Me refiero a mí.

Por eso mi plan esa noche sería no beber, o al menos eso trataría de hacer. Creo que había quedado claro lo problemática que era cuando bebía.

Por la noche había vuelto al lugar junto a Christine, ella llevaba un vestido negro porque decidió que representaría el funeral de la juventud de Charles. Ella amaba molestarlo más de lo que algún día admitiría. Yo pensé que sería una mejor idea llevar una falda negra junto a un corsé rojo al igual que mi chaqueta, en mi defensa decidí salir de la comodidad del negro y tratar de verme lo mejor posible cuando algunos de nuestros conocidos en común me preguntaran por Noah o pensaran en que sería una triste versión de mí.

Antes muerta que me vean con pena por ese imbécil. Ya pasé la vergüenza de mi vida por ello.

—Feliz año nuevo. —Christine abrazó a Charles quien tenía una corona en su cabeza y se encontraba recibiendo a sus invitados.

—Es mi cumpleaños.

—Es un año nuevo para ti, duh. —Con el tiempo te acostumbrabas a los comentarios de Christine. —No sabes lo emocionada que estaba por hoy.

—¿En serio? —El rubio la miró con algo de felicidad.

—Claro, apenas Maya me dijo que habría una barra libre no dudé ni un segundo en venir.

—Christine. —Maya abrazó a su esposo. —No le hagas caso, ella se esforzó toda la tarde para decorar el lugar.

—Hey, rompiste nuestro trato.

—Sabes que te ama en el fondo de su oscuro corazón. —Traté de animar a Charles, aunque él mantuvo su sonrisa.

—Nunca admitiré que amo a un hombre. —Se defendió.

—Muchas gracias por su esfuerzo, chicas. —Él nos atrapó a las tres en un abrazo. —La verdad estaba algo preocupado por dejar a Simone con mi madre, pero ahora que están aquí me trae recuerdos muy buenos. Estoy feliz de compartir este momento con ustedes.

Charles era uno de los pocos hombres amables que había conocido.  Hasta me hacía creer que había esperanzas en su género.

—Vamos a sacarnos unas fotos a la cabina que arrendamos. —Christine fue la primera en apartarse, pero no teníamos que decir nada para ver cómo se había emocionado. Aunque ella tenía esa capa tan dura, era como un oso de peluche por dentro.

Con algo de dificultad nos metimos en la cabina, Charles se sentó en las piernas de Christine solo para molestarla un poco y Maya se posicionó sobre las mías para sacarnos una serie de fotos. Pero obviamente la pareja nos restregó su amor besándose frente a nosotros, la imagen retrató perfectamente nuestra cara de desagrado.

—No saben cuánto deseaba una foto así. —Charles dijo asegurándose de tener una copia.

—Que asco. —Comenté.

—Me gusta presumir que seamos la pareja estable del grupo. —Se encogió de hombros.

—Me parece homofóbico presumir su amor sobre nosotras. —Christine les molestó.

—A ti te parecen muchas cosas homofóbicas. —Trató de defenderse.

—La mayoría de las cosas lo son, tengo argumentos para decirlo.

—Deberíamos volver con los invitados, Charles. —Maya detuvo a su esposo a tiempo antes de que arruinara el momento por abrir su boca. El hombre perfecto no existe. Que lamentable ser bisexual, eso significaba seguir fijándote en hombres, y en mi caso, por idiotas.

—Por cierto, Christine tengo una sorpresa para ti. —Él miró su reloj. —Solo deberás esperar un rato.

—¿Vas a hacer un espectáculo de striptease?, prefiero me adviertas para quitarme los ojos.

Caminos a Ti.Where stories live. Discover now