Madness is contagious

663 68 5
                                    

BEATRIX

—¿Acaso estás loca?— aventó la maleta al piso— ¿Qué ya olvidaste todo lo que esa mujer te hizo? Porque yo no— cruzó los brazos.

—Dua sé que te preocupas por mí y lo agradezco— besé sus labios— Pero te prometo que voy a estar bien— le aseguré.

—No entiendo por qué tienes que ir, después de todo lo que te hizo no se merece ninguna consideración— volvió a gritar.

—No haré esto ahora, Andrea me está esperando abajo para tomar el Jet a Nueva York y entre más rápido este ahí regresaré cuanto antes— acaricié sus mejillas— Lo prometo—.

—¿Y que si intenta besarte?— preguntó celosa.

—Vamos, Dua la pobre chica tiene una herida en la cabeza del tamaño de mi mano, creo que lo último en lo que pensara es en besarme— respondí divertida.

—Pues no estoy tan segura, si lo primero que hizo al despertar fue preguntar por ti— hizo un puchero adorable.

—Si eso pasa te prometo que haré lo que sea para evitarlo— envolví mis manos en su cintura.

—¿Lo prometes?— levantó el meñique.

—Lo prometo, prometo que volveré cuanto antes y tú y yo nos casaremos, viviremos en una casa con chimenea y tendremos dos hijos y un perro— dije con una sonrisa en el rostro.

—Nos casaremos— aseguró emocionada tratando de tranquilizarse.

ANDREA

Siempre supe que Bea quería mucho a mi hija, pero el que este hoy aquí a pesar de todo me da la esperanza de que aún lo hace.

Tal vez esta sea la oportunidad para que las dos vuelvan a estar juntas, jamás volví a ver a Taylor tan feliz como cuando estaba con Bea, sus ojos tenían un brillo especial y que decir de su mirada; irradiaba amor. Si había algo que pudiera hacer para juntarlas, sin duda lo haría.
El ruido de Bea golpeando el piso con su pie me saco de mis pensamientos

—¿Estás bien?— pregunté tratando de no parecer entrometida.

—Mhm sí, sí, estoy bien— asintió con la cabeza varias veces.

—Puedes engañar a cualquiera, pero no a mí, Bea te conozco muy bien—.

—Solo estoy nerviosa, ¿q-que pasara cuando la vea? ¿Crees que me reconozca? No quiero que sea incómodo— jugó con sus dedos.

—No será así, créeme, Taylor muere por verte cuando supo qué habían pasado casi cuatro años desde sus recuerdos, casi derriba el hospital por querer ir a buscarte— dije con una ligera risa.

—Bueno, yo...— la voz del piloto la interrumpió avisando que estábamos a punto de aterrizar.

—Todo saldrá bien, ya lo verás— guiñé el ojo.

—Al menos mis papás estarán felices de saber que volví— dijo tratando de aligerar la situación.

TAYLOR

—¡Noooo!— traté de empujar a la enfermera— Tengo que salir de aquí— repetí.

—Alison entiende de una vez— habló mi papá con voz firme mientras Austin y una enfermera intentaban sujetarme para que otra me inyectará.

—¿Que entienda qué, eh? Me están ocultando algo, no soy estúpida, ¿por qué mamá no está?, ¿por qué Bee no ha venido?— me alteré de nuevo.

—Si sigues así te vas a lastimar— escuché su inconfundible acento inglés.

—Bee— dije sin aliento.

—Hola Tay— su voz salió quebrada.

Era ella, definitivamente era ella, se veía tan diferente, su cabello rubio ahora era castaño y sus ojos se veían más azules de lo que podía recordar, aunque su mirada parecía un poco vacía.

 Traté de enderezarme para acercarme a ella.

—Tranquila, te puedes lastimar, acabas de despertar de un coma, tómalo con calma— parecía tensa.

—Me asuste— ignoré su pedido— Me asuste mucho cuando desperté y no te vi aquí, pensé que algo malo te había pasado— dije con lágrimas en los ojos.

Ella se acercó y se sentó a mi lado en la cama, limpiando mis lágrimas.

—Ya estoy aquí— acarició mi brazo lleno de cicatrices, sobre todo una que cubría todo el antebrazo.

—El doctor dice que con una cirugía desaparecerá, pero primero tendría que poder moverlo— dije frustrada.

—Está bien Tay, tu accidente fue muy grave, no muchas personas vivirían para contarlo— soltó un suspiro.

—Lo sé, ya vi la cicatriz en mi cabeza, debo estar horrible, ¿no?— pregunté triste.

—No digas eso— negó rápidamente— Cuando supe lo que había pasado me asuste, el pensar que podías morir ni siquiera puedo imaginarlo— por primera vez desde que llegó, vi vulnerabilidad en su mirada.

—Te amo Bee, nunca podría dejarte, sin importar que hallaré la forma de volver a ti siempre— intenté besarla, pero volteo el rostro y mis labios terminaron en su mejilla.

—Necesitas descansar, por favor deja a las enfermeras hacer su trabajo— pidió.

—Sé que he olvidado prácticamente los últimos 4 años de mi vida— suspiré— Pero mi amor por ti sigue intacto y yo...— puso un dedo en mis labios.

—Hablaremos después, ¿de acuerdo?, ahora necesitas descansar— dijo acariciando mis manos.  

—¿Cuándo despierte seguirás aquí?— pregunté con miedo.

—Sí, lo prometo— asentí confiada, Bee nunca rompía sus promesas, ese era uno de los motivos por los que me enamoré de ella, era la persona más leal y honesta que conocía.

Jamás me mentiría.

BEATRIX

—Gracias por venir Bea— el señor Swift se acercó para darme un ligero abrazo— De verdad no tenemos como pagártelo—.

—No tiene que hacerlo, lo único que quiero es que su hija se recupere lo más pronto posible— dije un poco incomoda al estar rodeada de tantas personas cercanas a Taylor, a la mayoría no los volví a ver cuando ella me dejó, así que eran desconocidos para mí.

Solo tenía que aguantar unos días, cuando Taylor se recuperará, yo podría volver a mi vida normal, una vida de la que ella ya no formaba parte.

—¿Y cómo has estado?— ese era Ryan siempre tratando de ser simpático.

—Bien, y ¿ustedes qué tal? Supe que tuvieron un bebe— dije señalando a Blake y a él.

—Ohh sí— respondió de inmediato ella—Es una niña, su nombre es Daisy Mae— me mostró unas fotos en su celular y sonreí automáticamente, siempre me gustaron los niños, no podía esperar el momento de formar mi propia familia con Dua.

—Es muy linda—le dije entregándole el celular—¿Qu-qué tal ha estado Betty?— me animé a preguntar, la realidad es que Taylor y yo éramos sus madrinas.

—Ella te extraña mucho, pero creo que ahora te verá más seguido, ¿no?— respondió Ryan con una sonrisa y Blake lo pateo disimuladamente, yo me removí incómoda en la silla.

—Señores Swift—llamó el que parecía ser el doctor de Taylor— ¿Puedo hablar con ustedes en privado?— pidió.

Cuando volvieron se veían muy preocupados.

—¿Qué paso?— Gigi fue la primera en preguntar.

—Le realizaron una nueva resonancia magnética y al parecer detectaron una pequeña hemorragia debido a las convulsiones, así que su estado es aún más crítico, tiene que permanecer todavía más tiempo en el hospital — Andrea se lanzó a llorar en los brazos de Austin. Todos nos miramos preocupados.

Al parecer Ryan tenía razón y me tendría que quedar más tiempo del que creí.








;)

Champagne problems | Taylor SwiftWhere stories live. Discover now