Nᴏ ᴅᴇᴘᴇɴᴅᴇs ᴅᴇ ɴᴀᴅɪᴇ ᴇɴ ᴇsᴛᴇ ᴍᴜɴᴅᴏ, ᴘᴏʀ ᴏ̨ᴜᴇ́ ʜᴀsᴛᴀ ᴛᴜ sᴏᴍʙʀᴀ ᴛᴇ ᴀʙᴀɴᴅᴏɴᴀ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴇsᴛᴀ́s ᴇɴ ʟᴀ ᴏsᴄᴜʀɪᴅᴀᴅ.ᘛ⁐̤ᕐᐷ
෴෴෴෴෴෴෴Khristeen Diatlova
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Por suerte pude llegar a mi habitación sin perderme, cierro la puerta y me apoyo en esta deslizándome hacia el suelo.
¿Qué fue eso? Ese hombre definitivamente está loco. No sé qué es lo quiere o lo que busca, pero ¿por qué necesita que me case con él?
¿Casarme con él? Ni en broma, si solo quería conseguir lo que Quería porque tanto drama. ¿O acaso habré entendido mal a la señora Elizabeth?
Niego con la cabeza, imposible lo escuché claramente... Pero si él realmente habría venido por eso, ya lo hubiera hecho.
— ¿Realmente la entendí mal? — Hundo mi rostro en mi rodilla, parece que Realmente entendí mal a la señora Elizabeth.
Mi confianza es tan poco en las personas en este mundo, que con solo escuchar esas palabras arme toda una escena en mi cabeza.
Debería pedirle disculpas...
— Señorita — La voz de la señora Elizabeth me hace reaccionar. Me levanto para abrir la puerta, ahí estaba ella con un vaso de leche en la mano.
— Señora.
— Ya sé lo dicho, no me diga, señora, solo dime Elizabeth. — Me pide y la culpa me invade ¿Cómo pude pensar así de ella? Cuando nunca me ha demostrado ser una mala persona.
— S-si lo siento — Estoy avergonzada de mí misma.
— Le he traído ese vaso de leche, fue un orden del señor. Dice que la leche le ayudará a crecer.
Fruncí los sueños... Ese hombre, como se atreve. ¿Crecer? Sé muy bien que soy bajita porque a mis 18 años mido 1.59, pero no es para tanto, hay personas que son más bajos.
— Lo lamento, no me gusta la leche — trato de rechazarla lo más educadamente posible, pero ella insiste no teniendo más opción tomé el vaso de leche. — Gracias.
— De nada señorita que descanse. — Ella se da media vuelta y en ese momento la llamo. — ¿Pasa algo, señorita?
— Lo siento. — Me disculpo, probablemente este confundido por mis disculpas.
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En Las Manos De La Bestia [+18] |Terminada|
Romance[Terminada] fue vendida por la única persona que tenía en este mundo durante 2 años, tuvo que aguantar el cruel destino que le tocó en este mundo. Hasta que lo vió a él, a pesar no reconocer sus rasgos faciales, sabía que ese hombre el doble más gra...