palabras cuidadosamente — Mira, Ro, lo que hizo Blas no tiene nada que ver con vos. A veces, los sentimientos que tenemos no son correspondidos pero no te desanimes, por ahí lo hizo por tener alcohol y no se da cuenta de sus acciones, no te culpes —

La castaña asintió con tristeza — Pero me duele, Sabri. Pensé que tenía una mínima chance, inconscientemente sabía que no le interesaba pero verlo en persona es diferente —

— Lo se, amiga. Pero a todos nos pasa. Ahora, la pregunta es qué queres hacer con esto. ¿Queres que arruine toda tu noche o preferís seguir adelante y disfrutar con el resto del grupo? — Sabrina le ofreció una opción, con una sonrisa creciente.

Rocío reflexionó por un momento y finalmente asintió — Tenes razón. No puedo dejar que una pelotudez me cagué la noche — Pausó — De verdad, voy a parar de pensar en él y voy a disfrutar.

Sabrina sonrió con alivio y la abrazó — Esa es mi pollita. Ahora, volvamos y hagamos que el resto de la noche sea increíble —

Rocío asintió, agradecida por la amistad y el apoyo de Sabrina. Se levantaron juntas y regresaron al grupo, decididas a disfrutar de la fiesta a pesar de los obstáculos.

Uno de ellos siendo su propia mente.

🎭

A medida que la noche avanzaba, Rocío se permitió sumergirse en la diversión con el resto del grupo. Se rió, bailó y compartió momentos memorables con sus nuevos amigos.

Aunque la sombra de lo sucedido con Blas aún le afectaba, Sabrina se aseguró de estar a su lado, recordándole que la verdadera diversión estaba en la compañía y las risas compartidas.

Nunca pensó pasar un momento tan genuino con este grupo de gente. Antes de venir estaba temblando en tan solo pensar entablar charla con ellos, pero ver como la trataban y la incluían entre ellos, hizo que su yo pasado se sintiera tonta al tener esos pensamientos.

Cuando Blas finalmente se acercó a la ronda más tarde en la noche, ella lo recibió con una mirada fría y distante. Blas notó la actitud y quiso ver cual era el motivo, pero Rocío simplemente lo ignoró, centrada en disfrutar el resto de la noche con quienes realmente quería estar.

La noche concluyó con Rocío y Sabrina caminando juntas hacia la casa de la primera, compartiendo risas y reflexiones sobre la vuelta inesperada de la fiesta. Aunque las luces de esta se fueron extinguiendo, la amistad entre Rocío y Sabrina brillaba con más fuerza que nunca.

🎭

La mañana siguiente, Rocío se despertó con la cabeza llena de pensamientos contradictorios.

La luz del sol se filtraba tímidamente por las cortinas de su habitación, pero su mente estaba ocupada revisando los eventos de la noche anterior.

Se revolvió en la cama, intentando organizar sus emociones. La música alegre y las risas de la fiesta aún resonaban en su memoria, pero también estaba la imagen dolorosa de Blas besándose con otra chica. Un nudo se formó en su estómago mientras la realidad de la situación se asentaba.

"¿Cómo pude ilusionarme tanto?" se preguntó a sí misma, sintiendo una mezcla de tristeza y enojo con ella. Recordó la complicidad que había compartido con Blas, las risas y la conexión que parecía estar creciendo entre ellos, esos roces y sonrisas. El recuerdo la dejó preguntándose si había interpretado mal las señales.

Se levantó de la cama y se dirigió al baño, mirándose al espejo. La imagen reflejada mostraba a una joven con ojos cansados pero determinados.

"No voy a dejar que esto me afecte más de lo necesario" se dijo a sí misma, tratando de encontrar fuerza en sus propias palabras.

Mientras se duchaba, el agua caliente le proporcionó cierto alivio, pero no pudo evitar seguir repasando mentalmente la noche anterior. Cada risa compartida con sus nuevos amigos, cada paso de baile, y luego, la visión de Blas con otra persona. Suspiró, tratando de liberar la tensión acumulada.

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Al salir del baño, se enfrentó al vestido de la noche anterior, colgado en su armario. Lo observó durante un momento, recordando cómo Sabrina la animó a disfrutar de la noche a pesar de las estupideces por las que se preocupaba.

Decidió seguir adelante y no dejar que una experiencia desagradable arruinara su recuerdo de la fiesta en la que había socializado con personas increíbles.

Mientras se vestía, Rocío reflexionaba sobre las decisiones que tomaría a partir de ese momento. Sabía que no podía cambiar lo que Blas hizo, pero podía controlar cómo se vincularía con él, ya no se pondría nerviosa y dejaría de ilusionarse por pequeñas actitudes que él solo hacía por pura amabilidad.

Bajó las escaleras y encontró a Sabrina en la cocina preparando el desayuno.

La rubia levantó la vista y le ofreció una sonrisa comprensiva. Rocío agradeció internamente tener a Sabrina como amiga. Sin decir una palabra, se sentaron a desayunar, compartiendo un momento de silencio que hablaba más que mil palabras.

Después del desayuno, Rocío se dirigió a su habitación para recoger sus cosas. Sabrina la siguió y cerró la puerta detrás de ellas. Sentadas en la cama, Rocío finalmente rompió el silencio.

— Sabri, gracias por estar ahí para mí anoche. No sé qué habría hecho sin vos y tu apoyo —

Sabrina le dio una sonrisa solidaria — Amiga, siempre voy a estar para vos. Y acordate, la verdadera diversión está en la compañía de esas personas que queres que estén a tu lado, vos le das esa importancia —

Rocío asintió, agradeciendo la sabiduría de su amiga. Después de una breve pausa, Sabrina habló de nuevo.

— Y respecto a Blas, él perdió algo realmente increíble al no notar tus sentimientos y la hermosa persona que sos —

Rocío sonrió débilmente — Tenés razón, Sabri. No voy a dejar que esta situación determine como me voy a sentir cuando lo vea, me quiero olvidar de todo — Se sintió bien consigo misma al decir esa frase.

daylight : blas polidoriWhere stories live. Discover now