Todo comenzó con una tarde lluviosa, mi vida se encontraba en un torbellino sin salida, ni alguna esperanza. Pero quién iba a saber que esa tarde tan normal como cada día, se convertiría en la razón por la que me mantengo viva nuevamente...
Prohibid...
─¿Así de repente? ¿Porque? ─Jin se encoge de hombres.
─Dijiste que estábamos celebrando mi cumpleaños, pero aun no me das mi regalo.
─¿Tú regalo? Ah... Hablas de esto ─dice sacando una caja de regalo su mochila.
─No hablaba en serio, pero de verdad pensaste en cada detalle ¿Cómo eres tan lindo?
─Pero antes... ¿Puedo besarte? ─Harua finalmente estaba listo para besarla como era debido, luego de haberse armado de valor para preguntarle, solo hacia falta que ella le diera su permiso.
─¿Por qué me preguntas? Tienes mi permiso ─dice la mayor sonrojandose.
─Ya sé que suena tonto que te pregunte, no es la primera vez que te doy un beso, pero no me refería a ese tipo de beso ─su corazón se aceleró tanto que lo dejo sin habla─. Me refiero a ─sus piernas tiemblan, Jin se acerca y pone su mano sobre la de Harua.
─Lo entendí, pero no en público ─se ríe
─Aquí están sus bebidas ─dice la chica trayendo sus bebidas a la mesa, Harua sostiene a Jin de la mano y hace que ella lo mire.
─No estaré nervioso como la última vez, aunque no sea perfecto ─se pone la mano en el pecho dándose palmaditas─. Te demostraré que me gustas en serio.
Era tan tierno cuando trataba de impresionar a Jin con cada palabra que pronunciaban sus labios y era aun más tierno cuando sus ojos brillaban de esa manera. Simplemente derretía el corazón de Jin y eso la volvía loca.
─¿Qué dije? ─pregunta Harua viendo que la mayor solo se rie de él─. ¿Por qué solo te ríes?
─No me malinterpretes, es que me gusta mucho verte tan decidido y emocionado por algo así, es demasiado adorable que mi corazón se quiere salirse de mi pecho. No lo soporto, es demasiado lindo ─dice y lo mira embelesada─. ¿Qué haré contigo? En serio no me puedes gustar más, Shigeta Harua, haces que mi corazón te desee cada segundo más y duele un poco.
─¿Te duele? ─la chica asiente.
─¿A ti no te duele? Cuando no me ves o cuando me estás viendo y aun así sientes que me extrañas ─explica.
─Supongo que sí, también me duele un poco ─Jin pone sus manos sobre las mejillas de Harua y lo mira fijamente.
─Quiero que tengas confianza conmigo. Sé que piensas en mi como yo pienso en ti, si estas celoso quiero saberlo y si quieres demostrarme afecto, también puedes hacerlo libremente. Siempre espero que seas tu mismo conmigo, como lo soy contigo, sin que te sientas incómodo ¿de acuerdo?
─¿Entonces puedo besarte? ─Jin asiente, a lo que Harua responde rápidamente, llevando un mechon de su cabello detrás de su oreja se acerca a sus labios para dejar un beso en sus labios. No pensaba intensificar el beso tanto, tan solo quería recordarle a ese día en particular, cuando fue su primer beso, en la azotea. Y cuando se separaron Harua mira a Jin y esta seguía con los ojos cerrados por lo que el volvió a besarla y esta vez olvido lo torpe que era y la beso como se debía.
El ambiente era bastante relajado, música instrumental de fondo, ellos solos en la cafetería, sus manos entrelazadas. Todo era perfecto, casi pudieron regresar a ese día, salvo que esté día era mucho mejor.
Harua la mira y ella a él.
─Mi corazón se quiere salir ─le dice ella.
─El mío también ─sonríen─. Feliz cumpleaños.
─Gracias.
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