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|Hímero


Universidad: complejo educativo similar a una cárcel, en donde evalúan tu capacidad con números, te juzgan según tu posición económica y si no perteneces a algún club, ya sea deportivo u optativo, no existes.

No veo la hora de terminar con esto.

Debería ser agradecido, en realidad. Una de las muchas ventajas de ser un Dios es que fácilmente recuerdo todo lo que he leído.

Mis hermanos y yo somos alumnos ejemplares, o eso es lo que dicen los maestros.

Los maestros nos alaban y los estudiantes nos veneran, somos una especie de cuarteto inalcanzable, o es lo que Himeneo ha oído.

Es un fastidio. Si de mi dependiera, ni siquiera asistiría.

Madre y padre nos obligan. Dicen que debemos matar nuestro tiempo aquí de algún modo. Sacar el mayor provecho y prepararnos para cuando nos toque asumir sus puestos.

Avanzamos a la par que el tiempo humano y nos desarrollamos de la misma manera.

Tengo 20 años, pero se siente como si he estado aquí desde hace milenios.

Atrapado en este salón, escuchando hablar al docente de ni siquiera recuerdo cuál materia, me siento como alguien mayor. Unos 70 años.

Estoy tan cansado. No veo la hora de volver a casa y tomar una siesta.

Irónico, porque al ser un Dios no necesito descansar tanto como los humanos.

Supongo que es una excusa para salir de aquí.

Echo una ojeada y todos los demás estudiantes están en las mismas.

Supongo que al ser viernes lo único que todos quieren es salir y disfrutar del fin de semana.

Levanto la mano, pidiendo permiso para hablar.

El profesor deja de leer, deposita su libro en su escritorio y pregunta:

- Hímero, ¿tienes algo que aportar a la lectura?

Suspiro entrando en papel, preparo el tono más persuasivo que tengo y respondo:

- Maestro, usted sabe cuanto adoro su clase...

Mentira.

- Pero la verdad es que no me siento bien hoy...

Mentira.

- ¿Cree que podría dejarme ir, solo por hoy?

Lo miro fijamente, buscando generar compasión en él.

Bato mis pestañas queriendo conmoverlo, una técnica que he aprendido de chicas que suelen coquetear conmigo.

Parece pensarlo, pues tarda en responder.

Todos mis compañeros voltean a mirarme, celosos de que muy probablemente yo vaya a salir y ellos no.

- Sí, puedes irte. Pero solo por hoy, ¿entendido?

Dice finalmente.

El precio del amor divino [PAUSADO]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang