"Me estoy portando como un loco..."

Sus manos no podían compararse con el granito, el mármol, que pertenecía a la misma categoría, o a la piedra, que en comparación con su fuerza parecía mucho menos que un material blando. Era más como... Diamante. Arok se dio cuenta profundamente de que ese Alfa era completamente similar a un diamante reluciente y aunque nunca en su vida había dudado de su masculinidad o de su género al tener un tipo de cuerpo voluminoso, no ser bajo de estatura y tener una apariencia atractiva... La verdad era que ya no se sentía como si estuviera dentro de la misma categoría de "macho dominante"en la que se encontraba él.

Dejando de lado las consideraciones filosóficas y sociales sobre cuál era la apariencia ideal de un alfa para la sociedad, la respuesta de Arok siempre iba encaminada en dirección a los mismos aspectos similares de los que hablaban el resto de las personas: Alto, musculoso y guapo. Y físicamente, en base a estos puntos, él era sólo un tipo ordinario del que no se podía decir que poseyera el encanto ideal de uno de ellos. Pero Bendyke ¡Ay dios mío! Él era verdaderamente la idea física de la masculinidad alfa. No importaba lo mentalmente despreciable que fuera, lo sucio o que se tratara de un mero fraude, el hombre no se desviaba ni un centímetro de las normas que Dios había establecido para que un Alfa fuera llamado, un Alfa. Una máscara de un dios militar que parecía tallada en mármol, piel bronceada por el sol, un cuerpo sólido, como una versión en miniatura de Atlas, un olor corporal perfecto a feromonas y muñecas llenas de poderosas venas y tendones. Sobre todo, ¡Esos preciosos ojos! Esos dos ojos locos que parecían cristales pintados de negros y que combinaban bastante bien con la fuerza del granate, la determinación del negro, la frialdad del azul, la pasión del rojo y el indescriptible color de la ira. Le gustaban mucho. No se comparaban en nada con el simple tono azul que tenían los de él.

Hervían, como crisol a alta temperatura.

Frente suyo, cuando se acercaba y lo miraba de frente, no tenía la confianza para atreverse a llamarse a si mismo un Alfa.

Comenzó a fantasear...

Bendyke apareció en su cabeza, le dijo que "no quería hablar con él" y neutralizó fácilmente cualquier tipo de resistencia que pusiera en su contra con una sola de sus manos. Lo miró, repasó su cara con los dedos y lo detuvo contra la pared con mucha fuerza. Luchó, pero le agarró los tobillos con manos como garras, le hizo la ropa jirones y Arok, cuyo cuerpo desnudo fue revelado antes de que se diera cuenta, dejó escapar un fuerte grito de placer en un espacio increíblemente oscuro como lo era el estudio. Entonces Bendyke presionó a Arok con su enorme cuerpo hecho de cobre, le pegó con su aliento entrecortado y le dejó todo el cuerpo en llamas cuando le tocó con su saliva. Le mostró la verga y vio que tenía un tamaño creado por su deseo. Grande, fuerte, y tan lleno de venas que pensó que en lugar de provocar dolor, lo que haría sería despertar sensaciones que nunca había ni imaginado en la vida.

En el momento en que estuvo conectado físicamente con la otra persona, Arok pudo sentir un espacio vacío en su alma que siempre había estado allí, pero que ni siquiera sabía que existía hasta el día en que probó su boca. Luego Bendyke lo sacudió con un gesto apasionado y le hizo gritar hasta que terminó por recitar cada letra de su maldito nombre como si fuera una oración completamente desesperada. Pero ya no era un grito como tal sino un suspiro de placer y un montón de gemidos sin aliento. Segundos más tarde, el gesto se convirtió en una llama blanca y lo quemó hasta hacer que su pene bien erecto quedara atrapado en una fuerte ola de éxtasis que finalmente lo llevó directo al orgasmo.

En ese momento, Arok abrió los ojos:

"Ah, ah, ah..."

Arok trazó la ubicación de su corazón con la mano. Afortunadamente, todavía no se le había salido de su lugar. Levantó la parte superior de su cuerpo mientras respiraba con fuerza, y terminó por dejar caer la cabeza completamente sobre el escritorio. Estaba temblando, sus palmas estaban mojadas y el culo parecía palpitarle una y otra vez al mismo tiempo en que cerraba los ojos. Era la primera vez que había tenía una fantasía lujuriosa desde que era adolescente y también, la primera vez que se masturbó. Fue... Nada menos que una terrible pesadilla considerando que la otra persona era el tipo más asqueroso del mundo. Además, ¿Por qué se imaginaba a si mismo abriendo las piernas para Bendyke?

En el jardín de rosas (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora