—Buenas noches, Shuntaro.

Un breve lapso de silencio se instala, como si el pensamiento rondara la mente del rubio. Luego, como si hubiera decidido algo, se desliza suavemente bajo las sábanas y se acerca a la chica, pasando una mano con ternura alrededor de su cintura.

—¿Puedo?

Iryna, sorprendida por la solicitud, abre los ojos por un momento, manteniéndose alerta. Pero después de un instante de tener la respiración contenida, reacciona con rapidez y le devuelve la sonrisa, acurrucándose más contra él.

—No me lo esperaba, pero no me molesta en absoluto. — cierra los ojos, complacida y completamente cómoda, ajustando la cabeza sobre el brazo que Chishiya tiene libre.

Ambos se sumergen en el sueño casi al instante, enredados el uno con el otro, sintiéndose relajados y conectados de una manera especial. Cuando la castaña abre los ojos de nuevo, Chishiya no esta lejos. En lugar de alejarse, como es habitual después de un sueño, está sentado con sobre el respaldo de la cama, leyendo una revista comercial y saboreando una galleta. Aunque está absorto en la lectura, una mano cariñosa descansa con afecto en el cabello de Iryna, reafirmando su cercanía.

—¿Ya es mediodia? —pregunta Iryna sin moverse, apenas abriendo los ojos. La suave luz del día se filtra por la ventana.

Chishiya asiente con la boca llena, observándola desde su posición en la cama.

—Sí, dormiste como un tronco. —Iryna se estira con poca gracia, dejando escapar un bostezo, mientras el rubio vuelve a poner la mano en la revista. El le ofrece el paquete abierto con galletas.

—Intento disfrutar de este momento de paz mientras dure. — ella acepta y saca una galleta de arroz. En la atmósfera tranquila de la habitación, el crujir de la galleta resuena como una melodía de serenidad. Ambos se sienten cómodos, como si el tiempo se hubiera detenido en ese instante.

—Aun tenemos tres dias antes de tener que volver a jugar. — comenta, desviando la vista hacia ella por un momento.

-¿No crees que es mejor acabar con los juegos de las figuras cuanto antes? Así podremos averiguar qué prosigue mucho más rápido.

—Tienes un punto. —señala él. —Además, ya hemos avanzado bastante. —Chishiya asiente mientras termina de comer. La habitación queda en silencio por un momento. —Optaré por uno de diamantes declara, sin sacar la vista de las páginas de la revista. Iryna, a su lado, parece reflexionar un momento.

—Deberíamos dividirnos para agilizar las cosas. Iré por uno de tréboles —dice con la boca llena; él la mira con preocupación. Ella se encoge de hombros. —Me urge corretear un rato, no puedo quedarme quieta por mucho tiempo.

—¿Estarás bien? —los ojos de Chishiya se entrecierran. Ella se cruza de brazos, indignada pero con una expresión burlesca, desafiando la preocupación con una sonrisa desafiante.

—Llegamos hasta aquí, ¿y sigues cuestionando eso?
Él exhala un suspiro: —Solo me aseguro. —Iryna sonríe, revelando la fortaleza que lleva en su mirada, y le da un suave golpe reconfortante en el hombro.
—Soy más fuerte de lo que piensas, Shuntaro.

—Eso ya lo sé —Chishiya le devuelve la sonrisa ladeada. Sus ojos, sin embargo, no pueden ocultar completamente la preocupación que siente. —Solo regresa íntegra, ¿de acuerdo?

—Siempre lo hago. —hace un ademán con la mano mientras le guiña un ojo, pero tras esa expresión juguetona, hay un atisbo de determinación.

Ambos se deslizan con cuidado fuera de la cama, sus movimientos acompañados por el murmullo suave de las sábanas. Mientras el rubio, con determinación, empieza a organizar meticulosamente sus pertenencias en una mochila, Iryna se estira con gracia, dejando que sus músculos se despierten gradualmente. La habitación se llena de la sensación de un nuevo día que comienza.

FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]Where stories live. Discover now