El joven

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Fe, Valor, Pureza y Determinación.

Estos son los valores con los que se describe a los integrantes de la mayor fuerza militar santa, caballeros de brillante armadura, los cuales defienden los valores éticos y religiosos que conforman la moral de cada uno, de cada ser vivo inteligente. Por el bien de la paz y salud de todos, tanto mental como física;  Hablo de los Cruzados.

Fe, para confiar en cualquiera, sin emplear prejuicios y a la vez creer en la religión verdadera.

Valor, para atreverse a enfrentar cualquier mal que ponga en peligro el bienestar de nuestros seres queridos.

Pureza, para defender el pensamiento de que muchos merecen misericordia y piedad, en definitiva, emplear la bondad que hay en los corazones de cada uno de nosotros.

Determinación, para mantenerse en pie a pesar de las dificultades y condiciones adversas que supongan nuestro día a día. Tener claro el objetivo que queremos cumplir y llevar a cabo las hazañas necesarias para ello.


Este es el camino que deben que seguir los cruzados. Un camino que pretende traer luz y paz a nuestras vidas. Un camino en el que debe entregarse el alma por el bien de todos, sin esperar recibir nada a cambio. (...)


El sol acaba de salir, todo el gran pueblo amurallado pasa de estar completamente oscuro a ser iluminado por la luz del día

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El sol acaba de salir, todo el gran pueblo amurallado pasa de estar completamente oscuro a ser iluminado por la luz del día. Poco a poco se empieza a formar bullicio, a causa de la gente en las calles, mercaderes que anuncian los precios de sus productos a las multitudes que pasean cerca de sus puestos. También se pueden escuchar murmuros provenientes de estas multitudes, cada persona hablando y contando sus vivencias, planes, opiniones... En el centro del pueblo hay situado un edificio, al que todos consideran sagrado. Un monasterio, con un gran campanario en lo alto de este. Desde la calle se puede avistar una figura, de pequeña estatura, sosteniendo lo que parece la cuerda conectada al badajo de la gran campana. 

DONG... DONG... DONG... DONG... DONG... DONG... DONG... DONG...

El sonido de el cuerpo de la campana retumba por todo el pueblo, sonando 8 veces con pausas de 1 segundo entre cada campanada; Lo cual indica a todos los habitantes de el pueblo que son las 8:00 AM.

Lo has hecho bien para ser tu primer día, hijo -Dijo otra figura, esta vez adulta que se encontraba atrás de la anterior mencionada-

La figura más pequeña se sobresaltó al percatarse de su presencia. Pronto se giró y lo saludó.

...gracias, Padre. -Pronunció con un tono educado y algo tímido-

Pronto se escucha bajo el monasterio el característico traqueteo que producen las herraduras de un caballo al galopar sobre un sendero de piedra.

 ¡Vamos! -exclamó el adulto- Debemos atender a la llegada de los Cruzados. 

El adulto hizo una seña al joven para que le siguiera. Bajaron las largas escaleras en caracol de la torre del campanario hasta llegar a un amplio patio, ornamentado con grandes estandartes, antorchas y pilares de pizarra, los cuales estaban tallados de una manera bastante única y peculiar; Recordando a las escamas de un dragón. En el centro de la sala, había colocadas en fila varias personas adultas, vistiendo una toga blanca, con una cruz de color dorado en el centro. Los ropajes son tan anchos que prácticamente llegan hasta el suelo, los visten atándolos por la cintura con una cuerda y algunos amarres en la tela. El joven se coloca en el hueco de la fila que le estaba asignado mientras que el adulto se pone al frente, en el centro de la fila. De pronto, se escuchan pasos acompañados de leves roces metálicos, probablemente causados por las piezas de unas armaduras. Por un arco que da a un pasillo que conecta con el exterior, entra un grupo de adultos de alta estatura y constitución robusta; son 7 hombres y 3 mujeres.

Bienvenidos -Dice el adulto que esta al centro de las dos filas de monjes-  Esperamos que el camino hasta aquí no haya sido muy engorroso.

No se preocupe, Padre. -Contesta amablemente uno de los hombres que acababan de entrar en la sala- Nos sentimos alagados de ser recibidos con este honor de vuestra parte, pero me temo que el comunicado que venimos a traer no es muy bueno. -Dice mientras despliega un pergamino- Al parecer últimamente han estado atacando muchos monstruos las puertas principales de la ciudad. Lo que ha causado una gran perdida de dinero en daños materiales y personal. 

Entiendo, ¿pero que quiere decir con eso, Bodil? -Dijo el Padre con cierto tono de preocupación en su voz-

Esta vez, el valor del diezmo es bastante inferior al anterior -Lamentó mientras entregaba un pequeño talego con monedas de oro al Padre

Tras eso, se despidieron de los caballeros y estos se fueron. Cada monje volvió a su tarea habitual; Algunos limpiar, otros comprar provisiones... Cuando todos abandonaron el patio el Padre se acercó al joven y le hizo entrega de algunos utensilios de limpieza. 

Hoy debes limpiar el pasillo de la entrada -Dijo al joven

Este se dirigió hasta el lugar para empezar a limpiar, cuando de pronto encontró algo reluciente en el suelo. 

(¿Qué es esto?) -Se preguntó mientras se agachaba a recoger el pequeño objeto

Era una especie de figa (Amuleto que contiene inscripciones religiosas) hecha de un material metálico de un color cobrizo, probablemente una aleación de dos metales. En la parte trasera de este había una pequeña etiqueta de tela donde se podía leer ''Propiedad de Sir Bodil''


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Klinklank, el cruzadoWhere stories live. Discover now