Cazadora Nocturna

Capítulo 1: Institución Hoz

Ambos damos un paso atrás, mirándonos a los ojos. Cualquiera diría que somos parientes, pues compartimos el mismo color de cabello negros y a veces, en momentos de seriedad, hacemos los mismos gestos. Tiene sentido, ya que él me crió después de todo.

—¿Por qué esa carrera?— pregunta con cara seria.

Me acerco a la ventana, viendo el patio de enfrente.

—Bueno, en algún momento tendré que hacerme cargo de este lugar, ¿no?—

Lo volteo a ver, su rostro tiene una enorme sonrisa y debo voltear los ojos.

—Ay no...— susurro, volviendo a sentir sus brazos rodearme.

—¡Claro que te harás cargo!—

—Suéltame—

—Okay, okay— se aparta de mí.

—A menos que tengas un hijo perdido—, agrego —así que se haga cargo él y no yo—

Él se empieza a reír, —lo dudo—

Vuelve a su escritorio donde me entrega una llave y caminamos al tercer piso donde viven los profesores.

—Te daría el recorrido que se le da a un nuevo profesor, pero tú ya conoces el resto del lugar— me dice entregándome unos calendarios.

—Tu broche como profesora llegará en unas horas— paramos frente a una puerta, abro y me muestra un apartamento que denota tiempos pasados.

—Los estudiantes limpian lo superficial, así que no debes preocuparte tanto de ensuciar, es un deber que ellos deben hacer para formarse no solo como cazadores sino como adultos—, me advierte él.

Entro dejando mi maleta en una mesa, es simple y silencioso, me gusta.

—De acuerdo, director Hassan...—

—Sé que el consejo te envió por una misión especial, pero si involucran a mis estudiantes, tendremos problemas—, habla serio.

Me volteo, no me sorprende que dedujera que vine solo por trabajo, pero sí me sorprende que crea que causaré daño a sus estudiantes.

—Sabes que siempre protegeré a los humanos, así que no dudes de eso—.

—Bien, no interferiré en lo que te hayan pedido hacer, pero igualmente quiero que te dediques a dar lo mejor de ti como profesora, ellos necesitan aprender de los mejores y tus conocimientos serán de gran valor—

—No lo dudes, director, me esforzaré—

Luego de un momento de tensión entre nosotros, me deja una invitación de cena para todas las noches.

—Solo por esta vez—, le digo —y por el amor de Dios, consíguete una novia—.

—¿Para qué o qué?— pregunta fingiendo demencia.

Entonces, para hacer que se vaya, le insinúo algo, —para que riegues tu semilla...—

—Ya me voy, te espero para cenar, bye— Prácticamente se va corriendo.

En cuanto se va, cierro la puerta y me familiarizo con el cuarto que ahora será mi hogar.

Me gusta observar hasta los pequeños detalles a donde quiera que vaya, y como soy muy sensible a los aromas, si siento que algo no está bien, hago lo posible por descubrir qué puede haber, pero aquí, solo huele a madera vieja. Los muebles ya tienen bastante tiempo aquí, pero no me molesta.

Camino hacia el sanitario, donde encuentro una bañera y un gran espejo que está algo sucio, pero creo que así se quedó.

Al salir, me encuentro con una mini estufa eléctrica. No hay refrigeradora, pero sí una nota que indica que en la sala de profesores hay un congelador donde podemos guardar comida para que no se eche a perder.

Observo detenidamente el entorno. Las paredes están cubiertas de un papel antiguo blanco con gris. Hay una estantería llena de libros, algunos desgastados por el tiempo y el uso. Una pequeña mesa de madera se encuentra en una esquina, con una lámpara de escritorio y una silla.

El suelo es de madera que cruje bajo mis pies mientras camino hacia la ventana. Desde aquí, puedo ver el patio de la academia.

Los estudiantes están corriendo y practicando sus habilidades de caza. El sol brilla sobre ellos, creando destellos en sus armas de cazadores.

Abro las cortinas, dejando que la luz del sol ilumine la habitación.

Aún el motivo de mi misión no ha venido, pero lo estaré esperando con ansias.

Todos los derechos reservados