Finales, ¿felices?

En başından başla
                                    

Como siempre, la pelirroja era una maestra en cambiar el tema e irse por las ramas; esa noche recordé porque Bucky y yo pensábamos en que debio haber tenido una carrera como espía para la C.I.A. o el F.B.I.

—Me hiciste muy feliz hoy, Steve—me dijo cuando nos despedimos, su sonrisa creció cuando la dejé en la puerta de su automóvil—De verdad, gracias por esperarme...y por todo, en general.

—Espero que esa no sea una despedida, Natasha Romanoff, ¡porque es una muy mala!

—Claro que no, te prometo que no lo es.

—Mi madre hará una cena para darme la bienvenida—dije sin pensarlo mucho, antes de arrepentirme—seguramente invitará a ambas familias...o no; pero me gustaría que vinieras—me armé de valor, no tenía idea de porque me sentía tan estúpido pidiéndole eso—¿Te imporatía que Bucky estuviera con nosotros?

Se encogió de hombros, pero un destello de incomodidad llenó su rostro.

—No pasa nada, James y yo sabemos que hay compromisos a los que acudir—depositó un beso en mi mejilla y se subió a su automóvil—¡No olvides mandarme un mensaje de texto con la hora de la cena!

Los días antes de la cena, estuvo ocupado re-encontrándome con mi familia y mi vida en Nueva York, por lo que no me sorprendí al encontrar a Bucky frente a la puerta.

—¡Stevie! ¡Has crecido!—dijo con una media sonrisa.

Lo abracé, loco de alegria, sorprendiéndolo. Mi mejor amigo no dudó en devolverme el abrazo y pronto volvimos a ser los dos niños que corrían por el barrio con armas de plástico, soñando con conquistar el mundo.

—¿Qué fue lo que pasó, colega? ¿Contigo y con Nat? ¿Por qué se divorciaron?

—En algún momento nos perdimos, Stevie...—suspiró, apretando con demasiada fuerza la lata de cerveza en sus manos—Necesito reconquistarla, la necesito conmigo.

Fruncí el centrecejo. ¿Qué debía hacer ahora? De todas las cosas que me podía haber dicho, defintiviamente no esperaba eso. Me había contado que no se entendían, que las peleas crecían entre ellos; incluso que Natasha le dijo que se arrepentía del matrimonio, así que sus palabras solo me estaban dejando muy confundida.

—¿Para qué?—cuestioné sin poder evitarlo.

—Yo la amo, Steve...—me dijo con seriedad—Tal vez hice muy mal las cosas con ella; no sé...quizá esperaba demasiado, pero tengo que decirle que puedo cambiar.

—¿Y si ella no quiere? ¿O ella es la que debe cambiar?

No podía evitar sentir rencor por Natasha, a pesar de lo mucho que la quería. Una parte de mi mente estaba segura que jugaría con ambos, nos lastimaría si Bucky intentaba volver a lo que tenían antes de que me confesara que también me quería.

—¡Nat no debe cambiar, Steve!—la defendió Bucky.

—¡Eres un imbécil si piensas eso!—dije, cada vez más enojado—Ella es una persona como todos nosotros, que ha cometido un montón de errores estúpidos por ser una niñata consentida y caprichosa. Los dos deben de crecer y cambiar, en todo caso, James.

Bucky saltó, sorprendido y ofendido, casi parecía que iba a golpearme; pero el uso de su nombre completo hizo que nos viéramos a los ojos.

—¿Cómo te atreves a hablar así de ella?

—¿Por qué demonios no estás más enojado? ¡JODER!—le dije—¡PASASTE POR UN DIVORCIO Y NI SIQUIERA ME AVISASTE! ¿Desde cuándo se divorciaron?

—Ni siquiera llegamos a cumplir un año de casados...—suspiró, dejándose caer en el sofá—Por eso te pido que me ayudes a conseguirla de nuevo; a demostrarle que podemos volver a vernos con los mismos ojos de antes.

El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin