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/Cia se encontraba bajo la luz de la luna en un callejón cerca de la lavandería donde se hospedaba el joven Wonka. El lugar era de piedra musgosa y algo de construcción antigua con madera, las habitaciones estaban en la parte más altas así que tuvo que escalar hasta llegar a la ventana de Willy donde comenzó a arrojarle piedras hasta que este despertase/

/el castaño se levanto frenéticamente observando hacia todos lados cuando la vio en su ventana y su corazón sintió un vuelco además de obvias mariposas/
—Cia?— se notaba confundido el chocolatero —que haces aquí?—

—venía a decirte algo, espera— suspiro acomodándose su cabello y sacando una herramienta de metal de su bolso para mover las barras y poder entrar a la habitacion —es algo importante y...espero que...lo entiendas—

—claro— hablo con una expresión neutra el joven acercandose a ella quedando frente a frente y conectando aquellos ojos cafes otra vez

—Wonka, yo...— no pudo terminar al escuchar un fuerte sonido —que paso?—

—mi trampa funciono, el hombrecillo naranja— hablo orgulloso el castaño

—eh?— una expresión de confusión estaba ahora en el rostro de la pelinegra quien rápidamente volteo y vio el frasco para gritar, por fortuna Willy fue rápido a tapar su boca

—tranquila, no queremos que la señora Fregoso te encuentre— la miro tan comprensivamente que la pelinegra sintió cosquillas en el estómago mientras asentía

—saben que es de mala educación encerrar a una persona inocente en un frasco— hablo de repente el pequeño hombre

—inocente? Robaste MI chocolate— hablo Wonka dejando el frasco sobre la mesa

—tu me robaste primero— se defendió

—robarte que?— pregunto sin entender el chocolatero

—te lo explicare— saco un pequeño flautin y toco brevemente —con una cancion— comenzó a bailar

—preferiría no escucharlas— su mirada entre disgusto y confusión lo miraban raro mientras la pelinegra lo tomó de la mano y se escondía detrás de él

—muy tarde, cuando empezamos ya no se puede parar— siguió bailando —oompa loompa...— comenzó a cantar

/después de todo un numerito en el cual Cia y Willy se miraron confundidos sin entender, prosiguieron a liberar al pequeño hombre/

—gracias, podrías pasarme aquella sarten?— pregunto el hombre naranja

—esta?— ahora interrogó el castaño señalando una sarten pequeña

—no no, la más grande— aclaro el de cabello verde tomando la sarten que le entrego Willy —acercate— más más

—Wonka? No creo que debas...— antes de que la pelinegra termine de hablar el pequeño hombre naranja ya le había dado un buen golpe con la sarten a Wonka

—Auch!— exclamó con dolor el joven Wonka —alto! No! Espera!— trato de alcanzar al hombrecillo pero este fue más rápido

—y a todo por mil— repitió y salió por la ventana

/Willy se sentó en la silla algo triste ya que había esforzándose mucho por los chocolates para la venta de mañana. Cia lo miró con comprensión, observo sus ojos verdosos tan perdidos y tristes que rápidamente se acercó y se sentó junto a el/

—oye, esta bien, podrás hacer más— tomó su mano y la acaricio

—lo se pero es que...y si no son suficientes? Quiero sacar a todos de aquí, no puedo decepcionar a nadie— levanto su vista triste hacia ella que ahora sentía culpa en su corazón

—ey, lo lograrás, tus chocolates son increíbles, verás que tu sueño está cada vez más cerca— exclamó con alegría tratando de animarlo —lograste que yo coma chocolate, y realmente no me gusta, pero el tuyo es único— dijo con una sonrisa haciendo reír al castaño

—tu crees?— río levemente y ahora su mirada tenía un brillo tan hermoso que desearía poder verlo todo el tiempo —gracias por animarme, sabes? La tienda de chocolate es algo aparte, ahora tengo un nuevo sueño— dijo volviendo a conectar sus miradas

—ah si? Cual?— río levemente la pelinegra observándolo con auténtica alegría

—tú...— la mirada del joven Willy reflejaba cariño y amor. El corazón de la chica de ojos cafes latió como nunca antes, diablos, de verdad el chocolatero estaba cambiándola, sus mejillas estaban de un rosa suave mientras sentía bastante calor al mirarlo, que le está pasando? Esto no podía ser así, ella no debía...no debía

—yo...debo irme— hablo en pausa la chica y se paro de la silla

—lo siento— se disculpo el castaño creyendo que había dicho algo malo

—no no, no te disculpes— le dedico una sonrisa de labios —nos vemos mañana...Willy— se acercó a él y deposito un beso en su mejilla dejándolo solo con una sonrisa y sus mejillas sonrojadas

Willy— se acercó a él y deposito un beso en su mejilla dejándolo solo con una sonrisa y sus mejillas sonrojadas

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El chocolate no miente (Wonka Timothee)Where stories live. Discover now