En Las Manos De La Bestia [+18] |Terminada|

capitulo 16- Escaparme

Sɪ ʟᴏ ᴘᴜᴇᴅᴇs sᴏɴ̃ᴀʀ,
ʟᴏ ᴘᴜᴇᴅᴇs ʟᴏɢʀᴀʀ

⁠ᘛ⁠⁐̤⁠ᕐ⁠ᐷ
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Khristeen Diatlova 
[                                          ]

Después de que me enseñará toda la casa, el cual es más enorme de lo que pensaba, fuimos a comer, hice el mejor esfuerzo para comer, aunque no tenía hambre y él no dejaba de mirarme a cada rato para asegurar que lo estaba haciendo. 

Y al parecer quedó satisfecho al ver que
había comido al menos la mitad del plato. 

Ahora me encuentro en mi habitación, con la puerta cerrada y con seguro, como dormí bastante, ya no tengo sueño. 

Estoy en la cama con una hoja y lápiz en las manos, los cual le pedí a la señora Elizabeth y ella me los trajo sin problema. 

Había logrado memorizar las casa o eso creo, pues solo apenas pude lograr memorizar la mitad para hacer el mapa. Tengo muy mala memoria, pero todavía no me rindo con uno o dos días, serán suficientes para terminar de hacer el mapa de toda esa casa y luego planear mi plan como es escapar. 

Solo necesito tres días para salir de ese lugar y sé que llegan de un abrir y cerrar de ojos. 

— Señorita — La voz de la señora Elizabeth se hace frente a través de la puerta mientras toca. 

Actúo rápido metiendo aquel papel bajo la almohada. Me levanto para abrir la puerta para encontrarla nuevamente con un vaso de leche y puedo sentir la adrenalina por mis venas. 

Maldito troll... Crees que darme leche cada noche hará que crezca. 

— El señor me ha envia-

— Sí, si lo sé — Tomo el vaso de leche interrumpiéndola. 

Ese hombre tenía que ser, quien más me estaría Restregando en la cara lo enana que soy. Pues él. 

Estoy segura de que al menos mide dos metros, de eso estoy segura. 

— Buenas noches, señorita. 

— Llámame Khristeen. — Le doy una leve Sonrisa. 

— Usted pronto será la esposa del señor. — Mi sonrisa se borra en un segundo. 

¿Esposa? 

Pensé que había dejado claro ese asunto, pero al parecer no para él. 

— No seré su esposa. 

— De acuerdo como usted dice — Podría jurar que no parecía creer mis palabras. — Que descanse. — Se da la vuelta y veo como desaparecer entre los pasillos.