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— Tranquilo — le susurró Minho cerca a su oído y colocó su mano sobre su pecho. Jeongin giró su rostro para poder mirarlo, por lo que sus narices se tocaron con cariño. — Respira tranquilo, Yang. Podemos respirar juntos. Acompáñame.

Jeongin sólo lo miraba. Minho cerró los ojos y juntó su frente con la suya, mientras sus narices se acariciaban entre respiraciones. Por último, Jeongin decidió cerrar los ojos también y relajarse. ¿Qué era lo peor que podía pasar?

Cuando abrió los ojos, debido a que alguien no dejaba de mover sus hombros, lo primero que vio fue el rostro de Seungmin. Se dió cuenta entonces de que se había quedado dormido en el piso de la sala, al lado de Minho.

— Vengan rápido a mi habitación. Mis padres todavía no despiertan — susurró apresurado, se puso de pie y de inmediato Jeongin lo siguió, despertó a Minho y jaló de su brazo con fuerza. — Entren, rápido, rápido.

Jeongin y Minho terminaron dentro, y la puerta fue cerrada. Seungmin suspiró aliviado y le señaló con la mirada a su mejor amigo que había dejado su ramo de rosas en el piso.

— Gracias, me salvaste la vida — dijo Jeongin y se fue a abrazarlo sonriente. — Gracias, Seungminnie. No sé qué haría sin ti. — se separó de él y golpeó su propia frente — Qué tonto. ¿Cómo pude quedarme dormido?

— ¿Puedo dormir un rato más? — preguntó Minho y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas. Seungmin notó que sólo llevaba puesto un guante y era de Jeongin. — Debo dormir para poder manejar de regreso a casa.

— ¿Y si le decimos a tus padres que vino para llevarnos de vuelta a Seúl? — propuso Jeongin como si fuera la mejor idea del mundo. Y claro que no era mala, pero a Seungmin le causó una mueca de molestia al imaginarse encerrado en un carro por tantas horas con Minho. — ¿Qué dices?

— Digo que... — miró a Lee, el cual ya estaba echado sobre sus frazadas, completamente dormido. — Si realmente te gusta, y si realmente le gustas, sería bueno que mis padres lo conozcan. Si ellos creen que Minho es sincero, le daré el 25% de mi visto bueno. Con ello podremos irnos mañana temprano.

— Está bien — contestó Jeongin, aunque una parte de él aún no estaba convencida. La parte que tenía miedo de salir lastimado otra vez. — Hay que esperar a que tus padres despierten.

— Bien. No pueden saber que él está aquí desde la madrugada. Que duerma bien y luego se presente. Les vamos a decir que vino temprano.

— De acuerdo. — se sentaron en el suelo, al lado de Minho, y Jeongin suspiró — ¿Hablaste con Hyunjin?

— No...

— Ese idiota — soltó Minho somnoliento. — Siempre jode sus relaciones.

— Esta vez fui yo — aclaró Seungmin con molestia. — Quise alejarlo de mis problemas y... no le di una buena explicación. Pensé que estaría enojado y no me hablaría, que incluso me borraría de su vida, hubiera dolido pero al menos habría pasado, sin embargo, sigue mandándome mensajes y eso hace que me duelan más mis acciones.

— ¿Cómo? — preguntó Minho más despierto, pero aún echado al lado de ambos. — ¿Lo dejaste y él te sigue buscando?

— Algo así...

— ¿Realmente estamos hablando del mismo Hyunjin? — Minho sonrió con aire divertido. Sentía que su maldición realmente se había cumplido. — Bueno, si quieres un consejo mío...

— Para nada.

— Te aconsejo que hables con él en persona...

— Vaya, no había pensado en eso — Interrumpió Seungmin con sarcasmo. — Qué gran plan maestro.

Primera hoja de otoño 🍁| MINJEONGWhere stories live. Discover now