—¿Ese es el hombre misterioso? —secundó Ashton.

—¿Cómo es? ¿Es lindo? Seguramente que sí. —preguntó Dylan sin una pizca de timidez.

—¿Cómo lo conociste? —atacó nuevamente Ashton.

—¿Besa bien? —el cuestionamiento de Dylan provocó que Emily se sonrojara— ¡Sí! Besa bien. Suertuda.

—¿Nos dirás su nombre al fin? —inquirió Ashton nuevamente sobre ese detalle.

—Responde ya mujer. —exasperó Dylan intrigado por saber.

—¡Bien! —dijo Emily resignada bebiendo un trago a su cerveza. Tal vez para infundirse valor. Sabía que no podía huir al cuestionamiento de sus amigos— Su nombre es Patrick y sí, es lindo mejor dicho es guapísimo. Lo conocí el tiempo que estuve trabajando en un viñedo. Les conté sobre ese lugar. Nos hicimos amigos, al principio todo iba bien hasta que pasó. Ya saben —insinuó—. Y besa de maravilla —suspiró Emily recordando— más que eso. Es… no sé cómo decirlo.

—Estás enamorada. —mencionó Ashton. Fue más afirmación que pregunta.

—No. Yo no puedo estarlo. Hace mucho cerré esa puerta. —aseguró Emily, esquiva hacía esa afirmación.

—Pues por qué no se lo dices a tu cara. Rubia, te brillaron los ojos como dos estrellas con solo decir su nombre. —aseguró Ashton.

—Y aquí entre nos, es mejor para ti y tu corazoncito que lo admitas de una vez. —aconsejó Dylan comprensivo.

—Bueno —carraspeó Emily nerviosa. No quería entrar en detalles sobre ese tema. Porque sí lo hacía, tendría que explicar el por qué de su negación y eso implicaba tener que hablar de su pasado—. ¿Hacemos la tesis, Ash? —desvió el tema.

—Claro. —accedió su amigo.

Ambos notaron la incomodidad de su amiga y si ella no quería hablar más sobre ello, respetarían su silencio.

Tomando los apuntes comenzaron a completar los puntos que le faltaban para su tesis.

✯✯✯

Ya pasaban de las diez de la noche y aún seguía dando vueltas por su habitación. No bajó a cenar, el estómago se le había cerrado al escuchar la voz de otro hombre y a ella nerviosa, que terminó por perder el apetito al imaginar cualquier escenario posible y ninguno era agradable para su tonto corazón.

«¡Mierda!» —maldijo internamente.

—Por qué llegué a pensar que no haría su vida y que ella absurdamente me esperaría —se rio de si mismo por sus pensamientos—. Solo fue una noche que no se repitió. Sin embargo, ese último beso ¡Joder!. Deja de ser tan estúpido, Patrick —se reprendió como a un niño—. Hace tiempo perdimos esa oportunidad. Y ella merece algo mejor que a un hombre roto.

Cerró con fuerza sus ojos. No. No podía dejar que sus demonios regresarán para atormentarlo. No otra vez. Pero muchas veces ellos ganaban la batalla.

Jennifer. Jennifer. Otra vez su nombre resonaba en las profundidades de su tormentosa mente. Otra vez lo arrastraban al frío de la oscuridad en la que vivió por mucho tiempo.

«—¿Te gusta el nombre, Megan? A mí me encanta, es hermoso y a ella le quedará hermoso, ¿No lo crees, amor?»

—¡Dios! ¡Ya basta! 

Ese recuerdo como el resto que solía tener sobre ella eran verdaderamente dolorosos. Escuchar el sonido de su voz como si ella se encontrará a su lado, lo atormentaba, lo perturbaba. Y ya no quería volver a perder el sentido a su vida. Bastante le había costado salir de ahí como para volver a caer nuevamente. Y la cicatriz en su piel era suficiente recordatorio.

No fue consciente en qué momento su rostro se había empañado en lágrimas. Ya ni siquiera hacía el esfuerzo por secarlas, las dejaba seguir su curso, tal vez así liberaba un poco el dolor del que era presa su alma. Y así mismo pronto el sueño lo envolvió, como si de un manto tranquilo se tratara, al menos allí, allí sus demonios no entraban. Ellos no perturbaban sus sueños si no su realidad.

Muy temprano en la mañana apenas había terminado el café y tostadas que Diana, había preparado y antes de que alguna pregunta le hicieran, salió lo más pronto posible tomando las llaves de su Harley.

Solo había un lugar a donde podía ir. A dónde pudiera sentirse tranquilo.

El recorrido en moto fue relajante para su sistema. Sentir la velocidad, la vibración, la adrenalina era para él un buen antídoto. Sentía que sólo así podría tener el control, aunque también pudiese perderlo en cualquier momento.

Estacionó en el mismo lugar que la vez anterior, aunque en una ocasión había ido con una acompañante especial y de ahí, fueron pocas las veces que visitaba aquel magnífico lugar.

Se acercó a la barandilla de metal y las sujetó inclinando su cuerpo para obtener una mejor vista de todo el panorama. La fuerza del agua era realmente increíble y el sonido acallaban a sus demonios.

Cerró sus ojos sintiendo el viento acariciar su rostro y tomando una gran exhalación, gritó con todas sus fuerzas. Aquel había sido un buen método de liberación y vaya que lo había tomado. Al fin de cuentas ella, se lo había dado.

«—Así lo veo yo. Este es el lugar donde mueren los miedos. Suéltalos y que se den de llenos contra el concreto y el agua»

Aún recordaba con nitidez aquel día y todo lo compartido y el haberse ambos atrevido a decir en voz alta sus miedos. 

«—Volver a confiar.» —ese era el mayor miedo de aquella extrovertida rubia.

¿Quién había sido capaz de romper su confianza? ¿Quién había sido capaz de traicionarla? ¿Quién había sido capaz de hacerle algún daño?

No podía considerar la idea de que alguien no la hubiese tratado como ella se merecía. «Emily». Aún no podía apartarla de su mente y menos podía calmar a su corazón al recordarla.

—¿Qué embrujo me hiciste, rubia?

Estaba casi seguro de ello. Pero debía de admitir que todos sus demonios se callaban cuando la tenía cerca. Ella los espantaba y los mantenía lejos. Debía de admitir también qué en el tiempo compartido junto a Emily, él ya no pensaba tanto en su pasado y ni en el futuro que nunca fue. 

Emily, era su paz.

Era calma.

Era esperanza.

Y la había dejado ir.

¿Podría recuperarla después de tanto?

Se negaba a aceptar que ese hombre fuese alguien especial en su vida. Claro que no. Ese último beso tenía mucho sentimiento guardado, muchas palabras calladas.

No iba a darse por vencido. No. Por supuesto que no. Emily, era lo que él necesitaba para su vida, para continuar. Para amar una vez más.

⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐

¿Que me dicen? ¿Cómo ven esta historia? Todavía hay mucho que contar, mucho por saber sobre nuestros protagonistas... Las leo ❤️

Contigo, siempre | Mi Luz (libro 2)Where stories live. Discover now