nada es como parece

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¿Por qué? Es una pregunta que me hago cada día. Yo y mis preguntas, tan solo con dieciséis años y ya tengo más líos que un pibe de cincuenta.

Mi padre, mi padre es un psicópata, ha matado a diez personas en un solo año, le cogieron haze como un mes. Yo pensaba que era una persona normal, por las mañanas iba al trabajo, era camionero lógicamente le despidieron, y por las tardes venía a casa y cenábamos todos juntos, mi madre, mi padre y yo, pero nada es como parece.

Mi madre de ella hay poco que decir trabaja en una oficina de correos, la ascendieron la semana pasada a encargada de la planta.

Acabo de llegar a casa, hoy no es un buen día para mí. Me voy a el jardín donde tenemos colgado un saco de boxeo, el boxeo es mi deporte favorito, me pongo las vendas de rival, que me regalaron por mi cumpleaños, y los guantes y me pongo a dar ganchos, izquierda, derecha, derecha, izquierda, imagino que es ese maldito Peter, ¿Por qué la gente no se puede mantener callada aunque sea diez días? ¿Les cuesta o algo? Ahora Sandra sabe que soy traficante de droga en el pueblo, me quiero morir, Sandra es la chica más guapa que conozco, es amable y sincera, nadie sabe que me gusta ni siquiera lleva un mes en el instituto y ya estoy colgado. Espero que sepa que nada es como parece, aunque esto sí.

Soy el traficante con más clientela de este país, junto a Peter Diox, el bocazas, soy un camello importante para los drogadictos, a mí no me gusta la droga ni le veo la necesidad, yo no la he probado, pero necesito dinero y si lo da...

Mi madre apenas consigue veinte euros al mes, pero antes no conseguía nada, ahora me puedo comprar mis libros favoritos, ropa y un montón de cosas más para mí y para mí madre sobre todo para mi madre porque yo ya no necesito nada, tengo de todo lo que quiero, hasta un Rolex.

— ¿ Estás ahí?— oigo la voz de mi madre debe haber llegado del trabajo, bajo las escaleras de dos en dos cuando la veo la veo con un hombre, debe tener unos 45 años aproximadamente, miro a mi madre extrañado, nunca había traido a un hombre a casa y menos de la mano.

—¿ Hola?— digo yo sin enterarme de nada.

—Hola cielo, este es Richard, llevamos saliendo un año y quería que le conocieras

— Ahh... Richard... Mi madre me ha hablado mucho de tí,— en realidad no sabía nada de este tipo mi madre nunca mencionó una palabra— si no te importa quería hacerte una pregunta, ¿En qué trabajas? ¿Algo en especial?

— Soy ingeniero, en una empresa cerca de aquí— no sabía que aquí hubiera una empresa de ingeniería. — Me contestó el. La verdad es que me tenía que ir al gimnasio a hacer pesas, parecía una escusa pero no, yo ya había reservado.

— Me voy al gym

— Vale que te lo pases bien— dijo mi madre dándome un beso en la mejilla.

Salgo por la puerta ya con mi bolsa de deporte, me doy cuenta de que estoy llendo en la dirección contraria al gimnasio, hacia la casa de Oliver que es mi mejor amigo, el es lo contrario a mí, el es bajo, yo soy alto, el es tonto, yo soy listo, no es por presumir pero me iban a  subir de curso pero no quise, me iban a apartar de mis amigos y yo iba a ser muy mal visto en mi barrio, allí la gente lista no pega nada.

Llamo al timbre de casa de Oliver.

— ¡Eh tío que coño te pasa estoy con mi novia! — suena su voz por ese aparatito tan extraño, ¡lo había olvidado! Oliver tenía una cita hoy con su novia, la hermana de Peter Diox, ella no traficaba pero yo le caía fatal

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⏰ Last updated: Apr 28 ⏰

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el hijo del psicópataWhere stories live. Discover now