Parte 2

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Me sorprende que al llegar al teatro para ensayar haya algunos periodistas con micrófonos. Los empleados de seguridad, nos hacen pasar sin entretenernos. Tenemos mucho que hacer. Al entrar, la directora se dirige a nosotros.

-El éxito de anoche ha superado todas mis expectativas y estoy segura de que también las vuestras. Las primeras opiniones a favor están en todas las redes sociales. Esta noche, vamos a estar al completo, al igual que el resto de los próximos seis meses. No quiero que perdáis la cabeza porque ahora mismo, cualquier pequeño fallo, nos pude llevar a todos de patitas al principio de la nada y hemos estado trabajando mucho para que se estropee. Tenemos una oportunidad con la que no contábamos y lo inteligente es aprovecharla.

...Quiero hacer cambios en los bailarines -continúa- Damien y Véronique van a doblar sus escenas.

Al oír mi nombre, mi corazón da un salto y empiezo a ponerme nerviosa.

Alana, la directora, se percata de mi cara de susto.

-No tengas miedo, lo haces muy bien. Sólo va a ser más trabajo, pero cuento con que Damien y tú haréis un buen equipo y os ayudareis mutuamente.

Miro a Damien, no dice nada y desde luego, yo soy incapaz de pronunciar palabra.

-También habrá algunos cambios en el vestuario. Hablaré con la diseñadora. Ella se pondrá en contacto con vosotros si es necesario –indica Alana- y ahora ¡a ensayar! Cada uno con su pareja, empezamos desde el principio. Mi asistente os irá indicando lo que vamos a cambiar. Damien y Véronique vais a venir conmigo a ensayar entre bastidores. Aquí hay demasiada gente.

Los dos la seguimos hacia una gran sala con espejos y el suelo de cemento gris pulido. Yo estoy helada, supongo que es por los nervios. No estoy preparada para tantas emociones.

-Voy a seros sincera –afirma Alana- habéis sido los dos bailarines en los que más se ha fijado la prensa, por eso voy a haceros relucir aún más si cabe. Damien, sé que no eres el protagonista de la historia pero es lo de menos porque todo el mundo habla de ti. Y Véronique, si lees alguna de las críticas que nos han hecho, te darás cuenta que hablan de la química que tuviste con Damien. No pasó por alto vuestra "mirada". Te falta mucho para estar a la altura pero lo vas a lograr porque voy a estar ahí pinchándote hasta que todo lo hagas de forma extraordinaria. No vais a hacer nada más en estos seis meses que tenemos por delante que no sea ensayar y salir juntos. Quiero que os vean por ahí y que hablen de vosotros. No me importan las especulaciones, si os consideran una pareja o un engaño. Sólo quiero que hablen. Y ahora, vamos a ponernos a trabajar.

Alana nos enseña algunos de los nuevos pasos con la idea de dejarnos a solas para que los aprendamos mientras ella va a ver cómo sigue el resto de bailarines. Quiere ir implementando un baile nuevo por semana e ir suprimiendo alguno de los menos vistosos.

Damien viste una camiseta blanca y pantalones de chándal ancho gris. Yo unos pantalones cortos elásticos, un top blanco y una camiseta negra corta que deja al aire mi ombligo.

Alana antes de irse le indica a Damien...

-Quítate la camiseta y ensayad la escena de las gasas.

Quiere que se quite la camiseta para que deje de impresionarme el recorrer su cuerpo con mis dedos pero estoy convencida de que eso es imposible.

Cuando Alana sale por la puerta, Damien me coge de la mano como la noche anterior y me hace girar de nuevo. Vuelvo a quedar frente a él pero no puedo evitar mirarle a los ojos y me quedo paralizada. Entonces coge mi mano con la suya y la restriega por su pecho, sin dejar de mirarme. Si lo está haciendo para que me acostumbre, no lo logra, creo que me voy a desmayar.

-Tienes las manos heladas –me dice sonriendo y las envuelve entre las suyas llevándoselas a sus labios y calentándolas con su aliento.

Me dejo hacer enajenada. Me parece todo una película en la que soy observadora. No me creo que me esté pasando a mí, pero ahí está él mirándome a los ojos, con mis manos cerca de sus labios y yo siento su calor, así que tiene que ser real.

-Ya has oído a Alana –me dice- Vamos a tener que ensayar hasta que nos caigamos a pedazos. Lo de quedar no sé si lo he entendido bien. ¿Quiere que todo el mundo piense que estamos liados?

-Algo así, imagino.

-¡Buff! –Se echa a reír- esto es surrealista.

-Dímelo a mí. Es la primera obra seria que hago. Creo que me queda demasiado grande.

-¡Qué más da! Sólo es un juego. Si no resulta, nos vamos para casa y mañana a otra cosa.

-¡Qué poca importancia le das!

-No te creas. Esto me gusta y precisamente por eso, si tiene que dejarme de gustar, prefiero buscarme otra cosa para hacer. Si te soy sincero, lo que no me va a gustar es tratar con periodistas. Espero que no lleguemos a eso.

-¿Tú has hecho otras obras? Sí, pero con Alana, No. Es la primera vez. Me gusta cómo nos dirige, tiene formas muy ingeniosas para conseguir lo que busca. Como lo de quitarme la camiseta...

Me estoy poniendo roja, lo estoy notando, el calor en la cara. Odio estos momentos.

-No te agobies, es una tontería. Con el tiempo te acostumbras a que el cuerpo sea solo un instrumento. Al final, te rozas con todo el mundo. Yo en mi primer día le puse la mano en el paquete a uno. Aún no sé ni cómo ocurrió. Tenía que coger el pié de la bailarina. ¡Imagina lo que pillé! ¡jajajaja!

Se parte de risa y me hace reír a mí también. Con sus bromas, logro desestresarme un poco. Empiezo a sentirme más a gusto y confiada.

Por definirWhere stories live. Discover now